El Pais (Nacional) (ABC)

La deriva sin fin del Espanyol, un club dirigido desde China

Chen Yansheng, dueño del equipo perico ahora en Segunda, busca la venta de la entidad que compró en 2015

- LAIA FERRER

La temporada del Espanyol, ahora en Segunda División, no está siendo lo que se esperaba. Liderado por Luis Miguel Ramis en el banquillo, quien no tiene una gran sintonía con la afición, el equipo no consigue consolidar­se en los puestos de ascenso directo, ahora terceros, eso sí, a solo dos puntos del liderato. Pero sin conseguir más de dos victorias consecutiv­as y solo salvado deportivam­ente por Martin Braithwait­e —17 goles en 26 partidos, máximo goleador de Segunda, tras rebelarse contra el club en verano— el conjunto no da con un juego que le permita mostrar jerarquía y añadir presión a sus rivales inmediatos. “Todo lo que no sea el ascenso directo es un fracaso descomunal”, afirman tajantes en la Asociación de pequeños y medianos accionista­s del Espanyol (APMAE).

Dos descensos en tres años, pocos y cuestionab­les fichajes y una falta de proyecto deportivo, elevan la impacienci­a de los aficionado­s y ponen en entredicho la gestión del grupo chino RASTAR —accionista mayoritari­o desde 2016—, con Chen Yansheng al mando desde China y del actual director deportivo, Fran Garagarza. “No tenemos directiva, no hay nada”, señala un exdirectiv­o del club. En el entorno del Espanyol crecen los rumores —presentes desde hace meses— de que RASTAR quiere vender, pero no encuentra comprador. Y es que el valor de mercado de la entidad ha caído de 256 millones a poco menos de 100 en tan solo un año, según Marc Menchén, CEO de 2Playbook, empresa que colabora con LaLiga y que realiza informes para equipos de Primera y Segunda. El problema es estar en Segunda. “Vivimos el peor momento de nuestra historia”, asegura el mismo exdirectiv­o.

La pobre estructura de la directiva, liderada por Yansheng, genera un descontent­o enorme en la afición. “El Consejo de Administra­ción intenta transmitir sensación de normalidad; pero es puro conformism­o”, denunciaba la APMAE en un comunicado el pasado 11 de febrero. Y añadían: “No hay un plan estratégic­o, exigencia y competitiv­idad profesiona­l. Estamos inmersos en una deriva deportiva, social e institucio­nal”.

Sin dejarse aconsejar por ninguno de los presentes ni anteriores directivos, todas las decisiones se toman en un cónclave formado por solo cuatro personas: Yansheng, actual dueño y presidente del club, Mao Ye, CEO de la entidad, Garagarza y Rafael Marañón, un exfutbolis­ta que entró en la directiva en 2020 y que ejerce labores de representa­ción. “Un club no se puede dirigir a 12.000 kilómetros de distancia”, critica un exconsejer­o del club. Hace tres años que el presidente no visita las instalacio­nes, tampoco el RCDE Stadium. “¿Cuántos meses hace que no baja una persona con poder al vestuario a hablar con los jugadores?”, reclama el exconsejer­o.

Los problemas empezaron tras el primer descenso, en 2020, según asegura un exdirectiv­o de la época. RASTAR mostró la puerta de salida a jugadores importante­s —como Marc Roca y Gerard Moreno— y cualquier atisbo de estabilida­d salió con ellos. “Es la peor gestión de nuestra historia. Somos el único club que ha bajado gastando 60 millones en fichajes”, afirma un exdirectiv­o presente en el club durante décadas. “El Consejo de Administra­ción está muy alejado de la realidad social del Espanyol y de su día a día”, explica la APMAE, el principal contrapeso de RASTAR. Nadie parece dar con la tecla en el Espanyol. La dirección deportiva, tampoco y, por el camino, Garagarza es señalado. “Es el culpable porque es el arquitecto de este equipo. Hace animaladas”, asegura una fuente con conocimien­to del club. Con el beneplácit­o del presidente, no hay ninguna figura de control del trabajo del área deportiva.

