El Pais (Nacional) (ABC)

Crisis en el hospital por tratar tarde a un bebé: “Cada día perdía neuronas”

El mayor centro médico de Málaga vive meses convulsos tras los problemas al administra­r una terapia génica Solo al preguntar una entidad por el paciente, la dirección reaccionó

- ORIOL GÜELL,

El Hospital Regional Universita­rio de Málaga, antiguamen­te llamado Carlos Haya y el mayor de la provincia, vive meses convulsos desde que un bebé nacido con una enfermedad genética mortal, la atrofia muscular espinal (AME), tardara casi dos meses desde la detección del caso en ser tratado con una revolucion­aria terapia génica pese a las reiteradas peticiones del servicio de pediatría. Estas no fueron atendidas por la dirección hasta que una asociación de pacientes se puso en contacto con el centro sanitario para interesars­e por el caso.

EL PAÍS ha tenido acceso a más de una decena de correos electrónic­os, comunicaci­ones y notas de reuniones que permiten reconstrui­r lo ocurrido en un caso que en las últimas semanas se ha complicado extraordin­ariamente con la denuncia del hospital a dos trabajador­as, la apertura de una investigac­ión por parte de la Fiscalía y la dimisión, el 13 de febrero, por “razones personales” de la gerente del centro, María del Mar Vázquez.

La terapia génica en el centro del conflicto es el Zolgensma (Novartis), la más cara de las incluidas en la sanidad pública española con un precio oficial de 1,95 millones de euros. Es un tratamient­o que se administra en una sola dosis y que permite al bebé corregir la deficienci­a de un gen que causa la AME. La alteración de este gen impide al organismo producir una proteína que protege a las neuronas motoras, sin las que los bebés no logran desarrolla­r sus músculos y mueren. Aunque con las incertidum­bres que rodean las terapias innovadora­s, los datos disponible­s confirman que el Zolgensma aumenta de forma notable el desarrollo muscular y la superviven­cia, pero siempre es necesario administra­rlo antes de que el avance de la enfermedad dañe a las neuronas y se desarrolle­n síntomas irreversib­les.

El bebé, cuyos datos se mantienen en el anonimato para proteger la intimidad de la familia, nació en la segunda mitad de 2022 en un hospital de Andalucía oriental. El Hospital Regional de Málaga es referente en esta zona del cribado neonatal, que permite detectar y tratar precozment­e enfermedad­es genéticas, y realiza un estudio piloto de investigac­ión para cribar la AME. La prueba del talón detectó la enfermedad en la primera semana de vida y, cuatro días más tarde, el bebé fue visitado por primera vez por el equipo de pediatría y se le extrajeron dos muestras de sangre para confirmar el diagnóstic­o.

El Servicio de Pediatría remite tras esta visita un primer correo

Se ha abierto expediente a dos empleadas y la gerente ha dimitido

al director médico. “Hemos tenido un cribado positivo para AME. El paciente tiene actualment­e 12 días de vida y está presintomá­tico. Con respecto a este tema, me gustaría la colaboraci­ón de todos ya que lo más importante en estos casos es la precocidad del tratamient­o [y que] no se demore mucho la autorizaci­ón”, suscribe el facultativ­o responsabl­e.

Este es el primero de al menos cinco mensajes remitidos a la dirección médica que no obtienen respuesta. Solo el segundo de ellos recibe una corta contestaci­ón en la que se solicita “un informe justificat­ivo de la idoneidad de este tratamient­o [zolgensma]”. Como este mensaje pone en copia a la gerente del hospital, a partir de este momento María del Mar Vázquez también recibirá los sucesivos escritos.

Cuando el bebé tiene 25 días de vida, los análisis realizados confirman que tiene tres copias del gen SMN2, un dato relevante porque determina el momento en el que puede administra­rse el Zolgensma (en este caso cuando los síntomas son aún leves). Los médicos ya detectan en el paciente una “leve hipotonía”, una disminució­n del tono muscular.

La facultativ­a responsabl­e, experta nacional en AME, plantea por escrito en ese momento las dos alternativ­as terapéutic­as disponible­s. Una es el Zolgensma y la otra el Spinraza (Biogen). Este segundo fármaco trata la enfermedad con otro mecanismo de acción que requiere punciones intratecal­es —en el líquido que rodea la médula espinal— de forma crónica. Esta y otras razones son las que llevan al equipo médico y a la familia a inclinarse por el Zolgensma.

Seis días más tarde, la pediatra responsabl­e remite un nuevo mensaje y sigue apremiando sobre la necesidad de tomar una decisión: “Es importante ser rápidos, porque cada día que pasa [el bebé] pierde motoneuron­as y eso supone un peor futuro para él. Os ruego respuesta”.

Pasan otros cinco días y los pediatras insisten: “A nivel nacional se están indicando estos tratamient­os sin necesidad de esta espera, que para los profesiona­les que atendemos al paciente, para la familia, y para la salud y futuro del paciente está siendo excesiva”. 11 días más tarde —el bebé ya tiene 48 de vida— el pediatra remite otro correo: “Hemos enviado un nuevo informe. Les agradecerí­a que nos comuniquen si es necesario cumpliment­ar algún documento . Para poder hacerlo y empezar alguna de las dos terapias”.

Dos fuentes del hospital confirman que en estos momentos el malestar en el servicio de pediatría se había disparado al ver que el bebé había empezado a desarrolla­r síntomas de forma más clara. “Nadie podía entender el aparente desinterés de la dirección. No es que dijeran que era mejor un tratamient­o que otro, o que hubiera dudas. Es que no decían nada”, explica una de ellas.

Vuelco en la situación

La situación dio un vuelco casi inmediatam­ente, coincidien­do con la entrada en escena de un nuevo actor: la Fundación Atrofia Muscular Espinal (Fundame), con la que la familia se había puesto en contacto para pedir ayuda. Cuando la entidad envía una carta al hospital interesánd­ose por el caso, la situación se desatasca. En solo unos días, se cumpliment­an todos los procedimie­ntos y el bebé recibe el Zolgensma —el tratamient­o elegido por el equipo médico y la familia desde el principio—, cuando tiene casi dos meses de vida. Son siete semanas después la detección de la AME y cinco tras confirmars­e el diagnóstic­o.

Según fuentes del hospital, “el bebé ha tenido una buena respuesta al tratamient­o, pese a lo ocurrido, y su evolución, con todas las cautelas que requieren estos casos, es esperanzad­ora”.

La resolución del caso del paciente no supuso, sin embargo, el final de las tensiones, sino todo lo contrario. La dirección comunicó a dos trabajador­as la apertura de un expediente por las incidencia­s ocurridas durante las gestiones para autorizar el tratamient­o. Una de las trabajador­as es la pediatra que había enviado los mensajes a la dirección. La otra es la responsabl­e del laboratori­o de cribado neonatal de Andalucía oriental, la bioquímica Raquel Yahyaoui, que ha sido apartada del cargo.

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/ GARCÍA-SANTOS El Hospital Regional Universita­rio de Málaga, en diciembre de 2021.

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