Los premios Goya renuevan en Valencia su fórmula
La gala tendrá una presentación colectiva y rendirá homenaje a Luis García Berlanga
Ni uno ni dos presentadores, como ha venido siendo habitual. La gala de los premios Goya de 2022, que celebrará su 36ª edición el 12 de febrero en el Palau de les Arts de Valencia, contará con una presentación colectiva en la que participarán “primeras figuras”, según anunció ayer Mariano Barroso, presidente de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España. No ha querido dar nombres ni más detalles para mantener la tensión informativa, ha puntualizado. Tan solo ha añadido que “cada una de las presentadoras y presentadores tendrá protagonismo y representará diversos aspectos del cine, del más popular al cine de autor; cada género estará representado por alguien”.
Presumiblemente, serán figuras del mundo del cine y de la cultura, en general, si bien la Academia no quiere desvelar de momento la identidad ni el perfil de ninguno de los participantes. En la última gala de los Oscar, sin embargo, los actores fueron los que ejercieron de conductores.
Barroso incidió en que será la gala del “reencuentro con el público”, tras la pasada edición en Málaga con las butacas vacías por la pandemia y tras la vuelta de los espectadores a las salas. Y premiará las películas de un año de cosecha extraordinaria en el cine español, como evidencia el visionado de películas para representar a España en los Oscar, según destacó.
Se celebrará justo dos años después de que se registrara el primer caso de coronavirus en la Comunidad Valenciana, recordó el presidente valenciano, Ximo Puig, en la presentación oficial de la entrega de los premios más importantes del cine español. Por eso será la gala de la “esperanza y de la recuperación emocional”, además del homenaje definitivo a Luis García Berlanga, cerrando las conmemoraciones de este año por el centenario del nacimiento del cineasta valenciano, fallecido en 2010. “El Año Berlanga se merecía un final de cine”, afirmó el alcalde de Valencia, Joan Ribó.
Será también una gala con menos público que las anteriores, a excepción de la edición pandémica de este año. A pesar de las dimensiones catedralicias de la ópera diseñada por Santiago Calatrava, la sala principal tiene un aforo de poco más de 1.500 butacas, la mitad que el disponible en la mayoría de las galas precedentes celebradas en Málaga, Sevilla o Madrid. En cambio, la llamativa sala blanca y azul, parte recubierta de trencadís, apenas habrá que decorarla. “Ofrece más cosas que la convierten en un lugar único”, apuntó Barroso. Se aprovechará la popular alfombra roja para mostrar la espectacularidad del edificio por dentro y por fuera.
Retransmitida por TVE, la gala “potenciará la imagen de la ciudad y el sector audiovisual valenciano”, señaló la vicealcaldesa Sandra Gómez, que ha participado desde el principio en las negociaciones con la Academia. El Ayuntamiento aportará la mayor parte de los dos millones del canon para acoger la entrega de premios en Valencia, que incluye la producción, los desplazamientos y las invitaciones. La Diputación de Valencia, cuyo presidente, Toni Gaspar, también participó en la presentación, contribuirá con medio millón, y la Generalitat y el Consistorio se repartirán el resto. El presupuesto es similar al de la edición de Málaga de 2020, en el que también participaron varias instituciones.
El Ayuntamiento de Sevilla calculó que la gala de 2019 generó en la ciudad un impacto económico directo de cinco millones de euros e indirecto de varias decenas.