La verdad de Halep gana en los tribunales y la devuelve a la pista
Rebajan su sanción por dopaje de cuatro años a nueve meses porque no había intencionalidad
La vida, como el mismo tenis, como uno de esos largos intercambios en realidad, ofrece giros como el que hoy cambia sustancialmente el destino deportivo de Simona Halep. La rumana, de 32 años, advertía en septiembre, después de que once meses antes (octubre de 2022) diera positivo por consumo de un estimulante prohibido, el roxadustat, y la Unidad de Integridad del Tenis (ITIA) le impusiera un castigo de cuatro años: “Mi lucha sigue. Me niego a aceptar la decisión”. Ahora, su empeño por demostrar su inocencia, o sea, que no hubo voluntad real de mejorar el rendimiento por medio del fármaco contra la anemia y que las irregularidades detectadas posteriormente en su pasaporte biológico tampoco tenían fundamento, encuentra premio en el fallo del Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS), que rebaja la pena de esos cuatro años a nueve meses.
De esta forma, lo que parecía la sentencia deportiva de Halep se convierte ahora en luz para la ex número uno, ganadora también de 24 títulos individuales de la WTA, entre ellos un Roland Garros (2018) y un Wimbledon (2019). De entrada, Halep podrá reaparecer de manera inmediata, dado que la exclusión de nueve meses se aplica al periodo comprendido entre el 7 de octubre de 2022 y el 6 de julio de 2023, según determina el tribunal de Lausana, por lo que el castigo ya se ha cumplido. Tras intensos procesos previos y una audiencia de tres días, del 7 al 9 de febrero de este año, el TAS extrae una doble conclusión. En primer lugar, que las violaciones de la normativa antidopaje por parte de la deportista —detectadas en un control de orina efectuado en el US Open de 2022— “no fueron intencionales”, pese a que hubiera “cierto nivel de culpa y negligencia”; y en segundo, que el rastro prohibido hallado en una muestra de sangre proporcionada por Halep en esas mismas fechas deben entenderse “en el contexto de una cirugía [por unos problemas respiratorios] que tuvo lugar poco después” de que cayera en la primera ronda del grande estadounidense.
Respecto a la presencia del roxadustat, el TAS acepta el argumento de la “contaminación”, puesto que Halep alegó en su día que el medicamento —de nombre comercial Evrenzo, algo así como EPO en pastillas, según los expertos— entró en su cuerpo “a través del consumo de un suplemento contaminado” que había usado poco antes del 29 de agosto de 2022, cuando cedió en Nueva York contra la ucraniana Daria Snigur, y que, “como se detectó en la muestra, provenía de ese producto contaminado”. Sobre la infracción en el pasaporte biológico, precisa que además de la cercanía entre la detección y la operación a la que fue sometida, Halep efectuó entonces unas declaraciones en las que aseguraba que tenía la intención de dar por zanjada aquella temporada, que “impactan contra la verosimilitud de los escenarios en los que se basa la Federación Internacional (ITF)”.
Su entrenador de entonces, el francés Patrick Mouratoglou, describió el caso como “una parodia de la justicia”, pero en paralelo, se conocía que la rumana había cambiado en aquella época de suplementos alimenticios a instancias del señor Frédéric Lefebvre, empleado en la Academia del galo en la Costa Azul. En diciembre del año pasado, la tenista anunció que había prescindido de los servicios de Mouratoglou. “Fue su equipo el que le propuso tomar ese complemento. Fue un caso de manipulación”, señaló la belga Kim Clijsters, ganadora de cuatro majors. “Creo que pronto volveré a estar en la pista”, exponía la inculpada tras declarar en el juicio, celebrado 14 meses después del anuncio del positivo por roxadustat. Hoy, sin ranking y partiendo desde el subsuelo, se ejercita y celebra la resolución: “No puedo esperar para volver”.