Una activista: “Tememos que nos eliminen de la sociedad”
Es una de las cinco valientes. Las cinco amigas que el 17 de agosto, apenas 48 horas después de que los talibanes tomaran Kabul, se manifestaron frente al Palacio Presidencial de Afganistán. “Esperábamos que las activistas levantaran la voz por nosotras, pero cuando nos dimos cuenta de que nadie hacía nada, decidimos correr el riesgo”, relata en una cafetería cercana a su domicilio. Ellas abrieron el camino para las protestas que han venido después. El día 4 repitieron la convocatoria y lograron reunir a un centenar de mujeres. “Los talibanes nos rodearon y nos empujaron contra la pared. Pasamos mucho miedo”, admite a la vez que muestra el vídeo que grabó y la foto de una de las jóvenes que resultó herida.
Otras mujeres también se han manifestado en Herat, Nimruz y Mazar-i-Sharif. “Tememos que nos eliminen de la sociedad. No me creo sus promesas, solo intentan dar buena imagen al mundo”, dice.
Yalda (un apodo para proteger su identidad) nació en 1996, el año en que los fundamentalistas tomaron el poder. Su familia, como millones de afganos, optó por exiliarse en Pakistán y no volvieron hasta 2004. Ha crecido y se ha formado en un clima de libertad y esperanza. “Solo sabía de los talibanes por lo que me había contado mi
madre, pero ahora de repente, todos tenemos miedo de perder derechos”, señala. De momento, se ha quedado sin trabajo porque la empresa en la que trabajaba cerró y se fue del país cuando llegaron los milicianos.
La declaración de apoyo al Emirato Islámico de un grupo de mujeres islamistas le causa incredulidad. “¿Cómo pueden respaldar a los talibanes? Aquí nunca hemos tenido ese tipo de hiyab [pañuelo]. ¿De dónde han salido?”, se preguntaba ayer. “Cómo nos vestimos es nuestra elección, no nos lo dicta ningún país extranjero; solo queremos defender nuestro derecho a la educación, el trabajo y la participación política”, resume.
Es consciente de la desigualdad de la lucha. “Nuestro poder son las redes sociales para enseñar sus abusos al mundo”, dice temerosa de que un apagón pueda dejarlas aisladas.