¿Triunfo tras el fracaso de Putin?
En un mundo retrofuturista de IA asesinas y algoritmos que retractilan la realidad hasta plastificarla y dejarla sin sabor, el juez Pedraz nos enfanga de nuevo en el viejo debate de si la protección de la propiedad intelectual está por encima de cualquier otro bien o derecho digno de protección. No creí que en los días del debate sobre cómo evitar que los menores accedan al porno desde los ocho años, lo que cerraría un servicio de comunicación como Telegram fuera a ser una infracción de la propiedad intelectual.
El cierre, basado en una reclamación de propiedad intelectual, cuando es inimaginable que se hiciera por cualquier otra vulneración, demuestra que los daños patrimoniales siguen teniendo más peso que los personales o psicológicos.
Nadie ha respondido a la pregunta de quién va a pagar a Telegram, que acaba de levantar 330 millones de dólares de inversión, los daños reputacionales y operativos propios y de sus clientes causados por una orden manifiestamente desproporcionada que busca cerrar un canal tumbando el servicio entero. Ni tampoco nadie nos ha explicado cómo un juez español va a triunfar en un afán en el que Putin fracasó. El 13 de abril de 2018, el Tribunal del Distrito de Tagansky (Moscú) ordenó, con base en la Ley Yarovaya (que obligaba a guardar las comunicaciones y sus claves de cifrado), restringir el acceso a Telegram en el territorio ruso. El bloqueo provocó interrupciones en muchos servicios de terceros, pero prácticamente no afectó a la disponibilidad de Telegram en Rusia, que fue oficialmente desbloqueada el 19 de junio de 2020.
La operación suponía denegar el acceso a más de 19 millones de direcciones IP asociadas con el servicio, muchas de ellas de Amazon Web Services y Google Cloud Platform que utiliza Telegram como frontal. No parece que la tarea a la que se enfrenta la Audiencia Nacional ahora vaya a ser más sencilla ni que el resultado fallido vaya a ser diferente. En el camino nos dejaremos la reflexión de aquello que, como sociedad, de verdad queremos proteger y una riada de usuarios infectados con troyanos en su intento de sortear la prohibición instalándose VPNs infectadas.