La presunta “hegemonía cultural” de la izquierda
En el fondo del debate Ministerio de Cultura sí o no queda irresuelta una cuestión más filosófica, pero con consecuencias concretas: la presunta hegemonía cultural de la izquierda. Y su relación privilegiada con las artes. La teoría de que la gala del “no a la guerra” enemistó para siempre al PP y el cine español vuelve a cada edición de los Goya. La subida del IVA del sector al 21% durante el último Gobierno popular también dejó secuelas. Y artistas clave de sus respectivas disciplinas, como Pedro Almodóvar, Javier Bardem, la fallecida Almudena Grandes, Rosalía o David Rubín, han dejado clara su oposición a la derecha y sobre todo a Vox, que, por otro lado, presume de esta enemistad. El escritor Bernardo Atxaga ha ido más allá en su posicionamiento: es el responsable de cultura de Sumar. Aunque el cine protestó también contra la reciente Ley General de Comunicación Audiovisual, impulsada por los socialistas. Creadores como Mario Vargas Llosa o Andrés Calamaro se colocan públicamente en el bando conservador.
“La hegemonía cultural de la izquierda en España es a nivel mediático y comunicacional. Pero los creadores que puedan proyectar un discurso hegemónicamente de izquierdas son muy pocos. Y las genialidades creativas de vanguardia están cada vez más liberadas de condicionamientos ideológicos y categorías políticas del siglo XX”, reflexiona José María Lassalle, secretario de Estado de Cultura en el último Gobierno del PP. Aunque el asunto no deja de ocupar ensayos y artículos de opinión. Y, en Italia, se ha colocado incluso entre las prioridades del Gobierno ultraconservador de Giorgia Meloni, a partir de la reciente reorganización de la televisión pública, RAI. “Quiero liberar la cultura italiana de un intolerante sistema de poder donde no podías trabajar si no te declarabas de una cierta parte política”, aseguró Meloni. En España, Vox colocó como uno de sus principales objetivos, en el documento Agenda España, la lucha contra la “hegemonía cultural” de la izquierda. Y, a la espera de lo que decidan las urnas el 23-J, su pacto con el PP en la Comunidad Valenciana añade una nueva variable a tener en cuenta en el futuro de este ministerio: han puesto al frente de la Consejería de Cultura a un extorero.