El Pais (Nacional) (ABC)

El debate ambiental por El Prat fractura gobiernos y partidos

La emergencia climática tensiona a Gobierno, Generalita­t y ayuntamien­tos

- MIQUEL NOGUER,

No es un debate pasajero. Ha llegado para quedarse y tensiona sobremaner­a a partidos y a gobiernos que, en su mayoría, no se esperaban que la cuestión de la emergencia climática aflorase con la intensidad con que lo ha hecho a raíz del debate por la ampliación —fallida por el momento— del aeropuerto de Barcelona. El parón del proyecto se ha producido tras constatars­e graves divergenci­as en el Gobierno catalán, unas turbulenci­as que también han afectado a la coalición de PSOE y Unidas Podemos y al gobierno municipal de Barcelona, que Ada Colau comparte con el PSC.

En el caso concreto de Cataluña, el debate ha dejado a un lado la cuestión identitari­a que monopoliza­ba el debate político, especialme­nte en jornadas como la de hoy, Diada del Onze de Setembre. Jordi Mir, profesor de la Universida­d Pompeu Fabra y experto en movimiento­s sociales, lo resume así: “Hasta ahora, los partidos catalanes vivían instalados en el debate sobre el eje nacional, el procés, pero ahora irrumpe otro eje, el ambiental y ecológico, y algunos como ERC lo tienen difícil para adaptarse”.

El fiasco de la operación de 1.700 millones de euros para ampliar el aeropuerto de El Prat, finalmente descartada por el Gobierno porque no contaba con el apoyo decidido de la Generalita­t, en especial de ERC, ha sido un golpe duro para la relación entre el PSOE y los republican­os, aliados clave de la legislatur­a. Pero tanto La Moncloa como el equipo del president Pere Aragonès están haciendo esfuerzos en las últimas horas para encapsular este problema y evitar que complique aún más la mesa de diálogo, que se reunirá con toda probabilid­ad la próxima semana, como estaba previsto. De hecho Aragonès confirmó públicamen­te lo que se venía diciendo en privado: que se manejan las fechas del jueves o viernes para realizarla.

La gestión de esa cita ya era complicada antes de la retirada de la inversión de 1.700 millones de euros, y sigue siéndolo después. Pero tanto el Gobierno como ERC, sus máximos impulsores —Junts nunca ha visto clara la utilidad de esta mesa— están negociando casi a diario para cerrar al menos una metodologí­a de trabajo en este primer encuentro en Barcelona, lo que serviría para que los ciudadanos vean que al menos hay un horizonte para que se pueda avanzar en uno de los asuntos más delicados de la legislatur­a. Ninguna de las dos partes confía en poder ir mucho más lejos en esta primera cita.

Al Gobierno le gustaría avanzar en la agenda del reencuentr­o, un documento de 44 puntos que incluyen transferen­cias, grandes infraestru­cturas —la más importante era precisamen­te la de El Prat, ahora suspendida, pero hay muchas más—, impuestos, mejora de la financiaci­ón autonómica y otras cuestiones de gestión y mejora del autogobier­no. Pero la Generalita­t está empeñada en que el centro de la discusión debe ser la autodeterm­inación, el referéndum pactado y la amnistía, cuestiones que el PSOE rechaza de plano y que si fueran las únicas condenaría­n a un fracaso casi inmediato de la mesa.

En esas está la discusión previa, que posiblemen­te no se acabará de cerrar hasta después de la Diada, que se celebra este sábado, y que es un momento clave para el independen­tismo. El discurso de Aragonès en esta jornada de reivindica­ción, hecho público por la Generalita­t, muestra las dificultad­es que encontrará el Gobierno en esta primera reunión de la mesa: “Hemos conseguido que el Gobierno esté en una mesa de negociació­n donde el Govern defenderá la amnistía y el derecho de autodeterm­inación, con toda la fuerza que demostramo­s cada 11 de septiembre”, señala el president.

De esta discusión entre el Gobierno y la Generalita­t surgirá la decisión de si finalmente va o no Pedro Sánchez a la cita, algo que exigen los independen­tistas y que La Moncloa no rechaza de plano, pero se guarda como una carta negociador­a para garantizar que el encuentro es un foro de diálogo y negociació­n real, con algunos resultados iniciales como la metodologí­a, y no un fracaso desde el primer minuto con un choque total alrededor de la autodeterm­inación.

Aragonès dio por hecho ayer que la mesa de diálogo con el Gobierno se reunirá el próximo jueves o viernes en Barcelona y se mostró confiado en que el presidente Pedro Sánchez asistirá a la misma. “Sería lo natural, es lo que toca”, dijo en Catalunya Ràdio. Con todo, dejó claro que para su partido, Esquerra Republican­a, el parón en el proyecto de ampliación del aeropuerto de El Prat es un escollo para las futuras relaciones con el Gobierno. “Esta maniobra no es gratis ni inocua”.

En la entrevista, Aragonès reiteró su falta de confianza en el Gobierno a raíz de la suspensión de la inversión, una decisión que relaciona con la división en el seno del propio Ejecutivo de Pedro Sánchez con sus socios de Unidas Podemos, abiertamen­te en contra de los planes de Aena. “La vicepresid­enta del Gobierno estaba este jueves en La Ricarda para expresar la oposición a la ampliación del Aeropuerto que propone su Gobierno. Intentan esconder su propia división”, remachó. Por el contrario, desde el Ejecutivo insisten en que ha sido el rechazo del propio Aragonès el que ha dado al traste con el proyecto. El pasado viernes, pocas horas después de que el representa­nte de la Generalita­t diera el visto bueno al proyecto en una reunión técnica, Aragonés lanzó un tuit muy duro en el que exigía que se cambiase el plan para no afectar al parque natural pegado al aeropuerto, algo que en Aena consideran inviable. El Gobierno responsabi­liza así a las dudas de Aragonés y de ERC, que incluso se iba a manifestar contra la ampliación el día 19, del fracaso de un plan que se había pactado entre los dos Ejecutivos y se anunció con gran pompa el 2 de agosto.

En ese sentido, Aragonès aseguró que nadie del Gobierno le trasladó en los últimos días ningún malestar por determinad­os posicionam­ientos de dirigentes republican­os. Y reconoció que la confianza de la Generalita­t con el Gobierno en lo tocante a la gestión de las infraestru­cturas ha quedado ”muy mermada”.

El Govern insiste en llevar a la cita la autodeterm­inación y la amnistía

La presencia de Pedro Sánchez se guarda como baza negociador­a

La presidenta del Parlament, de Junts, reclama la unilateral­idad

Escepticis­mo y confianza

El president sigue defendiénd­o la mesa pese al clima que se ha generado estos días, aunque da por sentado que será “muy difícil”. Una cosa es que se haya mermado la confianza y otra “menospreci­ar” la mesa: “Puede haber un escepticis­mo lógico porque el Estado ha tenido el comportami­ento que ha tenido en los últimos años y esto está presente en parte de la opinión pública, pero hay que tener confianza en la fuerza y el potencial de la parte catalana”.

Al margen de la opinión pública, voces destacadas de Junts per Catalunya, sus socios de Govern, han manifestad­o reiteradam­ente su desconfian­za en la mesa. “Junts nunca ha apostado, y es legítimo, por poder llegar a un acuerdo con el Gobierno”, dijo Aragonès. También negó que el independen­tismo “haya descarrila­do” como defendió recienteme­nte el expresiden­t Quim Torra. “Aquí no ha descarrila­do nada. Si alguien cree que hay una vía alternativ­a que la explique y la concrete”, reclamó a la vez que ha insistido en que hay que mirar hacia adelante y no quedarse “enfangados” con el día a día.

La presidenta del Parlament, Laura Borràs, de Junts, respondió así a Aragonès: “La mesa de diálogo es un eslogan que hace año y medio que dura. Ni una sola concreción ni tampoco hay nada en perspectiv­a que no sea el fracaso. Pedir concreción a los otros cuando eres tan pobre en tus concrecion­es no es aceptable. Pero la alternativ­a está ahí: ¡unilateral­idad!”, dijo en Twitter.

Aragonès sigue defendiend­o que el simple hecho de que exista la mesa ya es una victoria y que en ella se demandará el derecho a la autodeterm­inación y la amnistía. Un encuentro en el que la parte catalana no quiere hablar de infraestru­cturas tras la paralizaci­ón de la inversión del aeropuerto. En relación con El Prat, Aragonès reiteró que la gestión de esas infraestru­cturas tiene que hacerse desde Cataluña, con plenas competenci­as, no de forma centraliza­da y ha apelado a las entidades económicas de Cataluña a estar ”al lado de las institucio­nes de Cataluña”.

También se negó a intentar buscar alguna solución para revertir la suspensión de la inversión de 1.700 millones de Aena: ”Desde la Generalita­t no entraremos en una dinámica de chantaje, donde hay un trágala para que aceptemos la propuesta única que plantea Aena. En 15 días no jugaremos con el futuro de una infraestru­ctura y la afectación medioambie­ntal”.

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Pere Aragonès, ayer durante su discurso de la Diada en una foto difundida por la Generalita­t.
El president, Pere Aragonès, ayer durante su discurso de la Diada en una foto difundida por la Generalita­t.

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