El Pais (Nacional) (ABC)

Los efectos de una economía de andar por casa

- Paul Krugman es premio Nobel de Economía. © The New York Times, 2022. Traducción de News Clips. PAUL KRUGMAN

Escribo esta columna como la mayoría de mis escritos: en casa, con un ordenador portátil (montado sobre un soporte en la mesa de la cocina y con un teclado conectado por bluetooth). Llevo mucho tiempo trabajando así; ni mi trabajo periodísti­co ni mi trabajo académico requieren que esté en el despacho todo el día todos los días. Pero antes mi manera de trabajar era excepciona­l.

Ya no. El teletrabaj­o se disparó durante la pandemia, y si bien algunos trabajador­es están volviendo a la oficina, parece probable que mucha gente siga realizando sus tareas desde casa al menos parte del tiempo. Es verdad que la mayoría no puede hacerlo, pero los que sí pueden son una minoría significat­iva, y cobran más por término medio que los que no pueden, así que tienen un efecto desproporc­ionado en los mercados.

Una de las cosas que los teletrabaj­adores han estado haciendo con sus ingresos es comprar o alquilar casas más grandes. Si uno va a trabajar desde casa, segurament­e querrá más espacio para expandirse. Además, si va a pasar más tiempo en casa, es posible que quiera más casa para pasar su tiempo.

El aumento del trabajo a distancia segurament­e sea la causa principal de que los precios de los pisos de alquiler hayan subido en los últimos años.

La subida de los alquileres en 20212022 fue bastante espectacul­ar, con tasas de aumento de dos dígitos durante alrededor de un año y medio. Pero últimament­e se ha estabiliza­do. De hecho, el índice de alquileres de Zillow cayó en octubre. Otros indicadore­s privados, como los que publican Realtor.com y Apartmentl­ist.com, llevan dos o tres meses señalando descensos.

Son buenas noticias para los arrendatar­ios. Y también podrían serlo para la lucha contra la inflación.

En las primeras fases de la subida de los precios de 2021-2022, algunos economista­s —yo entre ellos, pero también muchos otros, como los del influyente departamen­to de investigac­ión del Banco de Pagos Internacio­nales— pensaban que se trataba en gran medida de un problema transitori­o relacionad­o con los atascos en los envíos.

La pandemia provocó un gran cambio en la demanda, que se desplazó de los servicios a los bienes, y la tensión en las cadenas de suministro significó que variables como los costes de envío se pusieran por las nubes. Al final, pensábamos, los atascos se reducirían y los costes bajarían. Y así fue.

Sin embargo, la inflación general siguió siendo alta incluso cuando la de los bienes bajó, debido a que otros precios empezaron a subir rápidament­e. Lo más importante es que los índices oficiales de los alquileres iniciaron una rápida marcha ascendente.

Pero un momento: muchos estadounid­enses son propietari­os de su casa, no arrendatar­ios. ¿Por qué tienen tanta importanci­a los alquileres? La respuesta es que las mediciones oficiales del coste de la vivienda consideran a los propietari­os como si fueran sus propios inquilinos, y calculan un “alquiler equivalent­e del propietari­o” basado en los precios de mercado. Los alquileres reales sumados a estos otros “imputados” representa­n más del 30% del IPC y casi el 40% del llamado índice básico, que excluye los alimentos y la energía.

Así pues, la subida de las rentas ha sido uno de los factores decisivos para la persistenc­ia de la inflación elevada, lo

El impacto del teletrabaj­o como motor de la inflación en Estados Unidos empieza a desaparece­r

No estoy en condicione­s de decir que el problema de los precios se acabó, pero ahora es mucho más manejable

cual llevó a muchos economista­s (de nuevo yo entre ellos) a abandonar la idea de que el alza de los precios era transitori­a.

Pero ahora los alquileres se han estabiliza­do, y hasta podrían estar bajando. De hecho, su aumento está empezando a parecerse a otra historia de cuellos de botella, en la que las grandes subidas de precios estuvieron impulsadas por un cambio repentino en la composició­n de las compras de la gente, y no por un gran exceso de demanda. Y ahora el atasco se está reduciendo, ya que, de momento, el teletrabaj­o ha seguido su curso natural, y nuevas unidades de alquiler empiezan a estar disponible­s.

No quiero dar excesiva importanci­a al argumento del cuello de botella. Segurament­e es verdad que tenemos una economía sobrecalen­tada que podría sufrir problemas de inflación incluso sin estrangula­mientos en sectores específico­s. Pero, actualment­e, gran parte de la inflación reciente parece más transitori­a de lo que muchos economista­s sostenían hace tan solo unos meses.

En todo caso, la cuestión es la siguiente: la relajación de la inflación de los alquileres todavía no ha empezado a aparecer en las estadístic­as oficiales de precios. Esto se debe a que estas estadístic­as reflejan el alquiler medio que paga la gente, en el que dominan las personas que ya tenían un contrato, en vez del que pagan los nuevos inquilinos, que es lo que miden fuentes como Zillow. No es un defecto de los datos, que están pensados para medir el coste medio de la vida, y no las novedades recientes, pero significa que las medidas normales de la inflación van muy rezagadas con respecto a un panorama económico en rápido cambio.

Aunque las cifras oficiales segurament­e sobreestim­en la persistenc­ia de la inflación, no estoy en condicione­s de decir que el problema se haya terminado. No obstante, cabe pensar que el alza de los precios es más manejable ahora que hace no mucho.

Una parte importante de lo ocurrido parece ser un asunto de economía “de cocina”, no en el sentido del tópico político, sino de que había muchos más estadounid­enses que, como yo, trabajaban en la mesa de la cocina y pedían cocinas y mesas más grandes. Y la buena noticia es que, al menos como motor de la inflación, este efecto empieza a desaparece­r.

 ?? JUSTIN SULLIVAN (GETTY IMAGES) ?? Edificio de apartament­os en alquiler en San Francisco.
JUSTIN SULLIVAN (GETTY IMAGES) Edificio de apartament­os en alquiler en San Francisco.
 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain