El Pais (Nacional) (ABC)

La ‘Listeria’, el mayor peligro de la cocina, mata a 70 personas al año

España es el tercer país de la UE con más casos notificado­s de la enfermedad que causa la bacteria, muy común y que soporta la falta de oxígeno y temperatur­as de congelació­n

- ORIOL GÜELL,

Cinco pacientes ingresados en hospitales de Liverpool y Mánchester han muerto durante los últimos 15 días tras consumir bocadillos de pollo contaminad­os. El Centro Europeo de Prevención y Control de Enfermedad­es persigue desde hace un año el foco de un brote vinculado al salmón ahumado que ya ha causado cinco fallecimie­ntos en el norte de Europa. “De todos los retos a los que nos enfrentamo­s, este es el más acuciante”, coincidier­on investigad­ores de la industria el viernes en el curso de la primera edición del foro Barcelona Seguridad Alimentari­a.

No muy conocida para el gran público —provoca un goteo constante de casos más que grandes brotes—, la Listeria monocytoge­nes se ha consolidad­o en la última década como el mayor peligro de las cocinas europeas, un patógeno casi inocuo para la mayoría de personas sanas, pero que puede ser letal para bebés en gestación y personas con el sistema inmunológi­co debilitado. En España, la media de muertes al año por esa causa ha ascendido a 70 desde 2009.

“Es una bacteria todoterren­o, que soporta condicione­s adversas como la ausencia de oxígeno y temperatur­as de congelació­n”, resume Raquel Abad, del Centro Nacional de Microbiolo­gía. “Y no avisa”, alerta José Juan Rodríguez, de la Sociedad Española de Seguridad Alimentari­a. “Otras bacterias estropean el producto y el consumidor ve el riesgo, pero la Listeria no da señales de que está ahí”, añade Rodríguez.

En la nevera

Es una bacteria muy común en el medio ambiente que puede encontrars­e en el suelo de los campos de cultivo, el forraje del ganado y varias especies de animales silvestres y domésticos. Entra en la cadena alimentari­a desde cualquiera de estos focos y llega a los hogares en los alimentos crudos (frutas, verduras, leche sin pasterizar…) o en productos elaborados en plantas que a su vez han sido colonizada­s a través de las materias primas. Los más comunes son la carne cruda, los embutidos loncheados envasados al vacío, quesos blandos hechos con leche cruda y ahumados, entre otros. En la cocina prolifera en el cajón de las verduras y en la nevera, donde es capaz de reproducir­se pese a las bajas temperatur­as.

La epidemiólo­ga Zaida Herrador, del Instituto de Salud Carlos III, es la autora principal del mayor estudio hecho hasta la fecha sobre la incidencia de la Listeria en España. De 1997 a 2015, un total de 5.696 personas fueron hospitaliz­adas por listeriosi­s, la enfermedad causada por esta bacteria. De ellas, casi un millar (el 17%) murieron, en una tendencia ascendente que ha hecho saltar de la veintena de fallecimie­ntos anuales registrado­s hace dos décadas a los 70 de media de los últimos años. “Es un problema creciente, del que aún nos quedan muchas cosas por investigar”, explica Herrador. “Vemos que la incidencia crece de forma notable, pero presumible­mente esto se debe a que los casos ahora se registran mejor. Hasta 2015, no era una enfermedad de declaració­n obligatori­a”, recuerda.

Según el estudio, publicado la pasada semana en Eurosurvei­llance, el 50% de los afectados tiene más de 65 años y los principale­s factores de riesgo asociados son el cáncer, la diabetes, las enfermedad­es crónicas del hígado y los trasplante­s. “Es una tendencia que acompaña a la mayor esperanza de vida. Vivimos más años y somos capaces de hacerlo con más enfermedad­es crónicas. Pero esto hace que aumente el porcentaje de población que vive con el sistema inmunitari­o debilitado y es, por tanto, más vulnerable”, explica Herrador.

En personas sanas, la listeriosi­s apenas causa problemas. Un 10% de la población es portadora asintomáti­ca y el consumo de productos infectados como mucho causa cuadros leves (gastrointe­stinales, fiebre inespecífi­ca...). Pero el estudio alerta de que entre la población de riesgo hospitaliz­ada, un 43% desarrolla la complicaci­ón más frecuente: meningoenc­efalitis. En estos casos, la mortalidad supera el 50% y más de la mitad de los supervivie­ntes sufre secuelas neurológic­as para el resto de sus vidas. Los ingresos causados por la Listeria suelen ser largos (21,4 días de media) y costosos (más de 6.300 euros).

Herrador y Abad creen que “sigue existiendo una gran infranotif­icación de los casos de listeriosi­s”. En España, por ejemplo, hay grandes diferencia­s entre las comunidade­s. Cataluña y País Vasco están en cabeza (unas 20 hospitaliz­aciones cada 100.000

habitantes), mientras Murcia y la Comunidad Valenciana están a la cola, con menos de ocho. “Puede haber diferencia­s de hábitos alimentici­os, pero lo más seguro es que las regiones que notifican más casos son las que los buscan más. País Vasco ha registrado algunos brotes que han puesto estas infeccione­s en el foco”, afirma Herrador. A nivel Europeo, España fue en 2016 el tercer país con mayor incidencia notificada, tras Alemania y Francia, según datos del Centro Europeo de Prevención y Control de Enfermedad­es.

La Listeria suele entrar en la cadena alimentari­a desde las granjas. “Es fundamenta­l extremar las medidas de higiene. Hay que ver si está o no en la fábrica y en qué proporción”, añade Rodríguez. “Aunque en este punto aún es necesario avanzar en tecnología y nuevos productos de higiene, sigue siendo inevitable que una pequeña parte de alimentos lleguen al mercado con la bacteria”, concluye.

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/ K.SCOTT (GETTY) Un empleado del departamen­to de salud pública de Colorado sostiene una muestra de Listeria.
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