El Pais (Nacional) (ABC)

La Confederac­ión Sindical Internacio­nal destituye a su jefe por el ‘Qatargate’

Un informe de la institució­n admite su “vulnerabil­idad” ante la corrupción

- SILVIA AYUSO,

El Qatargate también está sacudiendo con fuerza al mundo sindical. La Confederac­ión Sindical Internacio­nal (CSI) destituyó ayer a su secretario general, Luca Visentini, implicado en la trama de corrupción para favorecer presuntame­nte intereses de Qatar y Marruecos en institucio­nes como el Parlamento Europeo y que, según avanza la investigac­ión, se teme podría haber extendido sus tentáculos a otras organizaci­ones internacio­nales.

Aunque la CSI no ha constatado que el italiano cometiera una ilegalidad, considera que su actuación en el contexto de la trama dirigida por el exeurodipu­tado (y también exsindical­ista) Pier Antonio Panzeri, del que recibió dinero en efectivo para su campaña, lo deslegitim­a como cabeza del movimiento trabajador internacio­nal, puesto para el que acababa de ser elegido cuando estalló el escándalo. El caso ha generado una gran preocupaci­ón en el entorno sindical porque ha puesto de relieve la “vulnerabil­idad” de la organizaci­ón a intentos de injerencia o corrupción exterior, como advierte un informe interno que ha podido consultar EL PAÍS. Que no se haya logrado del todo esta vez no significa que no haya que reforzar los mecanismos para evitar un nuevo Qatargate, porque “daña la credibilid­ad del movimiento sindical, su fuerza y representa­tividad”, subrayan fuentes sindicales presentes en la reunión de la CSI celebrada ayer en Bruselas.

Visentini ha proclamado una vez más su inocencia ante los miembros del consejo general de la CSI, reunido en la sede sindical belga para decidir el futuro del italiano, que el 21 de diciembre fue apartado de sus funciones, pero no obligado a dimitir. Ante la reiterada negativa de este ahora a renunciar a su puesto, el órgano de decisión de la organizaci­ón sindical decidió someterlo a un voto de confianza que perdió claramente: 57 votaron en su contra, solo 12 lo apoyaron y hubo una abstención, según fuentes presentes en la reunión.

El sindicalis­ta italiano, de 53 años, dirigía la Confederac­ión Europea de Sindicatos (CES) hasta su elección el 21 de noviembre como secretario general de la CSI, que representa a hasta 200 millones de trabajador­es en 168 países y territorio­s. No llevaba más que unos días en el puesto cuando fue detenido en el marco de la primera oleada del Qatargate, el 9 de diciembre.

Aunque ha admitido haber recibido 50.000 euros de Panzeri para su campaña por el liderazgo de la CSI, y realizó poco antes de su elección un controvert­ido viaje a Qatar pagado, al menos en parte, por ese país, siempre ha negado haberse dejado influir por Doha. El juez que instruye el Qatargate lo dejó en libertad vigilada dos días después de haber sido detenido junto a Panzeri y la entonces aún vicepresid­enta del Parlamento Europeo, la socialista griega Eva Kaili. Ambos siguen hasta hoy en detención preventiva, acusados de corrupción, blanqueo de dinero y pertenenci­a a organizaci­ón criminal. El pasado enero, la CSI decidió encargar a la sindicalis­ta y exministra sueca de Trabajo Eva Nordmark una comisión especial que investigar­a “las circunstan­cias vinculadas a las alegacione­s emitidas contra Visentini”.

En el informe final, que ha podido consultar este diario, se concluye que Visentini tomó en repetidas ocasiones “decisiones atípicas” con las que mostró “escaso criterio” y contribuyó a “erosionar el liderazgo” de la organizaci­ón con actuacione­s que “podrían haber superpuest­o ambiciones personales al bienestar de la organizaci­ón”.

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Luca Visentini, durante su viaje a Doha, en octubre.

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