Un incendio mortal aviva las protestas contra la política de covid cero en China
El Gobierno amenaza con sancionar a quien se desvíe de la versión oficial
La muerte de 10 personas en un incendio en Urumqi, capital de la región autónoma uigur de Xinjiang, en el oeste de China, ha elevado las protestas contra la estricta política de covid cero del gigante asiático. Aunque las autoridades aseguran que el edificio del accidente era una zona de bajo riesgo y, por tanto, los residentes podían salir, los vecinos critican que solo tenían permitido bajar para pasear por la urbanización y a determinadas horas. Los vídeos que circulan en redes sociales —que la censura ya ha eliminado— muestran que los 12 grados bajo cero que se vivían el viernes por la noche en la ciudad no desalentaron a la multitud que se congregó a las puertas del Gobierno regional para exigir explicaciones y el fin de un confinamiento selectivo que dura ya más de 100 días. El Gobierno ha amenazado con sancionar a todo el que comparta noticias sobre el incidente que se desvíen de la narrativa oficial.
A pesar de que Xinjiang (25 millones de habitantes) ha registrado unos 2.400 casos de covid desde el inicio de la pandemia, Urumqi lleva en un pseudoconfinamiento desde el 10 de agosto, lo que ha generado quejas por la escasez de alimentos y otros bienes de primera necesidad. El distrito de Tianshan, donde se produjo el incendio, ha sido uno de los afectados por las estrictas cuarentenas. En plataformas como Weibo o Douying —el Twitter y TikTok chinos—, muchos han lamentado que las víctimas del incendio tuvieran que pasar sus últimos 100 días encerrados.
Según la agencia estatal de noticias Xinhua, el fuego comenzó a las 19.54 del jueves (12.54 en la España peninsular), en la planta 15ª de un edificio de viviendas. Los bomberos notificaron que la principal causa de muerte fue la inhalación de humos tóxicos, que llegaron seis plantas más arriba. Los servicios de emergencia tardaron tres horas en extinguir el incendio y, según los informes publicados, los bomberos tardaron en acceder al bloque porque la calle se encontraba obstruida por vehículos privados aparcados indebidamente y bolardos. Las autoridades afirman que el origen del accidente fue una regleta eléctrica con varios enchufes conectados.
Aunque desde el jueves por la noche se debatía en redes sobre la lentitud de los equipos de rescate, el enfado estalló el viernes, después de que un funcionario local cuestionase en una rueda de prensa “la falta de conocimiento o habilidades de los residentes para ponerse a salvo”. En la conferencia, que fue transmitida en directo en Weibo y en solo media hora contaba con más de 160 millones de visualizaciones, las autoridades aseguraron que se podía salir del edificio desde el pasado domingo. Sin embargo, una captura de pantalla que está circulando por internet, muestra una notificación en el grupo de WeChat de la urbanización en la que se anuncia que el lunes se había detectado un caso positivo, por lo que, siguiendo con los protocolos, todos los vecinos debían realizarse una prueba PCR y quedarse tres días confinados en casa. De momento, EL PAÍS no ha podido verificar la autenticidad del mensaje.