El Pais (Nacional) (ABC)

El renacer de la arquitectu­ra newarí

De Katmandú a Gorkha, la normalidad y los turistas vuelven a los templos y palacios tras el seísmo de 2015

- POR ANTONIO ELORZA

Los recuerdos del terremoto de abril de 2015 están ahí, en las ciudades del valle de Katmandú. Fueron 9.000 muertos, templos caídos y cientos de miles de personas sin hogar. Pero los buenos deseos se han cumplido. Superado el inevitable hundimient­o de la llegada de turistas que siguió al seísmo, en los últimos 12 meses se ha superado ya el millón de visitantes. Y el ministro del ramo prevé que en 2020 se alcanzarán los dos millones. Es un ascenso que encabezan India y China, en un marco de progreso generaliza­do.

Las primeras impresione­s al llegar a la capital son, sin embargo, todavía descorazon­adoras. Al entrar en la gran plaza de Durbar en Katmandú, a uno y otro lado se tropieza uno con los grandes templos derruidos en 2015, ahora en curso de reconstruc­ción. Las restauraci­ones dejan ver ya el éxito del trabajo realizado con el apoyo de la ayuda internacio­nal para la recuperaci­ón del Hanuman Dhoka (palacio real). Por suerte, la residencia mítica de la diosa-niña Kumari, construida hacia 1757 y renovada en 1966, ha sobrevivid­o.

El patrimonio de la capital nepalí ha sufrido más que el de las dos ciudades vecinas, Patan y Bhaktapur, cuyo regreso a la normalidad en los

centros palaciales es casi perfecto. Sigue en pie el recorrido por el interior de antiguas casas de la aristocrac­ia anterior al siglo XVIII, con ventanas de madera tallada, pinturas desvaídas y símbolos que evocan la era clásica. Y la invitación a adentrarse en el tantrismo para entender las escenas eróticas en las riostras de templos y palacios. Los grandes hitos de ese pasado, como la gran plaza de Durbar en Bhaktapur, son signos de que el esplendor de la arquitectu­ra newarí ha vuelto con toda su belleza.

Otros lugares no han tenido la misma suerte, caso de la ciudad de Gorkha, epicentro del seísmo de 2015, a mitad de camino entre Katmandú y la intacta Pokhara. El palacio-museo está incólume, mientras sigue en reconstruc­ción la fortaleza del rey unificador Prithvi Narayan, ambos espléndido­s y semiolvida­dos edificios newarís en Gorkha.

Pero el balance general es positivo. Ya no hay que ir a Nepal por solidarida­d, sino apresurars­e a visitarlo antes de que los turistas se multipliqu­en y sean insoportab­les los atascos en carreteras y la acumulació­n de vehículos por los caminos del parque nacional de Chitwan. Trekking y escaladas también crecen en flecha. Es la gran vuelta a un acogedor país de grandiosa naturaleza y con un magnífico patrimonio artístico.

En la plaza de Durbar de la capital nepalí se observa el éxito de los trabajos de recuperaci­ón del palacio real

 ?? PRAKASH MATHEMA (AFP/GETTY) ?? Un edificio de la plaza de Durbar, en Bhaktapur (Nepal).
PRAKASH MATHEMA (AFP/GETTY) Un edificio de la plaza de Durbar, en Bhaktapur (Nepal).

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