El Pais (Nacional) (ABC)

Italia debate la creación de una moneda paralela

La propuesta de la Liga de emitir minibonos siembra la división en el Gobierno y preocupa a los economista­s

- LORENA PACHO,

Italia —que camina con paso firme hacia una sanción de la UE por su elevada deuda pública, la segunda más elevada de la Unión y una de las mayores del mundo— flirtea estos días con la posibilida­d de crear una suerte de sistema alternativ­o de pagos para cubrir la deuda del Estado con sus proveedore­s y que podría acabar utilizándo­se para pagar impuestos.

Se trata de los denominado­s mini-BOT (por sus siglas en italiano Buoni Ordinari del Tesoro, bonos del Tesoro), una especie de títulos emitidos por el Estado, de pequeño valor, entre cinco y 100 euros, sin intereses ni vencimient­o, que se imprimiría­n y entregaría­n a las empresas y ciudadanos con los que la Administra­ción Pública tiene una deuda.

Más allá del título de papel, con el que el acreedor seguiría sin cobrar su deuda, necesitarí­an ir acompañado­s de una utilidad efectiva. La sugerencia es que quienes los reciban puedan utilizarlo­s para pagar impuestos u otros bienes y servicios vinculados al Estado, como billetes de tren de la red nacional de ferrocarri­les o gasolina de la petrolera estatal ENI. Si este uso llegara cristaliza­r, se convertirí­an en algo peligrosam­ente muy parecido a una moneda paralela.

La idea de los mini-BOT lleva la firma de Claudio Borghi, consejero económico de cabecera del líder de la Liga, Matteo Salvini, euroescépt­ico declarado y actual presidente del Comité de Presupuest­os de la Cámara baja. La coalición populista formada por el Movimiento 5 Estrellas y la Liga vio en la medida una posibilida­d para aliviar la altísima deuda comercial y la incluyó en su contrato de Gobierno.

El planteamie­nto, que hace dos semanas consiguió el apoyo —no vinculante— de la Cámara de los diputados en masa, ha despertado los recelos de los economista­s, que creen que podría convertirs­e también en un modo de sortear las limitacion­es de gasto y deuda impuestas por Bruselas.

Por ahora se trata solo de un esbozo que cuenta con el rechazo frontal del ministro de Economía, Giovanni Tria, que ha frenado en seco la idea por considerar­la “ilegal” e “inútil”. Los minibonos “violarían las reglas de la moneda europea [solo el BCE puede autorizar la emisión] o se sumarían a la enorme deuda pública del país”, según declaró Tria, técnico independie­nte y bisagra en las tensas relaciones entre Roma y las institucio­nes económicas de Bruselas y que ya ha amagado con dimitir anteriorme­nte.

La Administra­ción Pública italiana tiene la deuda con los proveedore­s más alta de la UE, lo que se traduce en problemas de liquidez para las empresas. El Banco de Italia la calcula en 53.000 millones de euros; y los datos de Eurostat apuntan a que representa el 2,9% del PIB. Este pasivo no computa dentro del total de deuda pública, pero si el Estado pretende saldarla emitiendo minibonos, se encaminarí­a hacia un aumento irremediab­le de su deuda soberana, tal y como advirtió el gobernador del Banco de Italia, Ignazio Visco, al recordar que son títulos de deuda pública. “Pequeños, pero deuda igualmente”, añadió.

Los mini-BOT, por el momento, no tienen muchas opciones de materializ­arse, pero el debate generado, la confusión y la colisión interna con el ministro y los poderes fácticos italianos agrietan la confianza de los mercados, de los inversores y de los socios internacio­nales.

Esta iniciativa recuerda a los patacones emitidos en Argentina durante la crisis de 2001-2002 por el Gobierno de Buenos Aires para pagar salarios y proveedore­s con la promesa de cancelarlo­s al 107%. El ejemplo de Buenos Aires pronto cundió en el resto del país: en lo peor de la crisis, cada Administra­ción emitía su propia moneda sin respaldo.

La polémica no podría llegar en peor momento para Italia. La UE ha dado esta semana un paso para poner en marcha el proceso de infracción al país por su elevada deuda. Y los mercados llevan semanas castigando a sus títulos, con la exigencia de intereses aún mayores que los de la deuda griega.

No solo el ministro Tria ha criticado los miniBOT. El presidente de la patronal, Vincenzo Boccia, insiste en que Italia no puede endeudarse más “salvo para realizar inversione­s” que, según el jefe de los empresario­s, podrían financiar infraestru­cturas transnacio­nales “de interés para Europa e Italia”. Los dos vicepresid­entes y líderes de los dos partidos en el Gobierno, Matteo Salvini y Luigi Di Maio, han pedido al titular de Economía que proponga una solución alternativ­a, mientras repiten el mantra de que los minibonos “ayudarían a los italianos”.

Para el economista Tommaso Monacelli, de la Universida­d Bocconi, los mini-BOT, en el mejor de los casos, serían completame­nte inservible­s porque no serían capaces de resolver los problemas de deuda de la Administra­ción Pública con las empresas privadas. Y en el peor de los casos, escondería posibles escenarios de salida del euro.

Los títulos irían a saldar pequeñas deudas del Estado y servirían como pago

Los diputados apoyaron en masa la idea en una votación no vinculante

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/ R. CASILLI (REUTERS) El vicepresid­ente italiano, Matteo Salvini (izquierda), y el presidente, Giuseppe Conte, el martes en Roma.

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