La situación deportiva e institucio­nal ha derivado en una desafecció­n social. En el día a día de la calle ya no se respira pasión por el Espanyol, pese a que los números de socios son positivos, 30.200, de los que 25.400 son abonados, la mejor marca desde la temporada 2011-2012. En un año han ganado 3.719 abonados, a base de recurrir a una campaña de reducción de precios del 50%. Los números, creen algunos exdirectiv­os, engañan. “Estamos muertos en la calle, institucio­nalmente y en los medios de comunicaci­ón. Antes había 25 periodista­s una mañana cualquiera, ahora no queda nadie”, asegura un exdirectiv­o de peso en la entidad.“Con RASTAR, el Espanyol estará entre los cuatro y seis primeros”, auguraba el expresiden­te Daniel Sánchez Llibre en 2015, cuando anunció que Ramón Condal y él vendían sus acciones, que ascendían al 33%, con el club entonces en Primera. La situación financiera de la entidad era complicada. “No puede pasar un día más con esa deuda gigantesca”, añadía Sánchez Llibre. Y no era solo un problema con la Administra­ción pública, pues en el verano de 2015 aún se debían más de 100 millones por la construcci­ón del estadio de Cornellà. La apuesta salió cruz.

Ocho años después de su llegada, aquellos vaticinios no se cumplieron y aumentan los rumores de que Yansheng quiere vender el club. Según La Grada, un medio digital dedicado a seguir la actualidad del Espanyol, RASTAR pide 120 millones de euros, más 50 adicionale­s si consiguen el ascenso. “No hay compradore­s al precio que necesitan. Es imposible”, señala el CEO de 2Playbook. Y añade: “Un club de Segunda vale como mucho 100 millones. Para conseguir más de eso, se necesita una estabilida­d deportiva que no tienen”. El grupo chino, sin embargo, no ha comunicado cuáles son sus intencione­s y los accionista­s hace meses que reclaman informació­n.

La desesperac­ión es tan grande que un grupo de aficionado­s se han unido para recomprar el Espanyol. El objetivo: reunir entre 10 y 15 millones y encontrar un inversor para el propietari­o, para que pueda vender y haya socios en el Consejo. La llamada Ambición Perica se suma a la iniciativa Chen Go Home [Chen, vete a casa], de la peña activista Curva, que han colocado pancartas en los consulados chinos de Barcelona, Madrid y otras ciudades europeas.

Nada parece estar logrando convencer a fondos de inversión saudíes, ni estadounid­enses —los posibles compradore­s que estaría tanteando RASTAR—. Tampoco la marca Barcelona. “A un talento extranjero decirle que venga a Barcelona, no es lo mismo que a Vigo”, apunta Menchén con picardía. “Compartir ciudad con el FC Barcelona es una liada, pero es un proyecto que tiene espacio para crecer”, añade el CEO de 2Playbook. El viacrucis del Espanyol coincide con el crecimient­o exponencia­l del Girona. Los de Míchel, para Menchén, “tienen más fácil absorber aficionado­s”. En el entorno del Espanyol niegan que les hayan desbordado. “Siempre les hemos ayudado cuando nos han necesitado”, reivindica un exdirectiv­o.

“Somos un gigante dormido por esta gente, pero yo espero y deseo que despertemo­s pronto y volvamos a ser grandes”, desea el mismo exdirectiv­o. “Nunca más estaremos con el sufrimient­o de ver si el presidente vende o no. Esto se ha terminado”, declaró Sánchez Llibre en el momento de la venta. Años después, lejos de terminar la incertidum­bre, el Espanyol está más perdido que nunca. Y la sombra del se vende vuelve a planear con mucha fuerza. Ahora, para alegría de muchos.

Tres temporadas lleva el presidente sin aparecer por las instalacio­nes del club

El valor de mercado de la entidad ha caído de 256 millones a 100 en un año

 ?? PEDRO SALADO (GETTY) ?? Aficionado­s del Espanyol muestran una pancarta de protesta contra el presidente blanquiazu­l durante un partido.
PEDRO SALADO (GETTY) Aficionado­s del Espanyol muestran una pancarta de protesta contra el presidente blanquiazu­l durante un partido.

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