La OIT debate que la salud en el trabajo sea derecho fundamental
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) quiere celebrar sus 100 años de vida con una declaración que recoja los cambios que se están dando en el mundo de trabajo con la revolución tecnológica. En el borrador que se negocia estos días destacan dos elementos: “exhorta” a los Estados miembros para que incluyan garantías en la “protección de la privacidad y de los datos” de los trabajadores, sea cual sea “la modalidad contractual” (en plata, asalariado o autónomo), y recoge como un derecho fundamental en el trabajo la seguridad y la salud.
La OIT celebra esta semana y la que viene su 108º conferencia. Ya hace años que estas fechas estaban marcadas en rojo en el calendario de esta organización internacional tripartita (compuesta por sindicatos, empresarios y Gobiernos) dependiente de la ONU y no solo por el evento, sino porque este año coincide con su centenario. Para aprovecharlo, su director general, Guy Ryder, lanzó en 2016 una larga reflexión en este órgano dependiente de la ONU sobre los cambios en el mundo de trabajo que cristalizó en enero en un documento que ahora pretende trasladar a una declaración programática de la institución.
En el borrador que manejan las delegaciones, hay un cambio importante en lo que la OIT define como derecho fundamental del trabajo desde 1998. Ahora se compone de cuatro elementos: libertad
sindical, erradicación del trabajo forzoso, eliminación del trabajo infantil (todavía 152 millones de niños trabajan según sus cálculos) y prohibición de la discriminación. Ryder quiere añadir “la salud y seguridad en el trabajo”. Esto es importante porque en los acuerdos comerciales suele incluirse el respeto a los derechos fundamentales de la OIT como premisa. Así puede contribuir a reducir el dumping laboral.
Las declaraciones de la OIT no son fuente de derecho. Sí lo son sus convenios al ser ratificados por los Estados. No obstante, como explica Joaquín Nieto, director de la OIT en España, los gobiernos deben dar cuenta de qué hacen para avanzar en sus recomendaciones.
También destaca en la declaración la exhortación a los estados a impulsar la formación de los trabajadores durante toda la
vida o a una “protección social universal, completa y sostenible”. También pide proteger a los trabajadores en las “nuevas formas de trabajo” con garantías “con independencia de su modalidad contractual”. Para eso, recurre a reivindicaciones tradicionales (salario vital adecuado o número máximo de horas), e introduce una nueva: “La protección de la privacidad y de los datos personales”.
La negociación sobre el contenido de ese documento comenzó ya entrado el miércoles, apuntan fuentes oficiales de la OIT, aunque la conferencia comenzó el lunes y por ella han pasado líderes como la canciller alemana, Ángela Merkel, o el presidente francés, Emmanuel Macron. Para llegar a un acuerdo, tendrán que limar las diferencias que se han plasmado en más de 400 enmiendas.