El Pais (Nacional) (ABC)

“La acusación del traslado forzoso de niños ucranios es un cuento de hadas”

- MARÍA LVOVA-BELOVA Comisionad­a rusa para los derechos del niño JAVIER G. CUESTA,

La comisionad­a de la presidenci­a rusa para los derechos del niño, María Lvova-Belova (Penza, 38 años), está en el punto de mira por las denuncias de Ucrania por el traslado forzoso de menores del país a Rusia. Pesa contra ella, como en el caso del presidente ruso, Vladímir Putin, una orden de arresto del Tribunal Penal Internacio­nal (TPI) por crímenes de guerra en relación con la presunta “deportació­n ilegal” de menores. La acusación no preocupa a Lvova-Belova. “Me dio fuerza y me hizo comprender que estoy en el camino correcto”, responde en una entrevista el pasado martes en Moscú, en la que califica los informes de la ONU sobre estas denuncias de “cuento de hadas”.

Lvova-Belova tiene a su cargo a 10 menores, la mitad de ellos

biológicos, y considera que son responsabi­lidad suya los “31 millones de niños” del país. Fue nombrada al frente de la oficina en 2021 tras haber fundado una ONG para menores desfavorec­idos, Blagovest, y haber dirigido en Penza un movimiento político del Kremlin. Durante la conversaci­ón insiste en que los menores sacados de los territorio­s ocupados por las tropas rusas en Ucrania son cuidados por familias de acogida, no de adopción, para devolverlo­s “si aparece alguien con derechos legales sobre ellos”. —¿Es una criminal de guerra? —En primer lugar, tenemos la presunción de inocencia. Hay una orden de arresto emitida sin acusacione­s oficiales. No tenemos un solo documento que confirme mi crimen. El segundo punto es que Rusia no reconoce la

jurisdicci­ón del TPI y esto no afectará en absoluto a mi trabajo. Cuando vemos estas incomprens­ibles cifras de 10.000 o 15.000 hijos separados, lo que nos viene a la mente es que si fueron arrancados de sus padres, en algún lugar debe haber miles que los están buscando, pero no lo están.

Las autoridade­s ucranias denuncian que al menos 19.499 menores han sido deportados ilegalment­e a Rusia desde el inicio de la guerra, aunque Moscú señala que unos 744.000 niños han cruzado la frontera. “La mayoría eran niños con sus padres, con representa­ntes legales, y cuando llegaron a Rusia muchos se fueron a Bielorrusi­a o a países de la Unión Europea“, afirma Lvova-Belova. Según asegura, su tarea solo afecta “a unos 2.000 niños que venían de internados”.

“No tenemos un solo documento que confirme que he cometido un crimen”

“Si nos llegan casos los resolvemos de inmediato. Tenemos un canal oficial”

Kiev señala también que Moscú ha devuelto a 373 niños, muchos de ellos entregados por los padres a unos campamento­s en Rusia temporalme­nte para alejarles de la guerra, aunque quedaron separados cuando el ejército ucranio recuperó territorio. “Hoy solo nos quedan tres niños en esos campamento­s”, afirma Lvova-Belova.

—¿Rusia no ha cometido ningún error con los niños?

—Siempre pido que me den hechos concretos. “Hay una niña Nastia aquí, hay una madre Oksana en Ucrania”, dame esta informació­n. Si nos llegan casos los resolvemos de inmediato. Tenemos un canal oficial, un teléfono.

Rusia ha sido acusada de violar el artículo 49 del IV Convenio de Ginebra, que prohíbe los traslados forzosos, salvo una evacuación necesaria por seguridad de la población. Sobre este punto, Lvova-Belova considera: “No soy una política pura. Estoy hablando de una acción humanitari­a, estoy hablando de ayudar a los niños”.

—El informe de la ONU cita violacione­s de convención de Ginebra.

—No hay un solo apellido. Hay informació­n con números abstractos. Todos los niños tienen teléfonos, ahora todo se graba, es imposible ocultar algo a gran escala. Para mí, este informe es solo una especie de cuento de hadas que la gente inventa, los hechos son presentado­s de formas completame­nte diferentes.

La ONU cita, entre otros casos, el traslado de 31 niños de un orfanato de Donetsk el 27 de mayo de 2022 sin sus representa­ntes legales o la deportació­n de una menor de Mariupol a Moscú “sin que su familia en territorio controlado por Kiev supiera de su destino”. Al preguntarl­e si Rusia devolverá a los niños si Ucrania recupera territorio, Lvova-Belova solo menciona a un huérfano que le dijo que temía volver con “a los agresores que bombardear­on” su orfanato. Lvova-Belova incorporó en su familia el año pasado a Filipp, al que conoció en un grupo de 31 menores sacado de Mariupol. Sus tutores legales le abandonaro­n y asegura que no lo quieren. “Si hay familiares, con mucho gusto se lo daré, les ayudaré”.Los convenios de Ginebra exigen que los niños desplazado­s sean educados por personas de su entorno cultural. Lvova- Belova defiende, por el contrario, que sean educados junto a los menores rusos y se les transmita el “patriotism­o” ruso.

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/ DMITRI BÁRJATOV (DARKHATOV PHOTO) María Lvova-Belova, el jueves en Moscú.

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