“Necesitábamos algo así”
Carvajal celebra la revancha que le proporciona la Liga de las Naciones tras años de sinsabores con la selección. “No esperaba llegar a los penaltis”, dice Unai Simón
Que iba a haber prórroga lo sabían los chinos. Fue la décima en los últimos 13 duelos a cara o cruz disputados por la selección croata. Que en una tanda de penaltis iba a caer España lo anunciaba la estadística, que ahí estaba para romperse en mil pedazos. Croacia había salido triunfadora después de las últimas cuatro tandas en las que se había visto involucrada, dos en el Mundial de 2018 y otro par el pasado mes de diciembre en el Mundial de Qatar. De esas dos citas mundialistas se marchó España tras sendos fiascos desde los once metros. Nada está escrito en el fútbol.
“Necesitábamos algo así, para muchos de nosotros era una oportunidad única porque nos hemos quedado antes fuera en campeonatos importantes”, reflexionó Dani Carvajal, el inesperado héroe del epílogo. “Son cosas del destino. Sabía que iba tirar de sexto. Quería tirarlo como lo hice porque sabía que el portero de ellos se tira con facilidad”, describió.
Fue una caricia la que envió ese balón a la red para darle a España su quinto título y completar un triplete que sólo disfruta Francia, a la que sucede como vencedora de la Liga de las Naciones. La historia importa. “Hemos devuelto a España a lo más alto del escalafón y ante una de las mejores selecciones del mundo”, valoró Rodri, elegido mejor jugador de la final. Ya lo fue también antes en la semifinal. Y venía de serlo en la final de la Champions con el Manchester City. “Ganar está muy caro”, zanjó el futbolista más laureado de esta temporada.
Rodri y Carvajal ejecutaron a Croacia en unos penaltis en los que España no dudó. Tampoco lo hizo Aymeric Laporte en la primera bola de partido que dejó pasar La Roja. El central de origen galo estrelló su intento en el larguero tras engañar a Livakovic. “Teníamos confianza y habíamos entrenado los penaltis”, deslizó Carvajal, que por primera vez en una gran final empezó el partido como suplente. Con 31 años, antes del partido, se sintió con galones como para dar una charla motivadora en la caseta. “Y me emocioné”, confesó. Un lateral derecho no suele ponerse en los focos en situaciones como la que decantó esta Liga de las Naciones, pero Carvajal no falló.
Tampoco falló Unai Simón, decisivo en dos paradas que sirvieron para quitar el sinsabor de la eliminación contra Marruecos en los octavos de final de la Copa del Mundo. Entonces confesó que igual pecó de pardillo en aquella tanda que le dio el pase a cuartos de final al combinado magrebí. “Esto no iba a ser fácil. Pensé que lo íbamos a resolver antes”, apuntó el meta del Athletic, que esta vez fue decisivo, con los pies y con las manos. “No esperaba llegar a los penaltis”.
“Unai la ha liado en los penaltis”, dijo Joselu. “Ha salido redondo”. Cerca de él, Dani Olmo consolaba a los rivales. Pasó cinco años en Croacia, un lustro decisivo para su formación en el Dinamo Zagreb, club al que llegó con 16 años tras dejar La Masia en una pirueta futbolística nada habitual. En el país balcánico sigue su hermano Carlos, que este sábado se llevó un varapalo al bajar a Tercera División con el NK Kustosija, un modesto club de la capital croata. “La Santísima Trinidad para mí es el Dínamo, Zagreb y Croacia”, explicó en su día en una sentencia que despertó todo tipo de expectativas. En la primavera de 2019 el seleccionador Zlatko Dalic pidió al gobierno de su país que agilizase los trámites para una nacionalización. “Espero que no suceda como lo que ocurrió con Ibrahimovic”, dijo. Poco después, aquel verano, Olmo fue pieza esencial para Luis de la Fuente para ganar el Europeo sub-21. En noviembre del mismo año debutó a las órdenes de Luis Enrique. Y cuatro años después ganó su primer título con España... ante Croacia.