Un adelanto electoral inoportuno
El tiempo electoral de los socialistas está fijado para el último domingo de mayo de 2023. Hay mucho que reparar antes de examinarse, cuando aún nada ha llegado de lo que el Ejecutivo dice que está por llegar. Si el presidente de Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla, decidiera adelantar las elecciones en su comunidad porque Vox pone cortapisas a su acción legisladora, según apuntó a este periódico, los andaluces irán a las urnas en la próxima primavera. El candidato socialista será Juan Espadas, pero el resultado de esas elecciones recaerá sobre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Las encuestas nacionales son favorables al PP; también las andaluzas, donde aumenta la preocupación en el PSOE por el creciente arraigo del presidente andaluz entre sus ciudadanos. Una segunda prueba para los socialistas puede venir de Castilla y León, donde el runrún de adelanto electoral les inquieta sobremanera.
Esas supuestas victorias del PP pueden suceder “sin que se haya construido la alternativa y la derecha continúe acéfala”, señala el sociólogo José Pablo Ferrándiz, socio fundador de Elemental Research.
En los análisis de este centro se apunta a que el PP cumple algunos requisitos imprescindibles para gobernar como es el que no compitan por el mismo electorado más de dos partidos: ellos y Vox. Se mantiene machaconamente la ausencia de Ciudadanos. No hay trasvase ni intercambio de votos entre partidos, lo que Ferrándiz llama el “bibloquismo”, pero los bloques están ajustados, si se suman los nacionalistas y grupos regionales. La apatía en la izquierda continúa, frente a la movilización de la derecha, pero puede ser coyuntural, quieren creer en los partidos concernidos.
En las entrañas de la polarización y la crispación ha entrado el sociólogo Ignacio Urquizu, que compatibiliza su acción política como alcalde de Alcañiz y diputado autonómico aragonés, con el trabajo teórico. Su próxima obra saldrá el 22 de septiembre. Un 60% de los españoles vota por motivos ideológicos, aunque busque, después, justificaciones, sostiene Urquizu. Una mayoría debe notar la recuperación, apreciarla individualmente, defiende Ferrándiz, ante la promesa gubernamental de que llegará por un vigoroso crecimiento económico y los fondos europeos. En las filas socialistas se reconoce que para las elecciones no servirá que la macroeconomía indique que España se recupera; lo tienen que notar los españoles.