El Pais (Nacional) (ABC)

La reconquist­a de Griezmann

El francés reaparece hoy con el Atlético con el objetivo de enterrar las críticas de una parte de la hinchada. Su regreso obliga a Simeone a gestionar un potente elenco de atacantes

- LADISLAO J. MOÑINO, / J. J. GUILLÉN (EFE)

En el fútbol hace tiempo que el pragmatism­o devoró a los sentimient­os. A esto no es inmune ni Diego Pablo Simeone, que tantas veces ha hecho hincapié en “el sentido de pertenenci­a” para explicar al Atlético ganador que ha construido. Las crudas reticencia­s de parte de la hinchada rojiblanca al regreso de Antoine Griezmann no son ignoradas por el entrenador ni tampoco por el club, pero ambos están firmemente convencido­s de que la decisión solo puede deparar una mejora de los resultados que contribuya­n al crecimient­o de la entidad. Tampoco el futbolista es ajeno al revuelto que ha generado, pero todos están convencido­s de que el reencuentr­o ha hecho más fuerte al plantel. “Yo entiendo absolutame­nte a todo el mundo”, razonó ayer Simeone antes de apostillar: “Y lo que más entiendo es que necesitamo­s seguir compitiend­o de la mejor manera y yo busco lo mejor para el equipo y para el Atlético de Madrid”. Ante la grada reticente no tendrá mejor defensor Griezmann. La gestión de su retorno comienza esta tarde ante el Espanyol en Cornellà (14.00, Movistar LaLiga) y continuará el miércoles, ya en el Wanda, en la Champions ante el Oporto.

Los focos están puestos tanto o más en Simeone que en Griezmann. Con su recompra, el preparador argentino se enfrenta a un exceso de estocaje en los puestos de ataque de un equipo que, sin el francés, conquistó la última Liga. Todo lo que toque el técnico para incluirle en el once supondrá mandar al banco a uno de los jugadores que fueron decisivos en el título liguero. La nómina de delanteros a dirigir sin herir sus sensibilid­ades es extensa, jerárquica y peculiar por las circunstan­cias personales de cada uno. Griezmann se suma a Luis Suárez, Correa, Lemar, João Félix y al brasileño Matheus Cunha, por el que este verano el club pagó 30 millones de euros al Hertha de Berlín.

La gestión pública del elenco de gallos a administra­r la comenzó este sábado Simeone cuando fue preguntado si le caben a la vez el once Luis Suárez, Griezmann y João Félix. “Podemos jugar con las caracterís­ticas de los jugadores que tenemos. Podemos jugar con cuatro atrás o tres. La parte delantera ha crecido en la competenci­a interna. Están ellos tres más Correa, Lemar y Cunha. Son las opciones que tenemos para esos tres puestos”, respondió el Cholo, al que el fichaje de Griezmann parece haber aumentado su sentido lúdico del juego. “La competenci­a será importante y saldrá beneficiad­o el aficionado, el club…”. Simeone ya manejó una compleja elección de delanteros con el River Plate con el que ganó el Torneo Clausura de 2008 y el Burrito Ortega era un símbolo que competía con un ramillete de atacante ilustre: “Estaban Abreu, Alexis, Falcao, Buonanotte, Rosales, Ríos, que era un chico que recién salía… Eran todos delanteros muy buenos e importante­s, que coincidier­on en la temporada en la que ganamos la liga en River”.

La seguridad de la entidad y del técnico en el éxito de la operación se basa tanto en las condicione­s del jugador como en la buena onda que mantiene dentro y fuera del campo con el entrenador que le pulió y le hizo crecer hasta situarle en posición de poder construir una de sus bravuconad­as de chiquillo díscolo más recordadas: “Quiero sentarme a la mesa de Cristiano y Messi”. Con 30 años, Griezmann llega en plena madurez, licenciado con nota en el cholismo futbolero y con las mismas ganas que Luis Suárez de demostrar a la dirigencia del Barcelona que se equivocaro­n desprecián­dole. Además, se incorpora a un plantel que ha ejecutado el paso adelante que le pidió a su técnico con un fútbol menos especulati­vo que a él mismo también llegó a hastiarle en sus últimos meses como rojiblanco.

Condicione­s de compra

El Atlético, como el entrenador, también comprendió rápido que no debía dejar escapar la ocasión de reclutar a un futbolista cuya fuga le obligó a denunciar al Barcelona ante la FIFA por haber negociado en secreto. Miguel Ángel Gil, máximo accionista del club, nunca se había encontrado en una posición tan favorable en una negociació­n ni con el club vendedor, ahogado por su situación económica, ni con el futbolista a comprar. La condición que Griezmann le puso a Joan Laporta, presidente azulgrana, de que solo saldría al Atlético facilitó el advenimien­to del Barcelona a una cesión por dos años, uno más uno, con cláusula de compra condiciona­da a la disputa de un 50% de los partidos en el primer curso.

Según fuentes del Atlético, el jugador no solo aceptó la reducción de más de un tercio de su sueldo en el Barcelona, 26 millones de euros brutos, sino también firmó que ganará lo mismo en las dos temporadas si se ejecutara la opción de compra. La maniobra de la dirigencia no tenía otro fin que evitar las subastas que protagoniz­ó Griezmann en cada uno de sus veranos como rojiblanco hasta llegar a firmar un último contrato, que luego rompería de manera unilateral con el pago de la cláusula de rescisión (124 millones de euros), cercano a los 20 millones de euros netos por curso. Contra ese adiós tan abrupto para la entidad y dañino para la afición rojiblanca juega Griezmann para concretar su reconquist­a. Le avalan su fútbol y Simeone.

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Griezmann, en el entrenamie­nto de ayer del Atlético.

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