Subida de las bases máximas y de las pensiones mínimas
Claves de una reforma que introduce una cuota de solidaridad para las rentas altas
Ministerio de Seguridad Social ha conseguido al fin un acuerdo en materia de pensiones con sus socios del Gobierno y con Bruselas. Es la segunda modificación sustancial del sistema de pensiones en esta legislatura, después de la aprobada en 2021 con el visto bueno de sindicatos y empresarios. Estas son algunas de las claves principales de la reforma:
Subida de las bases máximas.
El objetivo principal de este cambio, al igual que el de la reforma del régimen de cotizaciones de los autónomos aprobada el año pasado, es aumentar los ingresos que recibe el sistema para que sea sostenible. Fuentes del Ministerio de Seguridad Social explican que para ello se van a incrementar las bases máximas de cotización (de 4.495 euros mensuales en 2023). Este proceso se desarrollará entre 2024 y 2050, añadiendo a la tasa anual del IPC una cuantía fija de 1,2 puntos porcentuales.
Cuota de solidaridad para las rentas altas.
Para inyectar más ingresos y hacer frente al reto del envejecimiento, Seguridad Social también plantea una cuota de solidaridad para los salarios más altos que actualmente no cotizan al completo, ya que superan el máximo de cotización. Será del 1% en 2025 e irá subiendo 0,25 puntos al año hasta llegar al 6% en 2045.
Mecanismo de equidad intergeneracional.
En la misma línea, el mecanismo de equidad intergeneracional crece. En vez de ser 0,6 puntos se dobla hasta 1,2 en 2050. Irá subiendo hasta este objetivo una décima al año.
Incremento de las pensiones mínimas.
Con este aumento de los ingresos, el departamento que dirige José Luis Escrivá espera asumir las mejoras que proyecta para los más vulnerables. Entre ellos están los receptores de las pensiones mínimas, cuya cuantía se espera converger con el 60% de la renta mediana nacional. Eso se hará “tomando como referencia la evolución de la pensión mínima con cónyuge a cargo, que alcanzaría entre 2024 y 2027 el 60% de la renta mediana correspondiente a un hogar de dos adultos”, explican fuentes del ministerio.
Subida de las pensiones no contributivas.
Además de las pensiones mínimas, el Gobierno también proyecta una subida de las no contributivas con esta reforma. Crecerían hasta alcanzar en 2027 el 75% del umbral de la pobreza calculado para un hogar unipersonal.
Solución a las lagunas de cotización.
Ya existe un sistema que cubre las lagunas de cotización (los periodos en los que los traba
jadores aportan menos al sistema por pausas en su trayectoria laboral), pero esta reforma refuerza este concepto. “Se mantiene que los vacíos de cotización se compensen con el 100% de la base mínima los primeros 48 meses (cuatro años), y con el 50% de la base mínima a partir del mes 49, añadiendo para las mujeres trabajadoras por cuenta ajena, el 100% de la base mínima entre el mes de vacío 49 y el 60 (hasta el quinto año) y el 80% de la base mínima entre el mes 61 y el 84 (del quinto al séptimo año)”, explican fuentes de Seguridad Social.
Contra la brecha de género.
También se adoptan medidas para paliar la brecha entre las pensiones de hombres y mujeres. Así, el complemento contra este desfase se incrementará en un 10% en 2024 y 2025, que será adicional a la revalorización anual existente.
Modelo de cómputo dual.
El principal escollo en la negociación, el periodo de cómputo (los años de cotización que sirven para calcular la cuantía de la pensión), se ha resuelto dando la posibilidad de elegir al pensionista entre dos sistemas. El jubilado podrá acogerse a un periodo de cálculo de 29 años, excluyendo los dos de peor cotización, o quedarse en el sistema actual, de 25 años. La nueva opción se implementará “progresivamente” a lo largo de 12 años desde 2026.
Lo normal es que los incrementos en el periodo de cómputo causen una reducción de la pensión, ya que al incluir más años en el cálculo, teniendo en cuenta que en el inicio de la carrera laboral los salarios son menores, el resultado es una contracción de la cuantía. La posibilidad de que los pensionistas opten por el statu quo, por el cómputo de 25 años, disipa esta posibilidad para quienes hayan tenido carreras irregulares, con periodos sin cotización.
Las más afectadas por este escenario son las mujeres, que siguen asumiendo los cuidados, que conducen a pausas en la trayectoria laboral, excedencias y más jornadas parciales. A una persona con una carrera estable sin épocas de inactividad o de menor retribución, sí podría interesarle un periodo de cómputo mayor.