La ruptura del pacto de la derecha da el poder al PSOE en Burgos y Huesca
El pacto entre los tres partidos de la derecha y el centro derecha —PP, Vox y Ciudadanos— para repartirse alcaldías y evitar que cayeran en manos de la izquierda funcionó en los grandes municipios, excepto en dos capitales. En Burgos, Vox se saltó el acuerdo e hizo alcalde al candidato del PSOE en lugar de al aspirante acordado de Ciudadanos. En Huesca, un voto en blanco sin autor conocido permitió al socialista Luis Felipe repetir como regidor en detrimento del PP.
La ruptura del pacto de las derechas en Burgos y Huesca fue una de las grandes sorpresas de la jornada de constitución de los Ayuntamientos. La consigna de las direcciones nacionales de PP, Ciudadanos y Vox de impedir, allí donde fuera posible, que las formaciones de izquierda se hicieran con el poder municipal se encontró con sonados casos de indisciplina en esas dos capitales de provincia. El reparto de los Ayuntamientos principales formaba parte de acuerdos entre los partidos conservadores para armar coaliciones y gobernar en comunidades autónomas como Castilla y León y Murcia.
En Burgos (176.000 habitantes), los dos concejales de Vox se saltaron el acuerdo a tres bandas para hacer alcalde a Vicente Marañón, candidato de Ciudadanos, formación que, con cinco de los 27 concejales del Consistorio, quedó en tercer lugar en las elecciones del pasado 26 de mayo. Los ediles del partido de Santiago Abascal se desmarcaron a última hora del acuerdo general y votaron a su propia candidatura, en lugar de sumar sus papeletas a las cinco de Cs y a las siete del Partido Popular. La mayoría absoluta en el Consistorio burgalés se sitúa en 14 concejales.
La rebelión de los ediles del partido de extrema derecha permitió hacer alcalde al socialista Daniel de la Rosa, cuya lista fue la más votada y obtuvo 11 concejales en los pasados comicios. El PSOE consigue de este modo gobernar
en una ciudad que se le ha resistido históricamente. En todo el periodo democrático, el PSOE solo ha ostentado la alcaldía entre los años 1999 y 2003.
La decisión de los concejales de Vox en Burgos de votar a su propio cabeza de lista fue anunciada en Twitter en la tarde del viernes por la dirección provincial del partido. El comunicado criticaba el pacto “secreto” entre PP y Ciudadanos por el que este partido se alzaría con los Ayuntamientos de Burgos y Palencia a cambio de apoyar al popular Alfonso Fernández Mañueco como nuevo presidente de la Junta de Castilla y León. Este pacto dio ayer la alcaldía de Palencia (81.500 habitantes) a Mario Simón, uno de los tres concejales que obtuvo Ciudadanos el 26-M, y que recibió el apoyo de los nueve ediles del PP y la concejal de Vox.
Horas después de que la dirección de Vox en Burgos rechazara el pacto regional “a espaldas de los burgaleses”, se conoció el acuerdo global entre PP y Vox para impedir la designación de alcaldes de izquierda. Sin embargo, los ediles de extrema derecha de la capital burgalesa no se dieron por enterados y propiciaron con sus votos que un socialista obtuviera el bastón de mando.
La dirección nacional de Vox aseguró ayer que sus dos concejales en Burgos tenían la orden de apoyar al candidato de Ciudadanos y anunció que ambos serán sometidos al Comité de Garantías del partido, cuya composición se desconoce.
En Huesca (219.600 habitantes) ocurrió el segundo gran fiasco de la derecha. La popular Ana Alós vio cómo se le escapaba la alcaldía después de que un voto en blanco privara a la alianza entre PP (nueve ediles), Ciudadanos (tres) y Vox (uno) de la mayoría absoluta. El misterioso voto en blanco propició que otro socialista, Luis Felipe —el más votado el 26-M con diez de los 25 concejales del pleno— fuera investido. El vicesecretario de Organización del PP, Javier Maroto, acusó a Ciudadanos de romper el pacto y anunció que su partido impulsará mociones de censura para alzarse con las alcaldías de Huesca y Burgos. Ciudadanos aseguró que sus tres concejales votaron en la urna a la candidata popular oscense.
La jornada de constitución de los Consistorios dejó otras sorpresas en forma de pactos de última hora. En Granada (233.000 habitantes), Luis Salvador, de Ciudadanos, consiguió la alcaldía con apenas cuatro de los 27 concejales del pleno tras obtener el apoyo de los siete ediles del PP y los tres de Vox.
En Jaén, el próximo alcalde será el socialista Julio Millán, tras un acuerdo con Ciudadanos. La formación de Albert Rivera negoció hasta el último minuto con los populares pero no logró que estos aceptaran su condición de que su candidato, Javier Márquez, renunciara a repetir como regidor.