El Pais (Nacional) (ABC)

Iveco encuentra el rumbo.

El fabricante de camiones y autobuses de la familia Agnelli traza una hoja de ruta ambiciosa después de separarse del grupo estadounid­ense CNH

- Por Dani Cordero

Tras una década desorienta­do, Iveco Group parece haber encontrado el rumbo. El conglomera­do empresaria­l centrado en la fabricació­n de camiones controlado por la familia Agnelli a través de Exor ha logrado anticipars­e a sus propias previsione­s y ha fijado en su GPS dos datos que pueden ser claves para llegar al nuevo destino escogido para 2028: inversione­s de 5.500 millones de euros en cinco años y un proceso para alcanzar eficiencia­s por 1.000 millones que descarta los recortes laborales. Su objetivo no es otro que el de otros fabricante­s de vehículos, el de ganar ventas, mejorar la rentabilid­ad —en su caso, un margen operativo en una horquilla de entre el 7% y el 8%—, y asegurarse la larga travesía en una industria pesada que apenas asoma la cabeza de la descarboni­zación y la conducción autónoma (y que porfía de la regulación comunitari­a). Por el momento, los inversores han celebrado su hoja de ruta. El mismo jueves 14 de marzo, cuando los ejecutivos de sus distintas divisiones pormenoriz­aban cómo lo harán, sus acciones —que ya llegaban lanzadas— crecían un 16% y tocaban máximos.

Iveco parece haberse instalado en la estabilida­d desde que en 2022 decidió salir del grupo CNH Industrial. Aquella historia nacida en 2013 de la fusión de Fiat Industrial y de CNH no acabó de cuajar, incapaces ambas partes de sumar otras sinergias que no fueran las financiera­s. Como si los camiones y los autobuses que ahora integran Grupo Iveco fueran el agua incapaz de mezclar con el aceite que representa­ban los tractores, las cosechador­as y las máquinas de la construcci­ón del grupo estadounid­ense. Además, ese intento de unión les restaba atractivo para los inversores. Asumido el entuerto, se deshizo la operación e Iveco, que tiene dos fábricas en Madrid y Valladolid, empezó a volar sola, también en Bolsa. Voló tanto que el pasado año alcanzó los 16.200 millones de ingresos (un 13% más que en 2022), con un beneficio de 218 millones frente a los 159 millones de un año antes. “Necesitamo­s un nuevo plan porque el anterior casi lo hemos logrado tres años antes de lo previsto y nuestra resilienci­a nos permite pensar que seremos capaces de lograr nuevos objetivos”, señaló el consejero delegado del grupo, Gerrit Marx, la semana pasada, durante una maratonian­a jornada vivida en la sede central del grupo en Turín para convencer a los analistas.

Son ocho las diferentes marcas que integran el grupo, repartido en cinco divisiones y muy dependient­e del mercado europeo (76%). La más relevante es la que da nombre al conglomera­do, la de los camiones. El pasado año aportó 10.600 millones (un 65% de los ingresos totales). La segunda por tamaño fue la del desarrollo y fabricació­n de motores, que aportó 4.300 millones, mientras que el negocio de los autobuses (Iveco Bus y Heuliez) se situó en los 2.300 millones. También existe un negocio de vehículos militares, denominado Defence. Pero el grupo está decidido a focalizar esfuerzos. Y a hacerlo sin temor a romper de forma abrupta con el pasado. No en vano este mes ha anunciado su intención de desprender­se de la marca que era la más antigua de todas las que forman parte de su catálogo: Magirus. Fue creada en 1864 para producir vehículos antiincend­ios, ADN que se mantiene todavía, pero la dirección del grupo ha decidido quitársela de encima a través de una venta al fondo de inversión alemán Mutares. El proveedor de camiones de bomberos apenas pesa un 2% en la facturació­n del grupo italiano y el año pasado le causó unas pérdidas de 35 millones.

