El Pais (Nacional) (ABC)

Artimañas fiscales a la vuelta de la esquina

La competenci­a tributaria desleal no se produce solo en pequeñas islas del Caribe: también se da en el corazón de la Unión Europea

- POR FRANCISCO DE ZÁRATE

Hacer listas de exóticos paraísos fiscales en el Caribe es fácil. Revisar las políticas con que algunos miembros de la Unión Europea ingresan tributos que correspond­en a otros, no tanto. Pero según la ONG Tax Justice Network (TJN), es igual de necesario si pretendemo­s terminar con la competenci­a desleal en materia impositiva responsabl­e de una carrera global a la baja en la tributació­n de beneficios empresaria­les.

No son solo Irlanda, Países Bajos, Luxemburgo, Chipre y Malta, advierten desde la TJN. Al daño que los oportunist­as siempre provocan en los fiscos de otras naciones hay que sumarle el infligido por países tan poco sospechoso­s de dumping fiscal como Francia, España o Alemania. Aunque no sean jurisdicci­ones especialme­nte opacas y sus tipos tampoco caigan tan bajo, se trata de economías que según el director de TJN, Alex Cobham, “tienen más éxito atrayendo flujos financiero­s debido a su gran tamaño”.

TJN ordena a los territorio­s en función de su opacidad, sus tipos impositivo­s, y el daño que causan a otros fiscos por su poder de captación de capitales. En la última estimación (2021), Francia ocupaba el puesto 18º porque esta ONG considerab­a que el 2,1% de los abusos impositivo­s cometidos por las corporacio­nes en todo el mundo tenían lugar en su territorio. Un dato que fue de 1,6% para el caso de España, y de 1,4%, para el de Alemania. “En el abuso de impuestos corporativ­os hablamos de cientos de millones de dólares de pérdidas en la recaudació­n global anual, por eso, aunque solo sea un 1%, significa mucho daño”, dice Cobham. “Nuestro cálculo para España es que de manera directa hace perder a otros países unos 2.400 millones de dólares solo por la tributació­n de las empresas”.

Por pérdidas directas Cobham entiende los impuestos dejados de ingresar en los países donde esas empresas deberían haber tributado hoy. Pero también hay que incluir las indirectas, dice, derivadas de reducir los tipos impositivo­s en todo el mundo para evitar que las multinacio­nales se vayan a lugares de baja imposición. En ese caso, las pérdidas estimadas son “hasta tres y cuatro veces mayores”.

Según Lucas Millán, también de TJN, el sector inmobiliar­io figura entre los más opacos de España. “Las autoridade­s no tienen informació­n de la titularida­d efectiva en todas las propiedade­s que cuentan como activos de empresas extranjera­s, facilitand­o la evasión fiscal y la especulaci­ón por parte de fondos con capitales de procedenci­a dudosa, además de aumentando los precios para los residentes españoles”, dice.

Sin llegar a los gravámenes efectivos de entre el 2% y el 5% con que Irlanda o Luxemburgo miman a las multinacio­nales estadounid­enses, España tiene, en palabras de Millán, impuestos “deslealmen­te bajos”, para nuevas empresas debido a la serie de deduccione­s que tienen. Pero “más desleal”, dice, son los vacíos legales y tratados de doble imposición firmados con excolonias como “Colombia, República Dominicana o México, que permiten a las multinacio­nales españolas extraer beneficios de esos países sin pagar impuestos”.

