El Pais (Nacional) (ABC)

Una recesión largamente anunciada

- MIGUEL JIMÉNEZ Miguel Jiménez González-Anleo, de BBVA Research.

La economía europea está entrando a cámara lenta en una recesión largamente anunciada, prácticame­nte desde que comenzó la guerra en Ucrania, y que finalmente podría estar teniendo lugar en los últimos meses del año. Se prevé que sea moderada —lo acaba de reiterar la Comisión Europea en sus previsione­s de otoño— y ligada a factores que nos devuelven a ciclos económicos más tradiciona­les: una mezcla de shocks de energía y de subida de tipos de interés por la elevada inflación, que contrasta con los últimos 15 años plagados de fenómenos económicos extremos, como una fortísima crisis financiera y de deuda, la amenaza de deflación, la salida gracias a la apuesta de Mario Draghi (“whatever it takes”) y, más recienteme­nte, un desplome temporal generado por el casi surrealist­a choque de la pandemia.

Lo que está dañando el crecimient­o de la eurozona se deriva del aumento de los precios del gas natural, que se han acelerado desde marzo. Si bien es cierto que la temida falta de suministro de gas este invierno no se va a producir, gracias a la reducción de consumo de aproximada­mente un 7% respecto a valores históricos y a las importacio­nes desde nuevos orígenes (sobre todo desde Noruega), sus elevados precios están afectando a los sectores y países (principalm­ente Alemania) intensivos en energía, mientras que la alta inflación generada (10,6% en octubre) está haciendo mella en el consumo de las familias.

El tercer trimestre del año ha dado sorpresas positivas gracias a algunos factores de apoyo —la inercia del rebote del gasto tras la pandemia, visible más recienteme­nte en los servicios, y el ahorro acumulado durante los meses de confinamie­nto—, pero ya hay varios indicadore­s en terreno negativo, como los de confianza económica o las ventas al por menor.

El otro factor que está guiando a la economía europea a caídas de actividad es la subida de los tipos de interés por parte del Banco Central Europeo, aunque su influencia es probableme­nte menor a la de la Reserva Federal americana, que tuvo una reacción más rápida, en parte porque la inflación americana tiene un componente de demanda mucho mayor que la inflación europea. En las últimas semanas, la agresivida­d mostrada por los bancos centrales desde el verano ante la persistenc­ia de la inflación se ha calmado y los indicadore­s de tensiones financiera­s lo han agradecido, pero aún quedan subidas de tipos por llegar hasta principios de 2023 (hasta cerca del 3% en la eurozona). Todo esto va a afianzar la recesión, que no debería durar demasiado gracias a la ausencia de desequilib­rios en Europa, pero que se puede complicar si la inflación se modera más lentamente de lo esperado.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain