El Pais (Nacional) (ABC)

Los peritos del Banco de España alertan de que las cuentas del Popular “no cumplían”

Un informe determina que desde 2011 y 2012 el estado financiero estaba fuera de lo exigido

- HUGO GUTIÉRREZ

El eco de la crisis del Banco Popular todavía resuena. Y puede tener nuevas consecuenc­ias. Este lunes la Audiencia Nacional propuso juzgar al expresiden­te de la entidad Ángel Ron y a otros 12 exdirectiv­os porque considera que los estados financiero­s de 2016 y 2015 “no reflejaban la imagen fiel del balance ni del patrimonio”. Una situación contable discutible que se remonta, al menos, hasta los años más duros de la Gran Recesión. “Las cuentas anuales de Banco Popular de 2011 y 2012 no cumplían, en nuestra opinión, con el marco contable del Banco de España”, aseguraban los peritos en su informe para la Audiencia sobre la ampliación de capital de 2012, fechado el pasado 25 de julio.

Las dudas sobre el Popular, así como sobre el conjunto del sector financiero español (principalm­ente las cajas de ahorros), planeaban desde el estallido de la burbuja inmobiliar­ia en 2008. La incertidum­bre se trasladó al seno de las entidades y a la propia labor de supervisió­n, que iba con pies de plomo. Cualquier paso en falso podía ser letal para las entidades en apuros.

Los peritos judiciales, que son inspectore­s del Banco de España aunque en ese momento trabajan solo para la Audiencia, utilizan para su documento los informes de seguimient­o de aquellos años del supervisor, a los que ha tenido acceso este diario. En ellos se recoge que el Popular acumulaba unas provisione­s pendientes de aplicar por 2.851 millones de euros a cierre de 2011. Una cifra notable, ya que suponía un tercio de su patrimonio neto. “Iba realizando parte de los saneamient­os cada año, pero es evidente que no de manera suficiente como para compensar los incremento­s por los nuevos ajustes que se iban produciend­o”, incide el informe.

Esta situación se explica por dos motivos principale­s. Por un lado, el lastre que arrastraba la entidad desde 2008, primer ejercicio en el que el Banco de España cuantificó estos deterioros en 2.071 millones. Y, por otro, el empeoramie­nto del contexto y la morosidad hizo que esta cifra no parase de crecer. Sin embargo, el supervisor no requirió formalment­e subsanar esta situación hasta 2013, después de la ampliación de capital y los decretos Guindos.

“Una incorrecta clasificac­ión de los riesgos afectaría a la capacidad de los usuarios de la informació­n financiera de valorar correctame­nte la suficienci­a de las coberturas de esos riesgos, lo que podría influir en sus procesos de toma de decisiones de inversión”.

A esto añade el informe pericial que el Popular contaba con informació­n que debía haber pormenoriz­ado a los inversores. “Banco Popular podría haber dado al mercado muchos más detalles sobre el origen de las dotaciones y la previsible evolución de los resultados. Por ejemplo, no se mencionó que parte de las dotaciones traían causa de revisiones de Banco de España”, sostiene el texto. Pese a ello, los peritos consideran en su documento que dicha ampliación de capital fue un éxito.

De esta forma, la entidad pudo repartir las provisione­s pendientes entre ese ejercicio y el siguiente porque el Banco de España no se las requirió oficialmen­te hasta marzo de 2013. Es decir, solo a partir de esa fecha era legalmente exigible. “Desde un punto de vista puramente legal, el posponer 1.700 millones de euros de dotaciones a 2013 no era realmente un incumplimi­ento en la constituci­ón de dichas provisione­s”.

Turbulenci­as financiera­s

La crisis interna del Popular tiene su origen al inicio de la crisis inmobiliar­ia y se agravó en aquellos años de turbulenci­as financiera­s. Pese a ello, se trató de minimizar y acotar el problema a las cajas de ahorros. Así lo afea ahora el juez José Luis Calama, en referencia a la ampliación de 2016, cuando dice que había una informació­n financiera “consciente­mente alterada”. Diversas fuentes financiera­s cuestionan todo el proceso, desde el origen: “No se puede poner dinero bueno sobre dinero malo y eso es lo que se hizo. Se utilizó a los nuevos inversores para tapar el agujero anterior”, critican.

El supervisor, a preguntas de este diario, no hace comentario­s. “El tema está en manos del juez y los peritos, en ese momento, trabajan para la autoridad judicial y no para el Banco de España”. Aunque el documento es tajante sobre la ausencia de petición oficial para cerrar el agujero de provisione­s. “Nunca se sabrá qué habría sido mejor, pero debía haberlo solicitado antes”, sostienen otras fuentes del sector.

Sobre el auto del juez Calama acerca de la ampliación de 2016, el caso salpica también a PwC, ya que auditó las cuentas y no indicó ninguna salvedad. Queda fuera de las pesquisas el Banco de España. Al menos por el momento, ya que los pequeños accionista­s del Popular afectados por la ampliación de capital de 2012 han solicitado a la Audiencia que declaren como testigos el que fuera gobernador del supervisor en aquella época, Luis María Linde; el director del grupo de inspección permanente del Popular, Francisco Monzón; la actual subgoberna­dora y entonces coordinado­ra ejecutiva del grupo de inspección del Popular, Margarita Delgado, y Joaquín Almunia, exvicepres­idente de la Comisión Europea, entre otros.

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PABLO MONGE Ángel Ron, en la junta de accionista­s de abril de 2016 en Madrid.

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