La transformación de los consejos de administración
Hay quien dice que, aunque no todas las compañías bien gobernadas son longevas, todas las compañías longevas están bien gobernadas. Siempre lo ha sido, pero el papel de los consejos de administración es cada vez más relevante, ya que deben guiar el proceso de transformación, fijar la estrategia, asegurarse de contar con un buen marco de gestión de riesgos, vigilar la cultura corporativa y el liderazgo preservando la transparencia que reclaman
el mercado, los reguladores y la sociedad en general.
Su agenda estratégica es creciente. No cabe otra opción en un mundo disruptivo y de cambio constante, que ha convertido la gestión empresarial en una tarea muy compleja. Los directivos necesitan más que nunca la orientación y, al mismo tiempo, el contrapeso y la vigilancia que ejercen los consejos para poder contar con la mentalidad abierta y transversal que exigen los nuevos tiempos. El informe CEO Outlook 2019 elaborado por KPMG, que pulsa la opinión de 1.300 consejeros delegados de las principales compañías del mundo, señala que siete de cada 10 aseguran que sus tareas son tan complejas y heterogéneas que harían falta diversos tipos de directivos a lo largo de la vida de las compañías.
De acuerdo a los observadores externos, la calidad de nuestros consejos ha mejorado significativamente. En materia de gobierno corporativo, España figura en la posición 25ª de un total de 140 países en el último Informe de Competitividad Global del WEF. En eficacia de los consejos, España aparece en el puesto 40º, y en protección del inversor, en el 31º. Hay áreas a mejorar, sin duda, pero los consejos de administración españoles están cerca de las mejores prácticas internacionales. A pesar de ello, los consejos tienen ante sí nuevas prioridades a las que deben prestar atención. Acudo a otro dato del CEO Outlook para explicarlo: el 58% de los consejeros delegados reconocen que deben mirar más allá del crecimiento financiero para alcanzar un éxito sostenible a largo plazo. Dicho de otra manera, el éxito empresarial ya no se mide solo en buenas cifras de beneficios, hay que atender esos valores y activos intangibles que demandan los grupos de interés y sobre los que se apoya la confianza empresarial, el activo más valioso. Los consejos de administración deben estar atentos a esas nuevas demandas sociales para alinear expectativas y realidad.
En conclusión, para ejercer su cada vez más relevante papel, los consejos de administración deben estar a la última… sin olvidar la primera. Los valores de siempre, como la transparencia y la fiabilidad, y los valores actuales, como la diversidad y la conciencia social y medioambiental. Esas prácticas que, englobadas en los criterios ESG (del inglés environmental, social and governance), nos recuerdan que para perdurar ya no basta con crecer y cumplir las normas, sino que hay que aportar mejoras a la sociedad.