“El ritmo de entrada de especies invasoras es frenético”
MIGUEL ÁNGEL MIRANDA Entomólogo y profesor de Zoología
La ONU considera a las especies invasoras (animales, plantas, hongos o microorganismos) como la segunda causa de pérdida de biodiversidad en el planeta. Miguel Ángel Miranda (Valencia, 48 años), profesor de Zoología en la Universidad de las Islas Baleares y experto en estas intrusiones, pone el foco del problema en el comercio internacional, por el que se cuelan las invasoras entre artículos nada sospechosos.
Pregunta. ¿Qué es una especie invasora?
Respuesta. La que se introduce en un ecosistema que no es el suyo y al adaptarse a él amenaza la biodiversidad.
P. ¿Por dónde entran?
R. Es difícil que una planta o un animal traspasen barreras geográficas, pero nosotros las eliminamos con transportes intercontinentales o modificando el medio. Es un proceso antiguo, pero ahora el ritmo es frenético. La globalización está muy bien, pero en biodiversidad pagamos un precio. La apertura del canal de Suez, por ejemplo, supuso una invasión de 300 a 350 especies del mar Rojo al Mediterráneo en poco tiempo. P. ¿Qué problemas provocan? R. Las especies autóctonas corren peligro de verse desplazadas e incluso de desaparecer. Además, existe el riesgo de plagas agrícolas y forestales o problemas sanitarios, cuando de la noche a la mañana aparece un peligro real de transmisión de enfermedades, como con el mosquito tigre. En esos casos, el Gobierno pone en marcha planes de prevención. Pero no suele hacerse en biodiversidad. P. ¿Se puede frenar?
R. La bioseguridad integra elementos para impedir el acceso de invasoras con normativa, vigilancia y buenas prácticas en el trasiego de mercancías. Las reglas se aplican con rigor en lo que afectan a agricultura, ganadería, caza y pesca, pero en el resto del comercio se escapan muchas cosas. Por ejemplo, la avispa asiática llegó a Francia en un cargamento de jarrones de China, y el mosquito tigre se coló en neumáticos que llegaron por mar. Y ha sido el transmisor de los primeros casos de dengue en España.
P. ¿Dónde se debe vigilar si pueden llegar de cualquier lugar?
R. La única forma es realizar análisis de riesgos para detectar los problemas asociados a las importaciones. Pero parece que la biodiversidad y el planeta van por un lado y el comercio por otro. P. ¿Hay control europeo?
R. No existe una legislación única ni europea ni española. En España hay un comité nacional de bioseguridad para los organismos modificados genéticamente, no para las invasoras, y se han redactado decálogos de buenas prácticas, pero deberían elaborarse planes nacionales para poner el énfasis en la prevención, no en el remedio como pasa ahora.
P. ¿Qué impide la adopción de las medidas?
R. Uno de los problemas es el sistema de libre comercio europeo, con cientos de contenedores que llegan a grandes puertos como el de Rotterdam. Allí se realizan inspecciones, pero son generales, y como la mercancía ya está en suelo europeo su movimiento es libre. Muchas plagas agrícolas han entrado por esa vía, por ejemplo, la Xylella fastidiosa, una bacteria de América sin tratamiento que mata almendros, olivos...
P. ¿El comercio de plantas ornamentales es uno de los accesos?
R. Sí. Un ejemplo famoso es el picudo rojo, un coleóptero que se expandió por Levante y Baleares debido al comercio de palmeras. Las plantas están obligadas a llevar un pasaporte fitosanitario, pero aunque haya inspecciones es complicada la detección. El boom del ladrillo aumentó el tráfico de plantas para áreas residenciales.
P. ¿Y cuando la especie invasora ya está aquí?
R. El Estado puede incorporarla
al catálogo. Entonces se ponen en marcha planes para impedir su propagación, con prohibición de comerciar con ella, como ocurre ya con la tortuga de Florida.
P. ¿Se pueden erradicar animales como la cotorra de Kramer?
R. Es complicado y más ahora con los movimientos que abogan por proteger a los animales a cualquier precio. Me parece un error porque son especies que no pertenecen a nuestro ecosistema.
P. ¿Cuándo deja de considerarse invasora a una especie?
R. En Baleares gran parte de la fauna ha sido introducida por el hombre, pero son especies naturalizadas del entorno mediterráneo que se ajustan bien al ecosistema sin provocar grandes desequilibrios. Otra cuestión son especies exóticas que provienen de continentes muy lejanos.
“La avispa asiática llegó a Francia en un cargamento de jarrones de China”
“Existe el riesgo de plagas agrícolas y de transmisión de enfermedades”