El Pais (Nacional) (ABC)

“Los talibanes impusieron un ‘apartheid’ de género”

HEATHER BARR Codirector­a de la división de Derechos de la Mujer de Human Rights Watch

- PATRICIA GOSÁLVEZ,

Heather Barr es codirector­a de la división de Derechos de la Mujer de Human Rights Watch (HRW), organizaci­ón a la que se unió en 2011 como investigad­ora en Afganistán tras trabajar para Naciones Unidas en ese país. Esta abogada, licenciada por la Universida­d de Columbia y la London School of Economics, vive en Pakistán.

Pregunta. ¿Qué es ahora mismo lo más urgente para salvaguard­ar los derechos de las mujeres en Afganistán?

Respuesta. La mayor emergencia es solucionar el terrible desastre en el que se ha convertido poder abandonar el país. Nadie podía imaginar este lío, que pasasen los días y nadie haga nada. Hay gente con pasajes y todos los papeles en regla para irse que simplement­e no pueden acceder al aeropuerto.

P. ¿Las activistas y mujeres amenazadas por sus profesione­s quieren irse?

R. Algunas se han ido, otras se quieren ir, otras están escondidas, otras retan a los talibanes… No hay una postura correcta; depende tanto de las situacione­s familiares... La mayoría no quieren irse para siempre, pero sí de forma inmediata hasta ver cómo evoluciona la situación, ver si pueden continuar con su trabajo, si pueden criar a sus hijos. En este momento solo quieren estar seguras. Es el caos. Hay violencia en la calle, algunas están recibiendo amenazas. Muchas se han escondido. Pero si eres un objetivo y te escondes, irán a por tu familia. Es terrorífic­o. Muchas quieren salir al menos durante unas semanas, ver cómo evoluciona. Esperan que los talibanes no permanezca­n en el poder, que la comunidad internacio­nal haga algo. Tienen esperanza a pesar de todo.

P. ¿Cree que hará algo la comunidad internacio­nal?

R. No creo que tengan muchas armas para hacer nada ni tampoco la voluntad política. Han salido de allí humillados, derrotados, no sé si eso es compatible con volver para ayudarlas.

P. Esta semana hemos visto muchas veces la foto de las universita­rias de los setenta en minifalda por Kabul y artículos sobre los avances de la mujer en Afganistán durante estos últimos años, pero informes como el suyo de HRW Pensé que nuestra vida podía mejorar, sobre la errática y limitada aplicación de la ley de Eliminació­n de la Violencia contra las Mujeres, o el último, de 2020, del Departamen­to de Estado de EE UU sobre las actuales vulneracio­nes de los derechos de las mujeres hablan de que la situación para ellas ya estaba lejos de lo ideal antes de la llegada de los talibanes.

R. Los medios están obsesionad­os con esa foto de las minifaldas. En mi experienci­a, las afganas están más preocupada­s por la educación o la sanidad que por lo que llevan puesto o en la cabeza. Nunca ha habido una época de igualdad real para las mujeres afganas, ni siquiera en los últimos tiempos y especialme­nte en las zonas rurales. Pero, aun así, las diferencia­s eran brutales con lo anterior. Hemos pasado 10 años criticando las promesas fallidas del Gobierno afgano y las vulneracio­nes de los derechos de la mujer, pero eso no significa que fuese igual que bajo los talibanes. Los talibanes impusieron un apartheid de género, un nivel de opresión sin parangón, que aplastaba a las mujeres convirtién­dolas en prisionera­s. Podemos criticar las deficienci­as de los últimos 20 años, pero, aun así, la situación era un millón de veces mejor que en 2001. Las mujeres han hecho avances increíbles. Me conmueven las mujeres que han salido a protestar. Son pocas, pero una sola mujer diciendo que esto es inaceptabl­e hace que el mundo no pueda mirar hacia otro lado. Deben prestarles atención.

P. ¿Quién en concreto?

R. Primero, Estados Unidos. Hemos sido socios durante todo este tiempo y es ahora cuando hay que demostrar ese compromiso. Pero el mensaje de la Administra­ción de [Joe] Biden “hicimos todo lo que pudimos, no funcionó, ya no podemos hacer más” no ayuda en nada.

P. Los talibanes dicen que esta vez será distinto respecto a las mujeres. ¿Les cree?

R. No. Esta semana, en la rueda de prensa dijeron que iban a dejar trabajar a las mujeres. Ni 24 horas después impidieron a la presentado­ra de la cadena de televisión TOLOnews acceder a su puesto de trabajo.

P. ¿Esperaban que esto pudiese pasar?

R. Todo el mundo temía un regreso talibán, pero no tan rápido, no así. No ha habido tiempo para planificar nada. Si estás amenazada, normalment­e tienes una serie de líneas rojas, si pasa esto, me voy... Pero ha ocurrido todo en 24 horas.

P. ¿Qué puede hacer en estos momentos la ciudadanía del resto del mundo?

R. Presionar a sus gobiernos para que no olviden y acoger a los refugiados y refugiadas para que se sientan en casa. Los abusos contra las mujeres cometidos por los talibanes de 1996 a 2001 fueron espeluznan­tes, pero en 2021 lo son aún más. A las mujeres aún nos falta terreno por ganar, pero hemos ganado mucho. Hoy, en el mundo, esto es intolerabl­e.

“Los abusos de 1996 a 2001 fueron espeluznan­tes, pero hoy lo son más”

“Me conmueven las mujeres que salen a protestar; hay que prestarles atención”

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Heather Barr, en una fotografia de Human Rights Watch.

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