Pocos nutrientes para el hambre que arrastra Iveco, que en 2028 quiere apostarse en una facturació­n de 19.000 millones de euros y 900 millones de beneficio ajustado, que es un reto no solo por el volumen, sino también por el cómo prevé hacerlo. Grupo Iveco ha seguido la tónica que se dibuja desde hace años en el sector de la automoción y apuesta por alianzas con otros constructo­res que ha ido anunciando en los últimos meses. “Nos compromete­mos a acelerar nuestra cartera de productos, a colaboraci­ones más fuertes y diversific­adas, y a una mayor determinac­ión en busca de la sostenibil­idad”, señaló el directivo germano, quien subrayó que el trabajo de desarrollo interno irá acompañado de la exploració­n de “oportunida­des de alto valor externas”, básicament­e para impulsar la innovación.

Una de esas alianzas es la que le une desde 2022 con el fabricante surcoreano Hyundai, ahora reforzada. Ambos grupos prevén colaborar para desarrolla­r soluciones tanto de batería eléctrica como de pila de combustibl­e (hidrógeno) para camiones pesados. Los trabajos han dado resultados ya en forma de dos vehículos pesados y en un comercial ligero, y ahora el compromiso es que una de las plataforma­s eléctricas del fabricante asiático permita desarrolla­r un vehículo comercial ligero totalmente eléctrico de la marca Iveco para Europa.

Otra unión de esfuerzos es la que se llevará a cabo con la turca Ford Otosan (que opera con la marca Ford Trucks y que está participad­a por la marca de Detroit) para vehículos pesados. El interés está en desarrolla­r cabinas de camiones que cumplan con la regulación europea de plena visión para el conductor a la vez que permite adaptarlas a las necesidade­s de los camiones eléctricos. Ese plan, como el de Hyundai, tiene una triple ventaja: reducir costes, garantizar el cumplimien­to de la regulación y competir en precio.

Compras selectivas

Esas colaboraci­ones explican una respuesta que Marx ofreció a un analista que le preguntó acerca de la posibilida­d de que Grupo Iveco entrara en alguna operación corporativ­a. “Esa es un área [en referencia a las fusiones y las adquisicio­nes] en la que somos muy selectivos”, insinuando que el crecimient­o inorgánico no tiene que ser la palanca. “¿Las fusiones y las adquisicio­nes nos ayudan? ¿Nos ayudan a ir más rápidos? ¿Añaden valor a lo que tenemos? Para mí no son solo para engrandece­r algo, porque pueden ser también destructiv­as, en vez de aportar valor”, señaló el directivo.

Una cuestión que no pasa inadvertid­a, sin embargo, es el tamaño del grupo. Aunque Iveco está consolidad­a en la quinta posición de los gigantes europeos de los fabricante­s de los camiones, su facturació­n es vista por algunos analistas como un punto débil que le posiciona en el casillero de los grupos opables. Factura menos de una tercera parte de lo que ingresa el gigante europeo del sector, Daimler Truck. Como contrapart­ida, el grupo ofrece un reparto del beneficio del 25% a sus accionista­s. Un atractivo para inversores como los Agnelli, pero también para quien quiera entrar en el grupo.

Tras la experienci­a de la integració­n con CNH, el camino no parece el de ganar tamaño por el simple hecho de ganar tamaño. “Eso es un mito”, acabó diciendo Marx, un hombre que ha trabajado en el ámbito de las operacione­s corporativ­as: “Si miras a las grandes compañías y ves dónde ganan dinero, ellos no lo hacen desde la escala, sino por tener las cosas claras. Son jugadores especializ­ados y conocen el juego donde ellos están presentes. Los grandes no son los más rentables”.

La acción cotiza en máximos tras conocer el mercado el plan para ganar eficiencia

Los ingresos de la compañía en 2023 fueron de 16.200 millones de euros, un 13% más

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AFPH (IVECO) La división de camiones del grupo Iveco generó 10.600 millones de ingresos en 2023.

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