La corrupción marca la recta final de la carrera hacia las urnas en Guatemala
Las autoridades electorales suman críticas por su escasa independencia y credibilidad
Guatemala, el país que hace ocho años protagonizó una primavera democrática que derribó al expresidente Otto Pérez Molina, acudirá a las urnas el domingo con altos índices de impunidad y pocas esperanzas de cambio. Una reciente encuesta publicada por Prensa Libre, el principal diario del país centroamericano, muestra que los tres problemas que más inquietan a los guatemaltecos son la inseguridad, el desempleo y la corrupción. Una veintena de candidatos aspiran a llegar al poder para reemplazar al actual mandatario, Alejandro Giammattei, que dejará la presidencia bajo acusaciones de corrupción y de perpetuar un deterioro en las instituciones.
Esas preocupaciones encuentran un reflejo en algunas de las tendencias políticas del país. Por ejemplo, la admiración de varios candidatos por el modelo autoritario instaurado en El Salvador por Nayib Bukele, que emprendió en el país vecino una guerra sin cuartel contra las pandillas a costa de un deterioro palpable de las garantías democráticas y los derechos humanos. Pero si hay algo que marca los comicios que afronta Guatemala son las críticas a las autoridades electorales, señaladas por su poca independencia y credibilidad. Los magistrados del Tribunal Electoral negaron en febrero la inscripción del Movimiento de Liberación de los Pueblos (MLP), una organización de izquierda. De esta manera, dejaban fuera a una organización política muy crítica con Giammattei.
A finales de mayo, el tribunal también negó la participación de Carlos Pineda, un granjero que no forma parte de la tradicional política partidista guatemalteca, que ha construido un perfil de empresario exitoso a golpe de vídeos en TikTok y otras redes sociales. Pineda, con su forma populista de hacer política, tenía la mayor intención de voto.
El proceso electoral ha estado marcado, además, por el juicio contra el periodista José Rubén Zamora, condenado la semana pasada por lavado de dinero, en un juicio que ha sido criticado
Entre los candidatos con opciones está Zury Ríos, hija del dictador Ríos Montt
como una persecución política contra el fundador de elPeriódico, el medio que publicó decenas de investigaciones por casos de corrupción que involucraban al actual presidente y altos funcionarios. Muy pocos candidatos se han pronunciado sobre este proceso o demostrado algún tipo de simpatía hacia Zamora y criticado a las autoridades judiciales, acusadas de obedecer las órdenes de Presidencia. Las encuestas muestran, por otro lado, el hartazgo de los guatemaltecos hacia un sistema en el que prevalece la impunidad.
Con este panorama político desalentador acudirán los guatemaltecos a las urnas. De la veintena de candidatos que participan en el proceso, son tres los que tienen alguna opción de pasar a segunda vuelta, programada para el 20 de agosto. Se trata de la ex primera dama Sandra Torres, quien ya había competido en las pasadas elecciones, en las que se impuso Giammattei; el diplomático Edmond Mulet, quien fue jefe de la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití; y la candidata conservadora Zury Ríos, hija del dictador acusado de genocidio Efraín Ríos Montt, fallecido en 2018.
Organizaciones de derechos humanos como Human Rights Watch (HRW) han alertado de que el proceso electoral se desarrolla en medio de un fuerte deterioro institucional y de sistemáticas violaciones de los derechos humanos.