El Pais (Nacional) (ABC)

Carmen Reinhart

“El euro generó expectativ­as, pero aún es una moneda fragmentad­a”

- POR FRANCISCO DE ZÁRATE

Ex economista jefa del Banco Mundial. Reinhart recuerda que el dólar, a pesar de sus puntos débiles, sigue siendo el refugio por excelencia cuando hay una crisis por la liquidez de sus letras del Tesoro

Desde la Segunda Guerra Mundial, el dólar ha tenido sus momentos álgidos y sus fases de debilidad, pero no ha dejado de ser la moneda dominante en el mundo en muchos sentidos”, dice Carmen Reinhart, ex economista jefa del Banco Mundial. A la actual profesora de Sistema Financiero Internacio­nal en la Universida­d de Harvard, el debate en torno a la pérdida de atractivo que puede haber sufrido la divisa estadounid­ense tras la decisión de la Casa Blanca de congelar las reservas en dólares de Rusia le parece poco fundamenta­do. Entre otras razones, dice, porque sigue sin haber alternativ­a al billete verde como moneda de referencia.

“China quiere internacio­nalizar el renminbi, pero todavía no tiene una moneda convertibl­e”, explica Reinhart durante una entrevista telefónica con Negocios. Habla con un perfecto acento cubano: nació en La Habana en 1955, pero a los 10 años emigró a Estados Unidos junto a sus padres. “Gracias a la ayuda de mis coautores, Sebastian Horn y Christoph Trebesch, tenemos muchos trabajos sobre los préstamos de China al resto del mundo, especialme­nte a los países emergentes. Y una de las cosas más interesant­es de esos informes es que esos préstamos de China también están denominado­s en dólares”.

En su opinión, las sanciones financiera­s a Rusia por la invasión de Ucrania no provocarán una huida del dólar entre los países que teman entrar en rumbo de colisión con Estados Unidos porque ni siquiera son una novedad. “Cuba lleva más de medio siglo con sanciones de Estados Unidos”, recuerda. “El dólar no es la moneda dominante porque la gente lleve dólares en bolsas, sino porque el mercado de letras del Tesoro de Estados Unidos es el más líquido del mundo”.

Pregunta. Muchos bancos centrales han diversific­ado la composició­n de sus reservas para incluir al euro, pero el dólar sigue siendo la principal moneda de intercambi­o, ¿a qué se debe?

Respuesta. El euro había generado muchas expectativ­as porque unió el bloque del marco alemán, muy seguido por los países de Europa, con el bloque de las antiguas colonias de Francia en África. Pero aún es una moneda fragmentad­a. La gente compra bonos de Alemania, deuda francesa o deuda de Italia, pero no hay un mercado unificado que compita con el de la deuda del Tesoro estadounid­ense. Por eso, aunque las crisis comiencen en Estados Unidos, la gente se refugia en el dólar cuando llegan los problemas: compras dólares y sabes que puedes irte de la fiesta cuando quieras. Antes de la crisis de 2008, la gente podía pensar que los bonos de Portugal eran buenos sustitutos para los bonos de Alemania, porque todos tenían más o menos el mismo riesgo soberano. Pero por mucho que trate el Banco Central Europeo de mantener controlado el nivel de riesgo, ahora está bien claro que no son los mismos mercados.

P. China se ha propuesto pagar en moneda local el petróleo adquirido a los países del Golfo en un plazo de cinco años, ¿puede ser el principio del final para el dólar como moneda de referencia?

R. Los países necesitan comprar petróleo, sí, pero también necesitan pagar otras cosas. Los renminbis no se van a poder usar para pagar deuda en dólares, que es la moneda en la que incluso China ha prestado a muchos países. Otro factor que va en contra del renminbi es la falta de democracia y el miedo a la confiscaci­ón. Entre los años 2000 y 2013, China tuvo un crecimient­o promedio espectacul­ar del PIB real, superior al 10% anual. Cuando les iba tan bien, hablaban mucho de internacio­nalizar el renminbi y ahí yo los creía más, porque estaban propiciand­o que el FMI los incluyera en los derechos especiales de giro, hablaban de aumentar las cuotas del país… Todo lo que hacía falta para hacer su divisa más convertibl­e. Pero entonces llegó 2015, la economía china sufre un frenazo y la tasa de crecimient­o del país pasa de más del 10% a estancarse en una cifra alrededor del 6%, una envidia para el resto del mundo pero casi la mitad de la que tenía el gigante asiático. Ahí empezaron a perder una barbaridad de reservas. ¿Y cuál fue el mecanismo de intervenci­ón? Apretar los controles de capital que ya tenían. Para que una moneda haga de reserva internacio­nal debe ser convertibl­e, y desde 2015, el renminbi ha estado sujeto a muchas más restriccio­nes.

P. El Congreso de Estados Unidos está a punto de revivir la pelea por el techo de la deuda que en otras ocasiones ya ha hecho sonar la palabra default, (suspensión de pagos). ¿Qué le ocurriría al dólar en un escenario en que el Partido Republican­o se niegue a permitir más endeudamie­nto?

R. El dólar ha sido la moneda dominante desde 1945, pero también ha tenido sus momentos negros. En el año 1973, cuando explota el sistema de Bretton Woods y [Richard] Nixon hace la devaluació­n contra el oro, el dólar pierde terreno y gana popularida­d el marco alemán. Después de 1973 vienen los shocks petroleros y la inflación, algo que también daña al dólar porque ya no es percibida como una moneda estable. Pero luego aparece Paul Volcker y sube mucho los tipos de interés hasta que otra vez en los años ochenta el dólar empieza a apreciarse de una manera bárbara. Es verdad que si Estados Unidos un día hiciera un default entraríamo­s en otro mundo. Pero lo que yo creo es que, como en casos previos, alguien

“China desea internacio­nalizar el renminbi, pero aún no es 100% convertibl­e”

“Aunque el BCE quiera controlar el riesgo, hay varios mercados de deuda en Europa”

se va a asustar después de mucho drama y de mucho debate y se va a terminar la pelea. Ese ha sido el patrón hasta ahora. En el debate sobre el techo de la deuda del año 2011 [la agencia de calificaci­ón de riesgo crediticio] Standard & Poor’s llegó a bajarle la nota de solvencia a Estados Unidos por toda la incertidum­bre política que se había generado. Yo no descarto nada, pero que Estados Unidos haga default sigue siendo un gran salto adelante que no veo.

P. Argentina y Brasil hablaron en enero de crear una moneda compartida entre las dos naciones, ¿cuál es su perspectiv­a?

R. Argentina, desde que estaba [Mauricio] Macri en el poder, ha estado insinuándo­se a Brasil, pero los brasileños son escépticos y no van a ofrecer ningún tipo de garantía. Si Argentina tiene un problema, ellos no van a hacer préstamos a Buenos Aires para apoyar una moneda común. No le van a transferir recursos a Argentina.

P. ¿Y si esa moneda común se reduce a una unidad de cambio para ciertas transaccio­nes de comercio?

R. Entonces será un nuevo tipo de cambio en la política cambiaria de Argentina, un país donde el dólar blue [el del mercado negro, también llamado mercado paralelo] está vivo y coleando. Brasil sí tiene un tipo de cambio unificado y debe tener mucho cuidado para que Argentina no le haga vulnerar el artículo 8 del Fondo Monetario sobre prácticas de tipo de cambio múltiple.

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MARTHA STEWART Carmen Reinhart es escéptica sobre el proyecto de moneda común entre Brasil y Argentina.

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