Rubiales y los seis peones de la trama en la federación
Dos exfutbolistas, tres abogados, un ejecutivo y un jefe de Recursos Humanos, en el centro de las pesquisas
La Operación Brody, que destapa una supuesta trama de corrupción en el seno de la Federación Española de Fútbol (RFEF), sella la caída en desgracia definitiva del expresidente Luis Rubiales. Pero la investigación llevada a cabo por la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil y dirigida por la jueza Delia Rodrigo, en coordinación con la Fiscalía Anticorrupción, apunta a unos cuantos nombres más. Algunos con un papel tan protagonista como el del exmandatario del fútbol español. Estos son los siete personajes clave de la trama.
‘Pundonor’ Rubiales.
De su época de jugador —“mediocre, pero muy voluntarioso”, le definió un amigo— le quedó el sobrenombre de Pundonor Rubiales, que ahora suena más irónico que halagador. Sobre él pivota la supuesta trama delictiva a la que se acusa de corrupción o administración desleal por los contratos de la Supercopa de España en Arabia o la remodelación de La Cartuja. Vivía en un ático en Ferraz que vendió por unos dos millones de euros, se montó una “reunión” con chicas jóvenes en una casa en Salobreña y se fue de viaje con su amante a Nueva York a cargo de la RFEF. Hijo de político y con fuertes lazos con el PSOE, ascendió a la presidencia de la federación como adalid contra la corrupción y las maneras de su predecesor, Ángel María Villar, a quien ha superado en escándalos.
Prepotente, ambicioso; chistoso y a la vez temido en los pasillos de Las Rozas por autoritario y desconsiderado. “Obsesionado con las mujeres, el dinero y el poder”, aseguraba uno de sus excolaboradores a este diario. Fue un beso no deseado a la futbolista Jenni Hermoso en plenas celebraciones por el Mundial lo que le apartó del cargo. Los investigadores sospechan también de sus negocios en República Dominicana. Si cae, esta vez ya no será “solo por un piquito”.
El fiel amigo.
Los investigadores señalan especialmente a Francisco Javier Martín, alias Nene, un exjugador que nunca pasó del tercer escalón del fútbol español, metido a empresario tras dejar el balón. Este sospechoso se encontraba con su amigo Rubiales en República Dominicana cuando se produjeron las detenciones. Fuentes cercanas a las pesquisas otorgan a Nene un importante papel en la presunta trama, casi a la altura del expresidente de la federación: “Han ido siempre de la mano”. Martín, vinculado al menos a casi media docena de compañías, ostenta actualmente los cargos de director general y socio de Explotaciones Hoteleras Nazaríes S. L., una cadena de hoteles. Precisamente, el pasado miércoles, la Guardia Civil registró dependencias de dos de sus establecimientos: uno en Granada y otro en Torrox (Málaga). Su mujer, P. R., estaba entre los detenidos.
El aparente cerebro.
Tomás González Cueto, mucho más que el hombre de confianza de Rubiales. Considerado el cerebro de la trama, no quedó en libertad hasta quedar a disposición de la jueza. Se acogió a su derecho a no declarar al estar la causa secreta. Propietario del despacho de abogados GC Legal, tenía una relación mercantil como comisionado externo de la federación por la que percibía 300.000 euros al año. Encargado de defender a los implicados en la Operación Soule por un supuesto desvío de fondos federativos durante la etapa de Villar, sobrevivió al mismo Rubiales cuando este dimitió el pasado septiembre y arrastró consigo a sus más cercanos colaboradores. Era externo, pero “mandaba en todo”, según empleados de la RFEF.
El ‘concejal de festejos’.
El mote de Concejal de festejos corrió en el seno de la RFEF para referirse a Pedro González Segura, director de servicios jurídicos. El nombre de este abogado de Granada, de 50 años y a quien se apartó de su puesto el jueves tras su detención, lleva mucho tiempo conectado al mundo del fútbol. Llegó a la federación de la mano de González Cueto, pero ya había ocupado antes destacados puestos de asesor en el Málaga CF, con el jeque Abdullah bin Nasser Al Thani; y en el Granada CF, en la era de Enrique Pina, Quique Pina, y Gino Pozzo. Su hermano Ángel también figura implicado en la trama.
El ‘constructor’.
Fuentes de la Guardia Civil destacan que los hermanos González Segura emergen como otra pieza clave de la investigación. En especial, Ángel, uno de los dos únicos detenidos que permanecieron bajo arresto hasta el viernes, cuando pasó a disposición judicial. La magistrada Delia Rodrigo, que lo dejó en libertad, le atribuye tres delitos: corrupción en los negocios, falsedad documental y administración desleal. A Ángel González se le vincula con la constructora Gruconsa (en su perfil de LinkedIn se presenta como su director en la Zona Sur). Esta compañía es el supuesto epicentro de varios chanchullos relacionados con supuestas irregularidades en obras en el Estadio de La Cartuja de Sevilla y proyectos en China. Ángel González también pasó por el Granada CF, donde ejerció como responsable de infraestructuras. El club decidió despedirlo en 2018 tras un duro enfrentamiento con la actual dirección, según fuentes del equipo andaluz.
El ‘espía’.
Ramón Caravaca es abogado penalista y socio del despacho GC Legal que dirige Tomás González Cueto. Una sociedad inmobiliaria, Egmont 2008 SL, de la que era administrador, habría emitido supuestamente facturas a una agencia de detectives privados relacionadas con el espionaje a David Aganzo, presidente del sindicato de futbolistas (AFE). Caravaca también fue abogado de Angel María Villar cuando este fue sancionado por el Tribunal Administrativo del Deporte. Un sobrino suyo es miembro del TAD.
‘Jota’, el defensor.
José Javier Jiménez, conocido como Jota, llegó a la federación en 2022 como director de Recursos Humanos. Recomendado por Tomás González Cueto, había sido directivo en el Baloncesto Fuenlabrada. Llegó para reemplazar en el cargo a Alfredo Olivares que, aunque seguía siendo director de Competiciones, perdió la confianza de Rubiales después de los Supercopa Files, los audios publicados por El Confidencial que desvelaron la trama que se investiga. Aunque Jota era un hombre de Cueto, fuentes federativas aseguran que desde que llegó a la casa se postuló mucho para ser un hombre de confianza de Rubiales, al que defendía a capa y espada.