La industria militar española busca en la India contratos por más de 5.000 millones
La secretaria de Estado de Defensa y una delegación de empresas visitan Nueva Delhi
La India es el nuevo El Dorado al que peregrina la industria militar española. Una delegación de Defensa, encabezada por la secretaria de Estado Amparo Valcarce, y otra empresarial, organizada por la patronal Tedae, visitan esta semana la nación más poblada del mundo. Su objetivo es abrir mercado en un país con el cuarto mayor gasto militar (tras EE UU, China y Rusia) y lograr contratos por valor de más 5.000 de millones de euros.
Nueva Delhi está intentando romper su tradicional dependencia armamentística de Moscú sin caer en la de Washington y busca socios tecnológicos que le ayuden a impulsar una industria militar que le asegure su autonomía, lo que abre una ventana de oportunidad para las empresas españolas. El clima de negocios se ve favorecido por las buenas, aunque muy escasas, relaciones políticas y por la flexibilización de visados puesta en marcha por la Embajada española en Nueva Delhi.
La industria española parte del éxito del programa C-295 de Airbus que, tras una década de negociaciones, ya es una realidad. La Fuerza Aérea india recibió en septiembre pasado la primera de las 56 unidades que ha adquirido por unos 2.100 millones de euros de este avión de transporte militar de diseño español; y ya ultima la compra de otras 15, seis de patrulla marítima para la Armada y nueve de vigilancia para la Guardia Costera. La clave de la operación está en la instalación de una planta de montaje de aviones en Vadodara, en el estado de Gujarat, al oeste del país, por parte de Tata Advanced Systems Limited (TASL), socio local de Airbus. Los primeros 16 aparatos se fabrican ya en la planta de San Pablo (Sevilla) y el resto en la India.
Pero la parte del león de este negocio es el proyecto P75 (I) de la Armada india para construir seis submarinos por más de 4.500 millones de euros. El S-80 de Navantia ha pasado a la fase final del concurso junto al 214 de la germana Thyseenkrupp (TKMS). Ambos se han aliado con compañías indias: la española con la privada Larsen & Toubro y la alemana con la pública Mazagon Dock SL.
Fuentes conocedoras del concurso aseguran que el S-80 se adapta mejor a los requisitos de la Armada india que su competidor alemán, aunque tiene un inconveniente: su sistema de propulsión independiente del aire (AIP) aún carece del sello sea proven (probado en el mar). La Armada española no tiene previsto incorporar el AIP hasta el tercer submarino de la serie S-80, previsto para finales de 2026, por lo que una demora del programa indio jugaría en su favor. Las fuentes consultadas descartan que el Gobierno de Nueva Delhi tome una decisión antes de las elecciones de mayo.
La India ha sido hasta ahora un cliente modesto de la industria española de defensa. En el primer semestre de 2023, España le vendió material militar por 14,5 millones, mientras que las operaciones autorizadas ascendieron a 1.326 millones (1.182 en sistemas electrónicos). El sector espera que estas cifras crezcan con los programas en marcha: en noviembre Nueva Delhi aprobó inversiones por más de 26.000 millones de dólares para modernizar su Ejército.