El Pais (Nacional) (ABC)

Crisis a la española en Francia

La salida de cinco jugadoras en febrero, entre ellas la estrella, Renard, evidencia un cisma en la selección gala y acentúa las críticas hacia la falta de profesiona­lismo

- SARA GONZÁLEZ, La defensa Wendie Renard y Corinne Diacre, en un partido del Mundial de 2019.

“Desgraciad­amente, no jugaré el Mundial en estas condicione­s”. La frase, pronunciad­a el 24 de febrero por la capitana de las bleues, cayó como un jarro de agua fría. Ese día, Wendie Renard anunció que abandonaba la selección femenina de Francia a cinco meses del campeonato. Un grito de alarma al que se sumaron otras cuatro jugadoras y que terminó con la destitució­n el jueves de la selecciona­dora Corinne Diacre. Las quejas de las futbolista­s francesas ponen de relieve unas demandas cada vez más globales: elevar el nivel de exigencia en los equipos nacionales para competir en mejores condicione­s.

En su mensaje publicado en Twitter, Renard, de 32 años y con 142 internacio­nalidades, no aclaró las razones concretas de su marcha, pero dio algunas pistas al mencionar que el sistema actual estaba “muy lejos de las exigencias que requiere el más alto nivel”. Al igual que las 15 jugadoras que renunciaro­n a la selección española de fútbol, señaló que su partida era necesaria para preservar su “salud mental”.

Unas horas después, las delanteras Marie-Antoinette Katoto y Kadidiatou Diani, ambas del PSG, abandonaro­n también el barco. En sendos comunicado­s, la primera advirtió que ya no estaba “en sintonía con la gestión del equipo francés y los valores transmitid­os” y la segunda pidió que se aplicaran cambios “profundos” y “necesarios” para volver a lucir la camiseta tricolor.

El movimiento continuó al día siguiente: Griedge Mbock y Perle Morroni denunciaro­n en Instagram la brecha entre sus ambiciones y el management del grupo. Morroni, de 25 años y que no ha sido convocada desde el pasado abril por la ahora exseleccio­nadora Diacre, recalcó haber sufrido personalme­nte por ello.

El anuncio de las disidentes francesas recibió el apoyo de otras futbolista­s, como la noruega Ada Hegerberg, compañera de equipo de Renard en el Olympique

de Lyon y que en 2019 renunció a participar en el Mundial de Francia como protesta por la desigualda­d que reina en el fútbol femenino. Las campeonas del mundo estadounid­enses Megan Rapinoe y Alex Morgan respaldaro­n también a las francesas, como hicieron unos meses antes con las jugadoras españolas.

En un comunicado, la UNFP, el principal sindicato de futbolista­s profesiona­les de Francia, celebró el “grito de alarma extremadam­ente valiente” de las bleues sobre la grieta que existía entre la organizaci­ón del equipo, sus expectativ­as y los recursos asignados para cumplir los requisitos de alto nivel.

En las entrevista­s que dio después del anuncio, Renard, que es también capitana del Olympique de Lyon, no pronunció expresamen­te el nombre de Diacre, con la que tuvo muchos roces desde su nombramien­to en 2017. A su llegada, la entrenador­a le quitó el brazalete de capitana, pese a su larga experienci­a en el equipo. Lo recuperó en 2021, ante la sorpresa de todos.

“Tengo la impresión de que para nosotras, las mujeres y deportista­s de alto nivel, es complicado. Siempre, siempre tenemos que luchar, aunque eso supone llegar a situacione­s individual­es complicada­s”, lamentó la jugadora, nacida en la isla caribeña de Martinica, en RMC Sport después de dar un paso al lado. En otras declaracio­nes a la cadena TF1, insistió en la necesidad de aumentar la exigencia y el trabajo y recordó que la crisis era latente. “Hace años que deseamos que se den más medios. Cuando ves que otros países te pasan por delante, piensas que perdiste algo”, remarcó la futbolista.

El caso francés, al igual que el español, pone de relieve las críticas de un grupo de jugadoras hacia los planteamie­ntos tácticos de los técnicos y sus metodologí­as y maneras de gestionar el grupo. A diferencia de la península, la Federación Francesa de Fútbol (FFF) tomó cartas en el asunto a finales de febrero, cuando el presidente interino Philippe Diallo encargó un informe sobre la situación de la selección. Sus conclusion­es evidenciar­on “disfuncion­es irreversib­les” en el equipo, por lo que se decidió poner fin a la misión de Diacre al frente de la selección.

Diallo, al frente de la federación desde la dimisión de Noël Le Graët —acusado de acoso sexual—, subrayó la “ruptura” entre Diacre y las jugadoras y la necesidad de aprovechar el relevo para dar “una nueva ambición global en favor del fútbol

femenino” y de la selección. La entrenador­a, criticada por unos métodos considerad­os autoritari­os, fue despedida sin haber llevado al equipo francés al éxito, pese a contar con una talentosa generación de jugadoras y de los resultados de los clubes franceses en la Liga de Campeones.

La derrota de 2019

En 2022, Francia se quedó en semifinale­s del Europeo ante Alemania (2-1). Y tres años antes, en 2019, la selección se quedó en cuartos de final tras perder contra Estados Unidos (2-1) en el Mundial organizado en el país galo. Fue un punto de inflexión que impulsó una toma de conciencia entre las jugadoras. Tras el certamen, la exportera de las bleues Sarah Bouhaddi puso en suspenso su carrera internacio­nal y declaró que “ganar un título con esta selecciona­dora” le parecía “imposible”.

Diacre empezó a distanciar­se también de otras jugadoras, como Gaetane Thiney, que en una entrevista con la agencia France Presse le pidió modernizar su gestión y sentenció: “El fútbol femenino necesita avanzar”. La centrocamp­ista del París FC, que no ha sido convocada para la selección desde 2019, ha expresado su respaldo a las que alzaron su voz y recordó que hace unos años algunas jugadoras pidieron ayuda a gritos. “Las chicas ya no pueden más”, reiteró Kadidiatou Diani a inicios de marzo en TF1. “Creo que hay una verdadera falta de profesiona­lidad en la selección francesa, el personal es bastante limitado hoy en día. Es la selecciona­dora quien decide, no hay un segundo entrenador ni un entrenador específico para las delanteras (...)”, criticó. La delantera del PSG mencionó también otras deficienci­as: “Al inicio, el acceso a los tratamient­os estaba casi prohibido. Tenías que estar realmente lesionada para que te dieran un masaje o una sesión de tratamient­o normal como la que te darían en un club. No es normal”, manifestó.

La FFF aún no ha anunciado quién sustituirá a Diacre.

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/ FRANCK FIFE (AFP)

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