Anne Hidalgo, candidata a presidenta de Francia
La alcaldesa de París presenta oficialmente su candidatura al frente del Partido Socialista para las elecciones presidenciales de 2022
La alcaldesa de París, la socialista Anne Hidalgo, anunció ayer su candidatura para las elecciones presidenciales de 2022. Hidalgo (nacida en San Fernando, Cádiz, hace 62 años) prometió poner fin “al desprecio, a la arrogancia, a la condescendencia” que en su opinión han marcado el quinquenio del actual presidente, el centrista Emmanuel Macron.
La política franco-española, acompañada por alcaldes de su partido, pronunció un discurso ecologista, feminista y social en una zona portuaria junto al río Sena en Ruán.
La alcaldesa de París, Anne Hidalgo, se declaró ayer candidata a las presidenciales de 2022. Hidalgo (San Fernando, Cádiz, 62 años) lo anunció con un discurso ecologista, feminista y social en una zona portuaria junto al río Sena en la ciudad normanda de Ruán. “Estoy preparada”, aseguró en un acto del Partido Socialista con una bandera francesa y otra europea al fondo, sin emblemas de su formación política. “He decidido ser candidata a la presidencia de la República francesa”, declaró.
La política franco-española, acompañada de alcaldes de su partido, prometió poner fin “al desprecio, a la arrogancia, a la condescendencia”. En su opinión, estas actitudes y la concentración del poder en una sola persona desconectada de los problemas del país, han marcado el quinquenio del actual presidente, el centrista Emmanuel Macron. Hidalgo defendió un modelo francés basado en “la consideración de la vida en común y el respeto”.
El anuncio oficial no es ninguna sorpresa, pero forma parte de la coreografía ineludible para todo candidato. Por la noche la candidata se disponía a dar una entrevista el telediario de la cadena pública France 2 y —otro paso obligado para cualquier aspirante— la próxima semana publicará un libro titulado Une femme française (Una mujer francesa). Un voto interno de la militancia del PS debe ratificar la candidatura de Hidalgo, apoyada por la jefatura del partido, ante la alternativa del ex portavoz del Gobierno y exministro Stéphane Le Foll.
“Debemos transformar nuestro modo de vida y nuestra economía, porque el planeta es nuestro único refugio y fuente de vida”, dijo. “Quiero que estas mamás que educan solas a sus hijos no queden abandonadas a la precariedad y a la inseguridad. Estas mujeres que lo pasan mal, peor remuneradas que los hombres, obtendrán por fin la igualdad plena y entera de salarios”.
La alcaldesa de París, nieta de un represaliado por el franquismo, hija de inmigrantes económicos que se instalaron en Francia cuando ella tenía dos años y francesa por elección, se embarca en una aventura incierta. Los sondeos previos al anuncio de la candidatura la situaban por debajo del 10%, muy lejos de las dos primeras posiciones que dan acceso a la segunda vuelta.
Todos los sondeos, desde hace meses, pronostican que serán Macron y la líder de la extrema derecha, Marine Le Pen, los finalistas. Macron es el favorito, según los mismos sondeos. Pero el antecedente de hace cinco años obliga a relativizar estos pronósticos. Macron era entonces una hipótesis que pocos tomaban en serio. Y acabó ganando. Es posible que en los próximos días haya un efecto Hidalgo en los sondeos tras oficializar su candidatura.
Más aspirantes
Otro obstáculo para la alcaldesa es la división de la izquierda. La izquierda populista de La Francia Insumisa tiene un candidato: Jean-Luc Mélenchon. El partido Europa Ecología/Los Verdes están en pleno proceso de primarias. El Partido Socialista (PS), que estuvo al borde de la extinción cuando su candidato en 2017 obtuvo poco más del 6% de votos, confía en haber encontrado en Hidalgo a una tabla de salvación.
Hidalgo no pertenece a la categoría de políticos que desde pequeño se miran al espejo y se ven presidentes. Si ganase, seguiría los pasos de Jacques Chirac, alcalde de París antes que presidente. Y sería la primera jefa del Estado francés y la primera nacida en el extranjero. La aspirante es una socialdemócrata europeísta y defensora de una idea de laicidad a la francesa, lo que la distancia de la izquierda de Mélenchon y de algunos ecologistas, acusados a veces de complacencia con el islamismo. Su primera dificultad consistirá en atraer suficientes votos de ecologistas y mélenchonistas para imponerse como la candidata de la izquierda.
Un concepto clave en la campaña será el de los cuidados, la protección y el respeto. Significa, según Hidalgo, respeto por la naturaleza, por la vida humana y el derecho a morir dignamente, por los trabajadores que estuvieron al pie del cañón durante la pandemia y merecen mejores salarios, para los hijos de los migrantes que sufren discriminaciones.
“Quiero empezar por poner fin al desprecio, a la arrogancia a la condescendencia de quienes conocen tan mal nuestras vidas, pero deciden lejos de nosotros sobre todo, todo el tiempo y sin nosotros”, dijo sin mencionar a Macron ni la revuelta de los chalecos amarillos que han encarnado el descontento con el presidente durante su mandato. “Esto crea tantas cóleras, tantas revueltas, tantas injusticias que envenenan el país, que nutren la desconfianza y en el fondo socavan la democracia. El quinquenio que termina debía unir a los franceses y los ha dividido como nunca”.
Hidalgo quiere apoyarse en los alcaldes de las ciudades que han sido un bastión del PS. Frente al centralismo, propone más poder local. Frente a la concentración de las decisiones en el Elíseo, más deliberación y el diálogo con los agentes sociales y la llamada Francia de los territorios. Otro obstáculo más es su identificación con París, símbolo del centralismo, y del alejamiento de las ciudades ricas y globales respecto a las ciudades pequeñas y medianas. El camino hacia el Elíseo empieza cuesta arriba.