“Nosotras no solo queremos estar. Queremos mandar”
Diana Morant Ministra de Ciencia y nueva líder del PSPV Una de las ministras más valoradas pero menos conocidas dirigirá a los socialistas valencianos
Dice Diana Morant que está “muy feliz” de ser la primera mujer en liderar a los socialistas valencianos. Este fin de semana, fue proclamada secretaria general del PSPV-PSOE y se salda una “deuda” del partido, agrega. Y empieza un nuevo camino con la presidencia de la Generalitat como objetivo en una trayectoria política que le ha llevado en menos de nueve años a ser alcaldesa de su ciudad natal, Gandia, antes de ser nombrada ministra de Ciencia, Innovación y Universidades. “Me produce vértigo porque soy muy responsable”, afirma horas después del congreso extraordinario esta ingeniera en Telecomunicaciones, de 43 años, aficionada a la poesía, a la novela policiaca, al cine y las series, que recurre a otros para que la definan. “Estos días he escuchado adjetivos como responsable, perfeccionista... Me tomo muy en serio mi trabajo. Tener el BOE transforma la vida de la gente. Otros tienen el Diario Oficial de la Generalitat [DOGV] para hacer rebajas de impuestos, recortar la sanidad pública...”, apunta ya metida en su papel de oposición.
Responsabilidad es una palabra que repite en su discurso, en el que no olvida mencionar a su familia ni sus orígenes. Eligió su carrera “tal vez por rebeldía” con lo que veía en casa. ”Mi madre tenía muy pocas competencias tecnológicas, mi padre había sido toda la vida muy manitas, es instalador de antenas. Mi madre cuando se acercaba al ordenador y pasaba el trapo del polvo y se encendía pensaba que lo había roto. Me parecía que había mucha vulnerabilidad e indefensión por parte de las mujeres. Entonces yo pensaba que quería ser el hombre de la casa, seguramente. Luego me di cuenta de que no hacía falta ser hombre”.
También recuerda en sus intervenciones que si ella y su hermana estudiaron una carrera universitaria fue gracias a las becas. “Es bueno conocer experiencias en primera persona. Me gusta que la gente sepa que las ministras del Gobierno de Pedro Sánchez somos personas normales, con una trayectoria semejante a otros muchos españoles. Siempre hablo de que mi abuela no sabía leer ni escribir, y a mi madre, seguramente por ser mujer, la sacaron de la escuela con 14 años. Y nosotros somos dos hijas de una ama de casa y nietas de un criado, que hemos podido estudiar en una universidad. Y mi madre siempre me ha recordado que esto fue gracias al Gobierno de Felipe González y a la implantación del Estado del bienestar”.
El PP valenciano ha criticado su nombramiento como una elección a dedo de Pedro Sánchez.
“Me parece muy curioso que esas críticas vengan de un partido que no conoce ni respeta la democracia internamente”, comenta, al tiempo que admite que se siente “totalmente identificada” con el proyecto que lidera Sánchez y reconoce la diversidad territorial de España. También responde que si echa mano en sus intervenciones del argumentario del PSOE no es por evitar meterse en un charco: “Quizá es porque estoy convenida de lo que dice mi partido”, contesta.
No emplea apenas las redes sociales ni entra en polémicas virales. “No me van a ver nunca en la confrontación elegida; otra cosa es que acabe sumergida en la confrontación, porque tampoco me callo. No soy una persona que busca la polémica, porque tengo cosas mejores que hacer. Seguramente los que buscan el ruido tienen poco que aportar”, sostiene.
Morant sacó adelante la Ley de la Ciencia sin votos en contra. Es una de las ministras más valoradas, según las encuestas, pero también de las menos conocidas. ¿A qué lo atribuye? “Mi cartera es mediáticamente discreta. En dos años y medio de ministra he tenido muy pocas preguntas parlamentarias. Cuando una ve lo que se pregunta al Gobierno entiende que el interés del PP no es preguntar por las cosas que importan. Sin embargo, la cartera está produciendo grandes avances: uno de cada cinco nuevos empleos que se generan en nuestro país son en los sectores de la ciencia, la innovación y la digitalización. Y eso es un cambio de paradigma. Las empresas buscan el talento debajo de las piedras. De manera que me siento orgullosa con mi trabajo. Es estratégico para el país”.
Ahora está embarcada en la aplicación de la ley de universidades, que nació con el anterior ministro, Joan Subirats, para “reparar los daños de la salida de la crisis financiera con recetas neoliberales”, lo que originó “la desaparición de miles de plazas de profesores universitarios” y la “fuga de talento” de España. Crítica especialmente que las comunidades autónomas, gobernadas por el PP, no quieren cumplirla, especialmente la valenciana, regida “por el Gobierno más retrógrado de su historia”, del PP y Vox.
La ministra asegura que hay una discriminación hacia la mujer que a veces no es evidente. “Cuando te apuntas a una carrera y en tu clase de 100 solo hay 25 mujeres, recibes el mensaje claro de que en ese mundo no cabes, no está hecho para ti”, señala. O cuando, como ministra, se reúne con representantes de empresas, de organizaciones, de las propias universidades y están representadas por hombres. “Por eso es importante la ley de paridad”, asevera. “Para que tanto en las esferas públicas de poder como en las empresas que cotizan en el Ibex haya una representación paritaria. Nosotras no solo queremos estar, queremos mandar”.
“No me van a ver nunca en la confrontación, pero tampoco me callo”
“Los que buscan el ruido seguramente tienen poco que aportar”