Un nuevo choque de Salvini con Bruselas y Fráncfort
El BCE y la Comisión atacan una idea que, si se pone en marcha, podría ser un primer paso hacia la salida del euro
Por si faltaran elementos de fricción entre el Gobierno populista italiano y las instituciones europeas, la idea de lanzar unos títulos que podrían acabar convertidos en una especie de moneda paralela es una nueva fuente de conflictos entre Roma y Bruselas. Guerra a la que se une ahora con inusual claridad Fráncfort, sede del BCE.
Mario Draghi, presidente del Eurobanco, mide con cuentagotas sus intervenciones sobre los planes de los Gobiernos de la eurozona. Pero la semana pasada evitó cualquier ambigüedad sobre los minibonos italianos. “O bien son dinero y entonces son ilegales, o bien son deuda y entonces el monto total de la deuda crecería. No creo que haya una tercera posibilidad”, aseguró a los periodistas que le preguntaban por el tema con insistencia.
Además, al recordar que la lectura que hacen los mercados de estos mini-BOT “no es muy positiva”, Draghi —que antes de su cargo en el BCE había ejercido en Italia como jefe del banco central y del Tesoro— metía el dedo en la llaga. Porque al margen de que no parece que estos minibonos tengan demasiado recorrido político, los expertos sí temen que la retórica populista de sus impulsores —entre los que destaca el vicepresidente y nuevo hombre fuerte del país, Matteo Salvini— vaya a castigar aún más a la ya muy castigada deuda italiana.
En la reunión de este fin de semana del G20 se habló de los conflictos que tiene abierto el Gobierno italiano. “El ministro Tria sabe lo que tiene que hacer”, se limitó a decir el comisario europeo de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici.
“Italia es la mayor preocupación en la eurozona”, responde Joachim Fels, asesor global del fondo Pimco. Las encuestas muestran que la mayoría de sus ciudadanos rechaza la salida del euro. Quizás por ello los partidos del Gobierno, Liga y Movimiento 5 Estrella, han moderado su discurso en este aspecto. Pero si esta especie de moneda que recuerda a los patacones de la Argentina en crisis se convirtiera en realidad, los acontecimientos podrían precipitarse. “Los mini-BOT derivarían
en una gran pelea. Y generarían mucha volatilidad y presión de los mercados, que lo entenderían como un primer paso hacia la salida del euro”, continúa Fels.
Los títulos servirían en principio tan solo para saldar deudas de proveedores del Estado a través de rebajas en impuestos o en bienes que suministra el Gobierno. Pero sembrarían la semilla para convertirse en una moneda paralela al euro, algo que violaría el monopolio por parte del BCE en la emisión de dinero.
“Si el Gobierno aceptara los mini-BOT para que la gente pague impuestos, lo mismo podría decirse de los negocios si los aceptaran”, asegura el catedrático de Análisis Económico Joaquín Maudos. “No hay atajos para reducir la elevada deuda pública de Italia. No hay más remedio que reducir el déficit público, lo que exige reducir gasto y o elevar impuestos. Es lo que el Gobierno italiano quiere evitar”, concluye Maudos.
“O es dinero y entonces ilegal, o es deuda y entonces crecerá”, dijo Draghi