El Pais (Nacional) (ABC)

Sí, Alcaraz es el rey de la dejada

El murciano luce el mejor porcentaje de la última década, con un 62% de éxito en el tiro

- ALEJANDRO CIRIZA

No ha esperado Carlos Alcaraz para destapar el tarro de la miel en Miami. Y, claro, el veterano Andy Murray se relame. “Verle jugar me hace sonreír”, reconoce el escocés, rendido al exquisito repertorio técnico del murciano, hoy día una excepción. El tenis actual se ha convertido en un hábitat previsible en el que escasea la creativida­d y abundan los francotira­dores, los mazos y los pelotazos de un solo sentido, de modo que el español se distingue a base de ingenio y de muñeca, combinando la potencia con los tiros más sofisticad­os. “Puedo hacer muchas cosas en la pista”, exponía tras batir a Roberto Carballés (6-2 y 6-1) en el estreno, resuelto otra vez a pinceladas. Deslumbran los trallazos y, por encima de todo, esa capacidad que tiene el joven para trazar dejadas en toda situación y desde cualquier ángulo, por más que la posición sea forzada y el manual lo desaconsej­e.

“No sabes de dónde salen”, admitía en su día Stefanos Tsitsipas. “Es algo innato, un arma que ha naturaliza­do”, razona el preparador, Juan Carlos Ferrero. “Es casi imposible de entender…”, comenta incrédulo Àlex Corretja, sorprendid­o ante una propuesta que se sale de la norma, porque el componente recreativo del juego de Alcaraz es un oasis que, además de estética, reúne efectivida­d. Así lo expresan los datos recopilado­s por el portal Tennis Abstract, que concluyen lo siguiente: Alcaraz lo intenta mucho, pero lo intenta bien. En concreto, el jugador de El Palmar es el que luce un porcentaje más elevado de éxito (62,1%) con sus dejadas, por encima del mismísimo Roger Federer (59,7%), de Rafael Nadal (61,3%) o del propio Murray (56,7%); de igual forma, supera los registros de dos contemporá­neos a los que tampoco les tiembla el pulso como Alejandro Davidovich (59,3%) y Jannik Sinner (57,7%).

Aunque los rivales le hayan cogido la matrícula y el efecto sorpresa de los inicios se haya reducido, el español sigue sacando un gran partido a este tipo de tiros, que exigen de una gran precisión. Durante la última década, no hay tenista que lo pruebe más que Alexander Bublik, con una frecuencia superior al 7%, pero el promedio de éxito del kazajo queda en un 45%. Davidovich o el italiano Lorenzo Musetti ensayan menos, un 5%, pero el beneficio que obtienen uno y otro —59,3% y 50,7%, de forma respectiva— es superior. Lo es todavía más el de Alcaraz, quien también lo intenta con una frecuencia del 5%. Es decir, no hay jugador que saque más partido del riesgo que exige la maniobra, más caracterís­tica en el juego sobre tierra batida que en pistas rápidas. En todo caso, el murciano se atreve con todo. Retó a Alexander Zverev en Indian Wells (cuartos) siete veces, a Sinner (semifinale­s) en 10 y a Daniil Medvedev (final) en 13. Se adjudicó el punto en más de la mitad de las ocasiones (11/20).

Un análisis efectuado por la ATP en 2023 reflejó que Alcaraz explota más la dejada con la derecha que con el revés —67,7% frente a un 52,1%—, y que la efectúa habitualme­nte desde posiciones muy lejanas, casi siempre sobre la línea de fondo. Su calidad, además, le permite trazarlas en ocasiones invirtiénd­ose, lo que añade un extra de dificultad porque la sincroniza­ción entre el timing y el giro de muñeca debe ser todavía más exacto.

“Es una de sus señas de identidad”, indica Antonio Martínez Cascales, testigo de todos sus entrenamie­ntos en Villena (Alicante). La potencia de los tiros del número dos tiende a tirar hacia atrás a los adversario­s, que pierden metros y aclaran la zona cercana a la red. Es ahí cuando sale a relucir el instinto del tenista, que apura y esconde muy bien el golpe, cambiando la empuñadura muy tarde. “A veces lo planeo, pero no demasiado. Me salen de repente, lo siento así”, transmite él, citado la próxima madrugada —en horario sin definir al cierre de esta edición— con el veterano Gael Monfils, al que rindió el curso pasado en California en el único precedente.

Por otra parte, ayer se despidió del torneo el joven Martín Landaluce, que el viernes había logrado su primera victoria en la élite y le plantó cara a Shelton (6-3 y 6-4).

Supera el promedio de Federer (59%) y únicamente Bublik lo intenta más que él

Tras el recital contra Carballés, encara al veterano Monfils en el Masters de Miami

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GEOFF BURKE (REUTERS) Alcaraz hace una dejada en la red durante el partido contra Carballés.

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