Elías Bendodo, el nuevo ‘poli malo’
El dirigente popular desempeñará el papel de ariete contra el Gobierno sin cargar las tintas en la crispación
El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, eligió a un político que nunca ha estado en la oposición para hacer el marcaje más duro al Gobierno. Es Elías Bendodo (Málaga, 47 años), coordinador nacional desde abril. Esta semana debutó como poli malo —deslizó que la ley del solo sí es sí puede tener “un efecto llamada” a las agresiones sexuales—, y encadenó entrevistas soltando argumentario un peldaño por encima de la portavocía coral del PP.
La decisión de que Bendodo elevara el pistón en la rueda de prensa del comité de dirección se tomó después de que salieran varios artículos de prensa que destacaban la falta de un portavoz del PP que diera caña. Los sectores duros del partido reprochan a Feijóo una oposición demasiado blanda. La idea de que Bendodo suba el tono permite que el líder luzca en clave institucional, aseguran fuentes de la cúpula.
Bendodo cumple su nuevo papel sin cargar las tintas. Ni él quiere un perfil demasiado agresivo, ni el partido cree que encaje en él. “No le veo cómodo como perro de presa”, opina un dirigente que ocupó ese puesto. “Es un papel en el que sabes que te van a achicharrar y hay que saber sacrificarte y dar caña”, añade. El riesgo, recuerda, es que “cuanta más sobreexposición, más posibilidades de equivocarte”.
El coordinador general sufrió un primer traspié nada más llegar al cargo, cuando dijo que España era “plurinacional”. Rectificó rápido, pero ese episodio lo tuvo en la nevera semanas.
La cúpula tiene claro que “no hay ningún Rafa Hernando en el comité de dirección”, resume un miembro. “No existe un perfil tan cañero, pero además hay que tener cuidado con esta apuesta, porque no estamos para meter combustible en la estufa, la política tiene exceso de tensión”, analiza.
Junto a Bendodo, también actúan de portavoces los moderados Cuca Gamarra y Esteban González Pons, vicesecretario Institucional; y Miguel Tellado, vicesecretario de Organización, que en Galicia cumplía ese papel más agresivo como número dos de Feijóo. Aunque todos han subido un grado el tono, ninguno es capaz de igualarse con la verdadera artillera del PP, Isabel Díaz Ayuso, con el inconveniente de que actúa como verso libre.
El equipo de Bendodo asegura centrarse en una única misión: “Convencer de que a este tío se le puede votar”, asegura una fuente. “Este tío” es Feijóo. Ya lo hizo en Andalucía con Juan Manuel Moreno, ayudando a construir una marca —Juanma— que no solo no genera rechazo, sino que para algunos es como un muñeco de peluche, como se comprueba en algunos vídeos. Advertencia: tiene colmillo y a veces lo enseña.
Bendodo va a seguir la misma estrategia que en Andalucía: ensanchar su base electoral a derecha e izquierda. Dos territorios son claves: Madrid (elige 37 diputados) y Andalucía (61), o lo que es lo mismo, Isabel Díaz Ayuso y Juan Manuel Moreno.
Además de intentar ordenar el caos que dejaron Pablo Casado y Teodoro García Egea y de llevar la interlocución con los números dos de otras formaciones, Bendodo lleva la estrategia demoscópica del PP, que es lo que hacía cuando era presidente de la Diputación y del PP malagueños y consejero de Presidencia en la Junta.
Casado y con dos hijos que viven en Málaga, Bendodo pasa ahoEl
ra más tiempo en Madrid y por el resto de España. Cuentan los que le conocen que está “encantado” con su nuevo encargo, pero es consciente de que juega en un campo mayor y con mucho foco. “Ahora tiene que medir mucho lo que dice”, sostiene una fuente. Los que le conocen aseguran que es muy pragmático y adaptativo, que no camaleónico, y le gusta hacer equipos. “Busca a gente que le diga las cosas claras, no a pelotas, y guarda las formas en la toma de decisiones. Da a cada uno su espacio, aunque la decisión ya la tenga tomada”.
Es hijo de sefardíes y miembro de la Comunidad Israelita de Málaga. Repite como mucha frecuencia un principio judío, “disfruto más del camino que de la meta”, como referencia de su trayectoria política. Por primera vez, se encuentra en la oposición: siempre desempeñó cargos institucionales desde el poder. A los 23 años fue concejal del Ayuntamiento de Málaga, gobernado con el PP; con 37, presidente de la Diputación malagueña y con 44, consejero de la Presidencia de la Junta. Ahora, con 47, Bendodo gana proyección en el PP como portavoz y como escudero de Feijóo, aunque ese papel no está exento de riesgos.