Apresurar la independencia energética de la UE
La transición energética no tiene vuelta atrás; el debate está en la velocidad que se le imprime. “Los números y la ambición están claros, pero los ritmos…”, deja en suspenso Mario Ruiz-Tagle, CEO de Iberdrola España. “Los programas de la UE, ambiciosos en volumen, transitan por estructuras burocráticas con poca fluidez. Es fundamental que se aceleren los incentivos y los apoyos a las inversiones. Hemos de ser más agresivos; la oportunidad y el momento es ahora: si la industria se desplaza a otro continente, será una oportunidad perdida”, insiste. En concreto, se teme que los retrasos en la concesión de licencias arruinen la oportunidad de España de liderar el camino a la independencia energética de Europa.
Porque, y ese es el segundo punto de acuerdo con Arturo Gonzalo Aizpiri, CEO de Enagás, la infraestructura española es clave para garantizar el suministro de gas al resto del continente ante el corte del grifo ruso. “Se respira más confianza; si, a través del chantaje del gas, Rusia quería poner a Europa de rodillas, no lo está consiguiendo”, expresa Gonzalo Aizpiri, subrayando las plantas de regasificación que se están construyendo en Alemania e Italia, y reivindicando el papel del hidrógeno verde. “La solución no son combustibles fósiles; hemos de mirar con cuidado el seguir dependiendo de ellos como elemento para superar crisis. La alternativa son las renovables”, dice Ruiz-Tagle.
“Una cara de la moneda es electrificación, y aquí las renovables son las grandes protagonistas, pero donde no es posible electrificar hemos de apostar por el hidrógeno verde”, aporta Gonzalo Aizpiri. Ese gas renovable que algún día trasladará el BarMar, la solución acordada por España, Francia y Portugal para llevarlo desde la Península al resto de Europa: un conducto submarino de unos 300 kilómetros entre Barcelona y Marsella. Se presentará el 9 de diciembre en la cumbre euromediterránea que se celebrará en Alicante.