Rivera quiere evitar una ruptura con Valls pese a sus desencuentros
Ciudadanos quiere evitar una ruptura con Manuel Valls pese a sus cada vez más evidentes discrepancias. Los seis ediles del grupo Barcelona pel Canvi–Ciudadanos votaron este sábado divididos en la investidura de Ada Colau. El ex primer ministro francés y los otros dos regidores no adscritos, Eva Parera y Celestino Corbacho, votaron a Colau y permitieron así su reelección; en cambio, los ediles de Cs Mariluz Guilarte, Paco Sierra y Marilén Barceló votaron en blanco.
El secretario de Organización autonómico del partido, Carlos Carrizosa, lamentaba ayer la situación. Para él, votar a Colau era “dar apoyo a una populista que siempre va de la mano del independentismo”. Pese a sus críticas, Carrizosa aseguró que Cs y Valls trabajarán para mantener el grupo durante la legislatura. “Compartimos con Valls valores
y programa, y estamos dispuestos a colaborar con él en la defensa de esos valores que conformaron nuestro programa electoral”, añadió Carrizosa para minimizar las diferencias. El dirigente quiso remarcar la raíz del desacuerdo: “Nosotros no apoyamos a aquellos que hacen trizas la unión entre todos los catalanes. No apoyamos a aquellos que siembran cizaña y que dividen y se apropian de las instituciones. Por eso, nuestros tres concejales siguieron los dictados del comité ejecutivo y optaron por no hacer con sus votos alcaldesa a Colau”.
Fuentes cercanas al grupo municipal de Ciudadanos en el Ayuntamiento descartan, en declaraciones a EL PAÍS, que la alianza con Valls se vaya a romper, entre otras razones porque la fractura perjudicaría a ambas partes. El partido de Albert Rivera y la plataforma Barcelona pel Canvi crearon tras las elecciones un comité de coordinación bilateral que negoció hasta última hora los mecanismos internos de funcionamiento. Sobre la investidura de Colau, Cs y Barcelona pel Canvi decidieron finalmente asumir cada uno su propio posicionamiento. Valls anunció tres días después de los comicios que todos los concejales de su grupo votarían “sin condiciones” a favor de la propuesta de Colau y el socialista Jaume Collboni. El anuncio de la posición del ex primer ministro francés ya desencadenó una nueva crisis con Cs, que reaccionó inmediatamente con un comunicado en el que rechazaba las palabras de su candidato.
En su discurso durante el pleno de investidura, Valls justificó su apoyo a Colau dirigiéndose a la alcaldesa, pero también, de forma indirecta a Rivera, contrario a facilitar la reelección de la líder de Barcelona en Comú: “El nacionalismo acaba fatalmente en el supremacismo y muchas veces en guerra. Son las grandes lecciones del siglo XX. Lo que nos jugamos ahora en Barcelona es tan importante que no nos podemos equivocar sometiéndonos a unas visiones sectarias y pequeñas de partidos. Debemos ser generosos y abiertos. He aquí la razón última de mi decisión, de nuestra decisión, de votarla, señora Colau”. Valls defendió lo que ya dijo tras las elecciones, que la política muchas veces consiste en elegir lo menos malo: “La política es escoger y en situaciones como estas hace falta tomar decisiones arriesgadas. Y comprometidas. Y evitar lo peor. No se ha de huir de la responsabilidad. Es sí o no. No hay blanco ni abstención. Es sí o no”. El sábado, solo una hora después de la intervención de Valls, el diputado de Ciudadanos en el Congreso, Juan Carlos Girauta, publicó un tuit en el que criticaba la decisión de su candidato en la capital catalana: “No hay nada peor que Ada Colau”.
Valls quiso también reconocer a la alcaldesa su valentía: “Usted ha decidido escoger y presentar su candidatura. No era fácil. Lo sabemos. Y ha dado el paso. Enhorabuena. La felicito”, aseguró, al tiempo que subrayó lo que los comunes también se han empeñado en recalcar: que no ha habido conversaciones entre ambos. “Lo más importante era evitar que Barcelona tuviera un alcalde independentista, con un candidato que anunció que pondría la ciudad al servicio de la causa de una república inexistente. Por eso la hemos votado señora Colau. Sin condiciones, sin pedir ninguna participación en el Gobierno municipal, sin conversaciones”.
Las palabras de Valls no solo contuvieron referencias al independentismo, sino a la defensa de Europa y a la lucha contra la ultraderecha, en un nuevo desmarque de la estrategia de Cs de aproximación a Vox para que la formación de la derecha radical dé apoyo a sus alianzas territoriales con el PP.