La izquierda cierra un pacto para el Gobierno valenciano
Solo unos minutos antes del inicio de la sesión de investidura se desbloqueó ayer la negociación entre los socialistas, Compromís y Unides Podem para formar un Gobierno progresista en la Generalitat valenciana. Los tres líderes políticos, el presidente Ximo Puig, la vicepresidenta Mónica Oltra, y Rubén Martínez Dalmau, se reunieron tras momentos de verdadera tensión y pactaron una segunda vicepresidencia verde, que coordinará las políticas medioambientales del Consell y dirigirá la formación morada, lo que permitió un acuerdo en el límite.
Solo ante la posibilidad del abismo y del cruce de acusaciones sobre la responsabilidad del fracaso, se ha alcanzado un pacto cocinado a lo largo de 13 días y ocho reuniones por las delegaciones de cada partido. El discreto café de las nueve de la mañana entre los tres líderes despejó el nubarrón de las competencias que cada uno de los grupos desempeñará en el denominado Botànic II, la segunda parte del actual Gobierno entre el PSPVPSOE y Compromís con la ampliación
de Unides Podem y Esquerra Unida (EU).
Los socialistas (con 27 diputados) ocuparán seis consejerías, incluida la presidencia de la Generalitat (Puig); la formación valencianista (17 escaños), cuatro carteras con la vicepresidencia primera (Oltra), y la de Podemos y EU (ocho escaños), dos departamentos, con la vicepresidencia segunda (Dalmau). La izquierda suma 52 diputados frente a los 47 del bloque de la derecha.
Tras su discurso de investidura, Puig le quitaba importancia a las tensiones de última hora y recordaba que también los grandes acuerdos en la Unión Europea se forjaron de madrugada, en el último suspiro. Pero ni él, ni Oltra, ni Dalmau, ni sus colaboradores, podían ocultar la larga noche vivida después de que Unides Podem se levantara el día anterior de la mesa de negociación y amenazara con no votar la investidura. El lunes, lo había hecho Compromís.
Para ganar tiempo se optó por tirar mano del reglamento de las Cortes y su presidente, Enric Morera, de Compromís, aplazó la sesión de investidura después de la intervención de Puig. De ese modo, ayer se continuó cerrando los flecos del acuerdo y se escenificó la firma del Botànic II en el castillo de Santa Bárbara de Alicante. En el 2015, el pacto se selló en el Jardí Botànic de Valencia. Hoy se reanudará la sesión de investidura con las intervenciones de todos los grupos y luego se votará la candidatura de Puig.
El PSPV y Compromís ocuparán las carteras de mayor rango, con la mayor parte de las competencias que han venido desarrollando hasta ahora, si bien la coalición valencianista se queda sin la Consejería de Transparencia y Cooperación que pasa a Unides Podem con el nombre de Memoria democrática. Los socialistas ganan una consejería y ceden a la formación morada Vivienda. Dalmau será además vicepresidente segundo. Las competencias sobre cambio climático las conserva Compromís pero serán coordinadas por el líder de Unides Podem.
Mestizaje
Además, se mantiene la estructura de mestizaje del Botànic en los segundos y terceros escalones de las consejerías, sobre todo con representantes del PSPV y de Compromís, que recibieron mayor respaldo electoral.
“Los ciudadanos nos han elegido para solucionar sus problemas, no para crearlos”, dijo Puig en su discurso. Añadió que su principal objetivo es conseguir un nuevo modelo de financiación autonómica. “Una financiación justa para los valencianos será guía, norte y prioridad absoluta en esta legislatura”, dijo.
“Faltan pespuntes, pero vamos a tener un buen gobierno para los valencianos, para que la política siga siendo una herramienta útil”, apuntó Oltra. Dalmau dijo que es “el inicio de un gobierno de progreso, el más importante de la historia política valenciana”.
El acuerdo programático contempla seis grandes ejes, con 132 medidas, que profundizan en la lucha contra el cambio climático y las políticas sociales y de igualdad, y se cierra con una lista de reivindicaciones al Gobierno español.