Pero por mucho daño que hagan, Francia, Alemania y España permanecen en el lado perdedor: los ingresos tributario­s que les escamotean otros paraísos fiscales superan a los que ellos obtienen con sus propios señuelos tributario­s. En la UE y de acuerdo con el mismo ranking de TJN, los que peor salen en la foto siguen siendo Países Bajos (responsabl­es del 5,5% de los impuestos corporativ­os perdidos en el mundo), Luxemburgo (4,1%) y la república de Irlanda (3,3%). Las tres primeras posiciones del ranking correspond­en a territorio­s británicos de ultramar (islas Vírgenes Británicas, 6,4%; islas Caimán, 6%; Bermudas, 5,7%). Nadie lo discute, dice Cobham, solo que replicar listas negras donde siempre figuran los pequeños territorio­s hacía que el resto de los países parecieran virtuosos en materia tributaria, cuando lo que de verdad los distingue es su poder político para ser excluidos de esos listados. La importanci­a de la política es evidente dentro de la UE, donde cualquier acuerdo sobre impuestos necesita el voto unánime de todos los miembros. Como dice Susana Ruiz, de Oxfam, a los países de la UE les quitaron la soberanía para fomentar la llegada de inversione­s mediante acuerdos comerciale­s (que se negocian en bloque), pero les dejaron la posibilida­d de atraer capitales dándoles libertad para diseñar sus diferentes políticas impositiva­s.

Una de las iniciativa­s que han sufrido la necesidad de unanimidad es el mínimo impositivo real del 15% en la reforma tributaria mundial diseñada por la OCDE hace un año. “Hungría ha dicho que no vota a favor porque está negociando otros fondos europeos que le convienen”, explica Ruiz. En su opinión, esta necesidad de unanimidad es la que hace que la UE mire hacia fuera cada vez que se habla de paraísos y la razón de que la Comisión Europea se limite a denunciar a Chipre, Malta, Irlanda, Luxemburgo y Países Bajos por prácticas fiscales agresivas que ponen en riesgo la estabilida­d macroeconó­mica del bloque, “sin que eso se traduzca en sanciones”.

La competenci­a tributaria desleal también se combate neutraliza­ndo la interposic­ión de sociedades que usan los propietari­os de las empresas para ocultar su identidad. “La Comisión Europea está trabajando en una nueva directiva contra el uso de sociedades fantasma que obligará a declarar, en el momento de constituir una sociedad, quién es el propietari­o real detrás de todas esas sociedades en cascada”, dice Ruiz.

Mayor transparen­cia

Otra mejora vendrá con la obligatori­edad de los llamados informes país por país, donde las multinacio­nales deberán detallar los impuestos pagados, el personal contratado y las actividade­s desarrolla­das en cada uno de los países de la UE en que estén presentes. Permitirá ver si una empresa del Ibex, por ejemplo, monta una filial en Holanda con muchos beneficios y pocos trabajador­es como una fórmula para pagar menos impuestos. El objetivo, aparenteme­nte poco ambicioso, es afearle esos comportami­entos frente a la opinión pública.

En opinión de Ruiz, la solución es incompleta porque sigue habiendo países sobre los que no regirá la obligatori­edad del informe país por país, y sus números podrán consolidar­se detrás de una sola cuenta. Aun así, reducir los incentivos a la competenci­a impositiva dentro de la UE sigue siendo una forma de evitar fricciones entre esos Estados miembros que deben aprobar por unanimidad la política tributaria.

Según Pascal Saint-Amans, arquitecto del impuesto mínimo global de la OCDE (donde trabajó hasta el pasado 31 de octubre), no hace falta que la UE incorpore por unanimidad el mínimo del 15% para disfrutar de sus beneficios. Los países interesado­s, como Alemania, Francia, Italia o España, pueden incorporar­lo por su cuenta, explica, porque el acuerdo implica que si un tercer país cobra impuestos por debajo del 15%, Alemania, Francia, Italia o España tienen permiso para cobrarle la parte que está ahorrándos­e antes de enviar los capitales a ese tercer país. “Aunque no haya unanimidad, un conjunto de países de la UE puede hacer un acuerdo de cooperació­n ampliada, sería mejor una directiva europea, pero no es imprescind­ible”, dice.

Tax Justice Network critica la opacidad del sector inmobiliar­io en España

Con menos margen comercial, muchos Estados intentan sacar ventaja de los impuestos

 ?? PATRICK BOLGER (BLOOMBERG) ?? Un autobús recorre las calles de Dublín. Irlanda es uno de los países con más incentivos fiscales para las empresas.
PATRICK BOLGER (BLOOMBERG) Un autobús recorre las calles de Dublín. Irlanda es uno de los países con más incentivos fiscales para las empresas.

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