El Pais (Nacional) (ABC)

Cartas a la estabilida­d

Cerca de 150.000 aspirantes optan a uno de los 3.381 puestos de trabajo ofertados por Correos, con la seguridad laboral como principal reclamo

- BERNAT COLL,

“¿Qué producto tiene garantía por demora?”. Es una de las casi 100 preguntas que tuvieron que responder ayer los aspirantes a una de las plazas de atención al cliente que oferta Correos. “No sé si era el paquete estándar o la carta certificad­a urgente”, propone uno de los examinados en un corrillo a las afueras de Fira de Barcelona, donde se han realizado las pruebas de acceso a la compañía en la capital catalana.

Marina García y Katia Andreevska­ia también repasan las respuestas y no les acaban de salir las cuentas. “No creo que apruebe”, admite Andreevska­ia, economista de 32 años. “Había muchos temas y era imposible saberlos todos, sobre todo el de las leyes”. Ellas son dos de los casi 150.000 aspirantes que se inscribier­on a los exámenes que se realizaron ayer en toda España para acceder a una de las 3.381 plazas de personal laboral indefinido ofertadas por Correos para realizar funciones de reparto, tareas logísticas y de atención al cliente en oficinas en toda España.

Garcia y Andreevska­ia se presentaro­n a todas las posiciones disponible­s para tener más posibilida­des. El problema es que el temario era extenso. “¡El libro de estudio tenía más de mil páginas!”, señalan. Este año, además, se añadieron conceptos de digitaliza­ción y negocios digitales. Con todo, las preguntas resultaron variadas: qué palabra hay que escribir tras entregar un boleto ganador de la ONCE, los precios de indemnizac­ión en caso de extravío, contenidos jurídicos, servicios digitales y hasta la línea de trabajo de la empresa.

Las dos mujeres admiten que su interés no reside en la carrera profesiona­l, sino en la estabilida­d del puesto. “Este trabajo no me hace mucha ilusión, la verdad”, admite García, de 35 años. “Pero te da seguridad”. La mujer, diplomada en Magisterio, trabaja desde hace unos días en un Carrefour y cubrió hace unos meses una baja de dos semanas en una escuela infantil. “La opción de Correos te garantiza un sueldo fijo”, concluye.

El salario es otra de las razones por las que Laia García, de 36 años, aspira a una plaza. La covid obligó a la empresa familiar donde había trabajado toda la vida a cerrar, y en el último año ha estado en el paro. El nacimiento de su tercer hijo la obligó a buscar una salida laboral. “El último año he estado estudiando cada día un par de horas”, explica. “Estoy un poco desanimada porque creo que ha sido difícil, pero espero encontrar alguna otra cosa”. La conciliaci­ón familiar no ha sido sencilla para Laia durante la preparació­n de las pruebas. “Ha sido muy difícil porque tengo un bebé de un año que necesita de toda mi atención”, argumenta. Ahora aspira a todos los puestos ofertados en Correos, pero no tiene claro si prefiere realizar tareas administra­tivas o de reparto. “Diría que los trabajador­es que están en la calle se lo pasan mejor”, reflexiona.

Jordi Bech es uno de ellos. Pasó las oposicione­s el año pasado y ahora tiene una plaza fija como cartero. “Es muy agradecido, porque en algunas zonas tratas directamen­te con la gente y la acabas conociendo. Hay personas que esperan cartas o certificad­os médicos, y cuando se lo entregas, te lo agradecen muchísimo”. Jordi espera a su hermano Carles en la salida, que se presenta por tercera vez. “Creo que aprobaré”, dice Carles, ya con un cigarrillo en la mano. El aspirante pasa su jornada laboral en un restaurant­e familiar, trabajo que no le acaba de llenar. “No tienes nunca horario”, lamenta, “acabas la jornada cuando se va la gente”. Ahora quiere pasarse al bando de su hermano. “La gente que quiere entrar en Correos quiere un horario cerrado, un sueldo fijo y estabilida­d laboral y económica”, resume Jordi, que avisa: “Es un trabajo con muchas cosas buenas, pero salir a repartir en invierno puede ser incómodo”.

Correos no disponía ayer de los datos globales de cuánta gente se había presentado finalmente a las pruebas. En Barcelona, se presentaro­n unos 8.000 aspirantes de los 11.769 inscritos (68%), un porcentaje “menor de lo habitual”,

En Barcelona hay 698 plazas. En Ávila solo han salido cuatro

“La gente quiere un horario cerrado y un sueldo fijo,” dice un cartero

según un portavoz de la compañía.

Las pruebas se celebraron de forma simultánea en 32 ciudades de España, con plazas en todas las provincias. Barcelona es el territorio con más oferta (698 plazas), seguida de Madrid (590) y Valencia (232). Ávila, con cuatro, es la que menos. Correos ofrece 2.356 plazas para tareas de reparto, 505 para agente de clasificac­ión y 520 para atención al cliente en oficinas en todo el país. El alto número de personas inscritas en la prueba “es una muestra”, según Correos, “de que la empresa es atractiva por su empleo estable”. Los exámenes, de carácter eliminator­io, se completará­n con una fase de méritos posterior, en la que se valorarán la experienci­a, los permisos de conducción, los idiomas y la formación necesaria para el desempeño del puesto.

El sindicato Central Sindical Independie­nte y de Funcionari­os (Csif), mayoritari­o entre los funcionari­os, por su parte, criticó el retraso de la convocator­ia y que la cifra de plazas no cubre las necesidade­s de la empresa, recogió Efe. Según Csif, Correos debería crear al menos 10.000 plazas adicionale­s, teniendo en cuenta que en los últimos años se ha destruido uno de cada tres puestos de trabajo, asegura el sindicato, y que la empresa tiene en la actualidad un 30% de temporalid­ad en sus plantillas.

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/ CARLES RIBAS Aspirantes a las oposicione­s de Correos, ayer en el recinto ferial de Montjuic II de Barcelona.

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