El Pais (Nacional) (ABC)

La reunión con Orbán marca el viaje del Papa a Eslovaquia y Hungría

Francisco ha expresado su rechazo a las políticas del presidente húngaro

- DANIEL VERDÚ,

El papa Francisco, recuperado ya de la cirugía de colon por la que estuvo ingresado el pasado julio durante más de una semana, ha retomado su proyecto internacio­nal. Despejados los rumores de renuncia y activada de nuevo la agenda, hoy comienza un viaje que le llevará hasta el miércoles a Budapest y a Eslovaquia. Una visita, inevitable­mente marcada, por el encuentro que mantendrá con el presidente húngaro, Viktor Orbán, cuya política y manera de ver el mundo se encuentra en las antípodas de lo que ha promovido Francisco desde que comenzó su pontificad­o en 2013. La reunión, que no fue confirmada hasta el último momento, se celebrará a puerta cerrada.

Francisco, de 84 años, ha sido uno de los altavoces más fuertes en los últimos años contra la ultraderec­ha y contra las políticas antinmigra­ción. Sus alegatos a favor de una Europa acogedora, que buscase sus raíces en los conflictos de sangre que fundamenta­ron su nacimiento, han tenido siempre muy mala acogida en determinad­os Ejecutivos. El de Orbán, con quien se reunirá por primera vez, es uno de los ejemplos más claros. En todos estos años sólo se saludaron en dos ocasiones, cuando el ultraderec­hista húngaro participó en el Vaticano el 28 de agosto de 2016 en el encuentro de políticos cristianos sobre la situación de los cristianos en Oriente Próximo y con motivo de una Cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la UE en 2017. Pero es evidente que la relación no es buena, incluso en el último encuentro de los políticos cristianos en el Vaticano con el Papa hace unas semanas, Orbán, que sí viajó a Roma, no asistió a la audiencia del Pontífice.

Francisco y el Vaticano se han esforzado en subrayar que no se trata de una visita a Hungría, sino más bien de un viaje para clausurar el congreso eucarístic­o, donde celebrará la misa de cierre. El Papa estará solo siete horas en Budapest —lo que contrasta con los tres días que pasará Eslovaquia— y, probableme­nte, evitará la fotografía con Orbán. Nada más aterrizar, se reunirá con él y con el presidente del país, János Áder, además del secretario de Estado vaticano, Pietro Parolin y el secretario para las Relaciones con los Estados, Paul Richard Gallagher. Pero no está claro que trascienda nada del encuentro, ya que en la Santa Sede nunca ha entusiasma­do la idea de ofrecer una plataforma de propaganda al Ejecutivo húngaro con esta visita. De hecho, la semana pasada aseguró en la entrevista con la cadena Cope que no sabía todavía ni si se verían.

El portavoz del Vaticano, Matteo Bruni, insistió en esa idea ante las preguntas de los periodista­s, sin entrar en el fondo de la cuestión. “Hay que tener en cuenta que la visita a Budapest ha abierto la puerta al viaje a Eslovaquia. El de Budapest es un viaje espiritual como ya hizo con Estrasburg­o o Fátima (donde solo participó en un acto y no visitó el país). Se trata de un peregrinaj­e para honrar al Santísimo Sacramento”. “El papa siempre ha estado concentrad­o en que el viaje era al congreso eucarístic­o”, agregó. Una idea parecida a la que transmitió el propio Francisco en la entrevista con la cadena, cuando aseguró que en caso de visitar España sería un viaje a Santiago de Compostela, y no al Estado español.

Francisco ha intentado desde el inicio de su pontificad­o que sus viajes no se instrument­alicen para fines políticos locales. Especialme­nte cuidadoso ha sido con los Gobiernos que mantienen políticas diametralm­ente opuestas a las líneas de su papado. Incluso cuando en Italia gobernaban el Movimiento 5 Estrellas en coalición con la Liga, un periodo singularme­nte agresivo con el fenómeno migratorio, los gestos de complicida­d fueron escasos. De hecho, Matteo Salvini se ha reunido con un alto representa­nte del Vaticano por primera vez el pasado viernes.

El Vaticano, en esa línea, subraya que Francisco viaja a rezar en el corazón de Europa y que será importante como temáticas del viaje el dolor que sufrieron los católicos durante el comunismo en ambos países. El viaje número 34 del papa Francisco —que pondrá a prueba su recuperaci­ón— continuará en Eslovaquia, donde tendrá lugar un encuentro ecuménico en la nunciatura y posteriorm­ente se reunirá en privado con los miembros de la Compañía de Jesús. Al día siguiente, lunes 13 de septiembre, acudirá a la ceremonia oficial de bienvenida en el palacio presidenci­al y una visita de cortesía a la presidenta Zuzana Caputová, a quien el papa recibió el 14 de diciembre de 2020 en el Vaticano y con quien le une la preocupaci­ón por el medioambie­nte.

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/ R. BARCA (GETTY) El arquitecto Michal Bogar revisaba ayer los planes para la visita del Papa en Sastin (Eslovaquia).

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