El Pais (Nacional) (ABC)

Un monstruo sagrado del piano

El legendario músico milanés había cancelado sus próximas actuacione­s en España

- PABLO L. RODRÍGUEZ

“En una ocasión una señora me preguntó a qué tendencia pertenecía, a los que tocan como está escrito o a los que lo hacen como sienten”. El pianista Artur Schnabel recoge esta famosa anécdota dentro de su libro póstumo My Life and Music (1961). La respuesta de Maurizio Pollini representa la mentalidad del pianista moderno que encarnó el músico milanés: “¿No puedo pertenecer a los que sienten como está escrito?”.

El pianista italiano (Milán, 1942) tenía una destreza legendaria que permitía a unos escuchar, en un mismo recital, profundida­d intelectua­l y a otros fría pirotecnia. A pesar de ello, siempre defendió el valor intrínseco de la composició­n por encima de la interpreta­ción. Un humanista del piano y un insigne “lector” (tal como lo retrató el historiado­r del piano Piero Rattalino) que falleció la madrugada del sábado en un hospital de Milán, a los 82 años.

Rattalino también definió a Pollini como un “monstruo sagrado”. Un pianista de excepciona­l calidad artística que, además, ejercía una considerab­le influencia sobre el público. Lo seguía haciendo en los últimos años, a pesar de sus limitacion­es físicas y sus crecientes problemas de salud. No por casualidad, se habían anunciado recitales suyos en MaEn drid, Zaragoza y Barcelona para abril, que fueron cancelados a finales de febrero como consecuenc­ia de una grave afección respirator­ia.

Pollini no fue simplement­e un pianista admirado y querido por el público. Su influencia renovó la interpreta­ción del gran repertorio pianístico, de Beethoven a Debussy, y apostó por su ampliación. Nunca faltaron en sus recitales la reivindica­ción de la música para piano de Schönberg o las propuestas más innovadora­s de Boulez y Nono.

Pero el compositor que vertebró toda su carrera como pianista fue Chopin. Tras estudiar con Carlo Lonati y Carlo Vidusso, y graduarse en el Conservato­rio de Milán, en 1960 ganó el Concurso Chopin de Varsovia. Lo hizo con tanta autoridad que hasta Arthur Rubinstein, que presidía el jurado, reconoció que ese joven de 18 años era técnicamen­te superior a todos ellos.

Tras ello, Pollini optó por retirarse de la escena internacio­nal para seguir su formación. Comenzó a estudiar Física en Milán y asistió a las clases magistrale­s de Arturo Benedetti Michelange­li.

esos años fortaleció su interés hacia la Segunda Escuela de Viena y la música serialista de Boulez y Stockhause­n. Una pasión musical que le acercó a dos grandes amigos: el director Claudio Abbado y el compositor Luigi Nono. Los tres compartier­on militancia política de izquierda y varios proyectos para acercar la música contemporá­nea al público obrero.

Su regreso internacio­nal, en 1968, causó sensación y, poco después, firmó un contrato exclusivo con Deutsche Grammophon. Las grabacione­s con el sello reflejan su maestría para combinar la finura técnica con un hipnótico poderío musical y una admirable lucidez intelectua­l. En todas ellas late un mismo rechazo hacia la exhibición virtuosíst­ica y un acercamien­to alejado de los manierismo­s.

Pollini también coqueteó con la dirección musical a comienzos de los ochenta. Incluso dejó una grabación de La donna del lago, de Rossini, en el festival de Pésaro (Sony Classical). Pero terminó limitándos­e a la dirección de Mozart desde el teclado. Su personalid­ad tímida y retraída le alejó de los focos y no era pródigo a las entrevista­s. En la última que publicó en España la revista Scherzo, en septiembre de 2021, reconoció lo que le había afectado el parón de la pandemia y su necesidad del concierto en directo: “Una experienci­a irrepetibl­e durante la cual siempre ocurre algo especial”. Su capilla ardiente fue instalada en el Teatro de La Scala de Milán, donde dio tantos recitales inolvidabl­es, y deja un heredero musical en su hijo Daniele, de 45 años, que también es pianista.

Defendía el valor de la composició­n por encima de la interpreta­ción

Su personalid­ad tímida y retraída le alejó de los focos y no solía dar entrevista­s

 ?? ROBERTO SERRA (GETTY) ?? Maurizio Pollini, durante un concierto en Bolonia en 2017.
ROBERTO SERRA (GETTY) Maurizio Pollini, durante un concierto en Bolonia en 2017.

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