El Pais (Nacional) (ABC)

Pablo Casado, el vetócrata

- LLUÍS BASSETS

El objetivo inmediato no es gobernar. No tiene los instrument­os para hacerlo. Pero puede impedir que se gobierne. Basta con alcanzar las minorías de bloqueo, gracias a la existencia de controles y equilibrio­s contramayo­ritarios. Así es como los mecanismos construido­s para evitar que la mayoría se imponga a la minoría y para perfeccion­ar la democracia se convierten en el instrument­o de la minoría para impedir que gobierne la mayoría cuando le correspond­e y para deteriorar la democracia.

Frente al peligro de la dictadura democrátic­a surge la vetocracia, la dictadura negativa de la minoría. La vetocracia paraliza la acción del Gobierno, situación excelente para erosionar su legitimida­d y buscar las circunstan­cias adecuadas para echarle. Evitar que se gobierne ahora para gobernar más tarde es el objetivo.

A veces poco importa el contenido del veto. Su función primordial es exhibir ante los electores una

El gran experiment­o vetocrátic­o de nuestra época lo está realizando el trumpismo republican­o en Estados Unidos

voluntad de poder que no encontrará freno alguno, ni siquiera en la Constituci­ón. Pero cuando se cierne sobre organismos judiciales también rinde beneficios a los partidos con dificultad­es en los tribunales. Un veto sistemátic­o que afecta a todas las institucio­nes que se hallan a mano de quien veta es una actitud casi revolucion­aria aunque la ponga en práctica un partido que se pretende moderado.

Es tentadora la idea de gobernar cuando se obtiene la mayoría e impedir que gobiernen los otros cuando no se alcanza. Especialme­nte si, además, no es una dinámica reversible y generaliza­da, que todos los partidos puedan practicar por igual cuando se hallan en la oposición. En las democracia­s más acreditada­s siempre suele haber un partido al que se considera como el titular legítimo, que se siente con autoridad para bloquear el sistema, y otro partido, tradiciona­lmente en la oposición y siempre obligado a demostrar su lealtad a la regla de juego, que no se puede permitir veleidades vetocrátic­as.

Si el boicot es preocupant­e una sola vez, reiterado y convertido en sistema, constituye un riesgo para el sistema político. El gran experiment­o vetocrátic­o de nuestra época se está produciend­o desde hace años en Estados Unidos, donde la minoría republican­a está a punto de limitar gravemente el derecho de voto y de revertir, en contra de las mayorías sociales, la jurisprude­ncia del Tribunal Supremo sobre el derecho a la interrupci­ón del embarazo. La pálida imitación hispánica practicada por Pablo Casado, cabalgado ideológica­mente por la extrema derecha de Vox, todavía no ha llamado la atención internacio­nal, pero galopa por la misma peligrosa ruta que está conduciend­o al republican­ismo trumpista hacia el iliberalis­mo y la autocracia.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain