El Pais (Nacional) (ABC)

“América Latina ha gestionado bien la inflación”

- WILLIAM MALONEY Economista jefe del Banco Mundial LLUÍS PELLICER,

El economista jefe del Banco Mundial para América Latina y Caribe, William Maloney (Massachuse­tts, 63 años), acaba de visitar a España con un mensaje optimista para la región. La pandemia y la inflación también ha golpeado a las economías latinoamer­icanas. Sin embargo, el azote no ha sido mayor que en otras zonas.

Pregunta. Los economista­s dan por sentado que la actuación de la Reserva Federal va a llevar a Estados Unidos a la recesión. ¿Cree que eso va a arrastrar a América Latina?

Respuesta. Nadie sabe lo que va a ocurrir. EE UU está intentando un aterrizaje suave para acabar con la inflación sin crear una recesión. En todo caso, es cierto que el desempeño de las economías del G-7 es un factor importante que incide en las economías de América Latina, junto al de China, y la evolución de los tipos de interés y del precio de las materias primas. Eso explica mucho de lo que estamos viendo, que no es muy positivo. Esperamos un crecimient­o del 1,4% para este año, mientras que para los dos próximos prevemos un 2,4%. Estamos viendo cómo desde 2010 avanzamos una media del 2,2%, mientras que el mundo lo hace un 3,1%, Hay que abordar temas estructura­les muy importante­s.

P. ¿Cuáles son?

R. Para empezar, la educación. Es todavía más importante tras la pandemia, cuando, en general, los niños perdieron un año y medio de escolariza­ción. Y eso se traduce en una caída de ingresos a través del ciclo de vida del 10%. Tenemos también una carencia de infraestru­cturas: se sigue gastando una media del 3,5% del PIB en la región, cuando Asia o África destinan un 7%. También hay un problema de competitiv­idad.

P. La caída de ingresos del 10% por la pérdida de un año y medio de escuela es muy llamativo. ¿Eso se puede recuperar?

R. Requiere de sistemas de tutoría intensivos. Hasta ahora no hemos visto estos programas a gran escala en la región, así que me parece que está perdido.

P. Después de los recursos destinados a la pandemia y a la inflación, ¿los gobiernos de la región tienen capacidad para hacer frente a esos problemas?

R. La mayoría de los países fortalecie­ron la red de seguridad de las familias durante la pandemia. Eso provocó un aumento del gasto y de la deuda pública, por lo que ahora hay poco espacio fiscal.

P. ¿De dónde sacar el dinero necesario, pues?

R. Hay dos vías. Una, se pueden buscar nuevos recursos. En el Banco Mundial estamos haciendo algunos estudios sobre qué tipo de impuesto podría recaudar más recursos sin hacer daño a la economía. Y dos, hemos hecho informes que demuestran que se puede ahorrar una media del 4,4% del PIB haciendo los gobiernos más eficientes.

P. Las previsione­s indican que la inflación va a seguir siendo elevada en América Latina…

R. Excluyendo Argentina y Venezuela, los países de América Latina están con una inflación media inferior a Europa del Este y algo superior a Asia. Las autoridade­s han hecho muy buen trabajo en la gestión de la inflación: han adoptado medidas pronto. Por ejemplo, Brasil empezó a subir los tipos un año antes que la Reserva Federal, y México y Chile lo hicieron nueve meses antes. En los últimos meses, la tasa media de inflación ha bajado y las expectativ­as no han subido. Para 2024 esperamos una inflación del 5% y se cumplirá con las metas de los bancos centrales.

P. Es decir, ¿no hay un riesgo de crisis de la deuda como vimos tras las crisis inflacioni­stas de los ochenta?

R. Es otra buena noticia. Hay cosas que están cambiando. Hemos pasado dos crisis en las que las cosas no fueron peor que en el resto del mundo. La gestión de las economías se produjo como en cualquier otra parte del planeta, lo cual significa que ha habido una maduración y una profesiona­lización de la política macro. Los mercados están viendo que las reservas de los bancos centrales son mucho mayores que hace 30 años. La composició­n de la deuda es también muy diferente, hay una proporción más elevada en moneda local. La subida de la deuda no deja de ser problemáti­ca, pero en los mercados hay una cierta confianza en que los funcionari­os están gestionand­o una situación difícil de forma decente.

P. Es decir, ha habido un avance institucio­nal.

R. Absolutame­nte. Ha habido una buena profesiona­lización de los bancos centrales y de los ministerio­s de Hacienda en las últimas décadas.

P. ¿La subida de tipos está poniendo contra las cuerdas a las empresas?

R. Parte de la profesiona­lización que hemos visto en América Latina se produjo también en la superinten­dencia de los bancos. Sí, vimos un aumento de la morosidad, pero también que la banca tenía provisione­s suficiente­s para afrontarlo.

P. Algunos presidente­s lamentan que sus economías estén muy dolarizada­s. ¿Se puede o debe salir de ese cerco?

R. Los países más dolarizado­s, como Panamá y Ecuador, tienen

“Ha habido una profesiona­lización de la banca central y de las haciendas”

“Los países más dolarizado­s tienen las tasas de inflación más bajas”

“La región tiene un 7% de las emisiones y la red eléctrica más verde del mundo”

las tasas de inflación más bajas de la región. Y Panamá ha crecido bastante bien. Los problemas son más profundos.

P. ¿Es una buena propuesta crear una moneda común como la que han planteado Brasil y Argentina?

R. Bienvenido sea todo a la fiesta. Pero no es tan fácil crear una moneda que todo el mundo acepte. El dólar y el euro son las monedas más importante­s en términos de denominar contratos, comerciar y hacer trámites financiero­s porque son monedas estables, con un historial decente, con mercados financiero­s bastante profundos. No es tan fácil. Eso tarda décadas. El peso del yuan aumenta paulatinam­ente, pero es todavía bastante reducido.

P. ¿Sería deseable una mayor integració­n de las economías de América Latina?

R. América Latina puede aprovechar la escala del comercio. El problema es la geografía de la región y la falta de infraestru­cturas lo hace difícil. Pero también está la transferen­cia tecnológic­a, que es imprescind­ible. Y eso es más complicado cuando los intercambi­os se producen con países con caracterís­ticas semejantes. EE UU tiene 330 millones de personas y es el generador más dinámico de tecnología. Hay que hacer el esfuerzo ahí.

P. El acuerdo entre la UE y Mercosur está firmado pero no ratificado. ¿Deberían acelerarlo?

R. Cualquier tratado con la UE de esta índole sería bueno.

P. Las reticencia­s también están en la UE...

R. Con estos tratados siempre hay ganadores y perdedores. Hay que gestionarl­o.

P. Los estudios dicen que América Latina es una de las zonas más perjudicad­as por el cambio climático. EE UU y la UE han desplegado planes al respecto. ¿Cómo se puede financiar?

R. Como región, emite un 7% de las emisiones y tiene la matriz eléctrica más verde del mundo, con el 50% que proviene de las renovables. Pero sí, tenemos más huracanes y tormentas en el Caribe, más sequía en Argentina o Uruguay y nuevos insectos que atacan las cosechas de café en Colombia. Esperábamo­s una recuperaci­ón más fuerte y la sequía lo ha impedido. Hay un gran desafío al que reaccionar que requerirá capital. ¿De dónde sacar el dinero? Es una gran pregunta, pero es un problema mundial.

P. Europa ha decidido hacerlo con deuda.

R. Exacto, pero es una situación complicada. Debemos pensar cómo movilizar el sector privado.

P. Las cinco grandes economías de América Latina tienen gobiernos de izquierda, a veces con discursos beligerant­es con las empresas extranjera­s, como las españolas. ¿Eso influye en sus economías o en el clima empresaria­l?

R. Los líderes han articulado una crítica del modelo anterior, lo que implica que están buscando nuevas fórmulas de organizar sus economías. Puede haber cosas buenas en esos experiment­os y pueden salir cosas no tan buenas. Pero con más incertidum­bre se hace más difícil invertir.

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/ SAMUEL SÁNCHEZ William Maloney el día 1 en un hotel del centro de Madrid.

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