Shiffrin gana más pruebas que nadie en la historia
La esquiadora estadounidense Mikaela Shiffrin batió ayer el récord de victorias en la Copa del Mundo, con 87, tras imponerse en la prueba de eslalon de la estación de Are, donde el día previo había igualado la plusmarca del sueco Ingemar Stenmark al ganar el gigante. Con la general de la Copa del Mundo ya conquistada de forma matemática, Shiffrin solo peleaba contra sí misma y contra la historia en el mismo lugar donde logró su primer triunfo 11 años atrás. Desde entonces su trayectoria le había llevado ya a superar, el pasado 24 de enero, a la también estadounidense Lindsay Vonn como la mujer que más veces se había subido a lo alto del podio (82).
Donde Vonn es osada, Shiffrin, de Vail (Colorado, en las Rocosas) es prudente; donde Vonn es pura fuerza, lucha con la nieve, y su prueba favorita es el descenso, la velocidad, Shiffrin es metafísica, se entiende con la nieve, la siente bajo sus esquís en el eslalon, lo más suyo, la pura técnica y control, y se desliza como nadie. Vonn no conoce el miedo y le gusta el mundo de las celebrities; Shiffrin se despierta con sudores porque sueña que se le olvida esquiar y necesita ir a la pista para comprobar que todo fue una pesadilla, y también vive con temor a caerse y de sufrir dolor. Vonn nació para la velocidad; Shiffrin solo se aventuró en el descenso y en el supergigante cuando llevaba cinco años ganando eslálones y gigantes. “Detesto el riesgo”, dice.
Su siguiente reto pasó a ser entonces Stenmark, que logró su hazaña entre 1974 y 1989 al sumar 46 victorias en gigante y 40 en eslalon. Igualado su registro, no ha desaprovechado la siguiente oportunidad que se ha puesto en su camino para adelantarle en una jornada donde ya se puso en cabeza durante la primera bajada (50.93); seguida por la sueca Anna Swenn Larsson (51.62) y por la suiza Wendy Holdener (51.87).