Francia y el Reino Unido escenifican su reconciliación
Tras cinco años de tensiones, Macron y Sunak firman en París un pacto migratorio
Francia y el Reino Unido, después de media década marcada por la disputa del Brexit, sellaron ayer su reconciliación con un acuerdo para reforzar los controles al paso de migrantes en el canal de la Mancha. El presidente francés, Emmanuel Macron, y el primer ministro británico, Rishi Sunak, acordaron en París crear un centro de detención en territorio francés y aumentar los agentes que patrullan las costas de este país. Londres, a cambio, aumentará en los próximos años la financiación del esfuerzo policial conjunto para impedir la llegada a las costas británicas.
Desde los casi 300 sin papeles que atravesaron el mar para llegar a territorio británico en 2018 a los casi 46.000 del año pasado, la migración se ha convertido en uno de los mayores problemas del Gobierno conservador británico. La colaboración de París, insiste Downing Street, es fundamental. La salida del Reino Unido de la UE, en 2020, dejó a este país sin el marco para gestionar la inmigración junto a sus socios.
“Es el momento de un nuevo comienzo”, proclamó Macron en una rueda de prensa junto a Sunak en el palacio del Elíseo. Los gestos de complicidad de ambos dirigentes resultaban reveladores para la prensa británica, que lleva años relatando una enemistad creciente. “Si somos honestos sobre la relación entre nuestros dos países, tuvo sus desafíos en años recientes”, dijo el británico. “Hoy llevamos la cooperación a un nivel sin precedentes”.
La nueva colaboración abarca desde la energía hasta la defensa y la guerra en Ucrania. En estas cuestiones, el presidente y el primer ministro se esforzaron por exhibir una sintonía que contrasta con la tensión que dominó la relación entre París y Londres desde antes del Brexit y más durante los años de Boris Johnson.
Downing Street invertirá 540 millones de euros a lo largo de tres años
El Elíseo impidió en 2022 el paso de 1.300 pateras hacia Gran Bretaña
Nuevo capítulo
El primer ministro británico ha aprovechado el impulso logrado con la firma del llamado Acuerdo Marco de Windsor, que presentó la semana pasada junto a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, para abrir un nuevo capítulo en las tormentosas relaciones entre el Reino Unido y la UE. Con ese acuerdo se intenta poner fin al litigio que arrastraban ambos bloques respecto al encaje de Irlanda del Norte en la era pos-Brexit. La siguiente urgencia para el primer ministro británico era recomponer la relación con Francia, país clave para solucionar la crisis de los inmigrantes irregulares al compartir la frontera marítima común del canal de la Mancha. La supervivencia electoral de los conservadores depende en gran medida de la capacidad de Sunak para remediar la situación.
Frente a las críticas del ala dura de su partido por lo que interpreta como escasa eficacia del dinero entregado al Gobierno francés para incrementar los controles policiales en el canal (unos 130 millones de euros desde 2015), Sunak ha defendido seguir cooperando. La reunión bilateral sirvió para anunciar un nuevo compromiso británico de aportar más de 540 millones de euros, a lo largo de tres años, para construir un nuevo centro de retención de inmigrantes en territorio francés, e incrementar el esfuerzo policial de control de la costa.
Macron recordó en la rueda de prensa que Francia, en colaboración con las autoridades británicas, ya había impedido, en 2022, el paso de 1.300 pateras y detenido a más 400 personas.
Sunak y Macron no abordaron en la cumbre la petición que Downing Street lleva años haciendo al Elíseo: la devolución a Francia de los inmigrantes irregulares interceptados que lleguen al Reino Unido desde su orilla. El presidente Macron ya ha dejado claro que un acuerdo así no puede ser firmado entre ambos países, sino que requiere un entendimiento entre el Reino Unido y la UE.
El mensaje de Macron y Sunak ayer fue que los intereses y valores compartidos superan con creces las diferencias. Ambos lideran las dos únicas potencias nucleares de Europa occidental y tienen un sillón en el Consejo de Seguridad de la ONU. Respecto a Ucrania, y pese a que Londres ha mantenido desde la invasión de febrero de 2022 una posición más beligerante y nítida que la de París en apoyo de Kiev, coincidieron: ahora es el momento de ayudar al país a resistir y a lanzar la contraofensiva. La cumbre de ayer y el viaje del rey Carlos III a Francia el día 26 (su primera visita al extranjero desde que en septiembre sucedió en el trono a Isabel II), deben mostrar la amistad recobrada entre ambos países.