El juez Pedraz rectifica y descarta definitivamente el bloqueo de Telegram
El magistrado admite que la decisión inicial era excesiva y no proporcional
El juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz ha decidido suspender definitivamente el bloqueo de Telegram. Ayer por la mañana, el magistrado solicitó un informe a la Comisaría General de Información de la Policía para que explicara las características exactas del programa de mensajería “así como la incidencia” que pudiera tener “sobre los usuarios dicha suspensión temporal”.
Unas horas después, a mediodía, Santiago Pedraz emitió un nuevo auto donde anunció que suspendía definitivamente su decisión inicial del bloqueo de Telegram. Hubiera sido una medida excesiva y no proporcional, ha admitido el magistrado. Después de la publicación de la suspensión el pasado viernes, el juez admite que “no puede ignorar” las consecuencias de su decisión inicial: “La posible afectación de múltiples usuarios ante una eventual suspensión, y con ello si la medida resulta o no proporcional”.
El nuevo auto admite que, a pesar de multitud de actividades delictivas, Telegram también acoge a muchos usuarios a quienes “brinda unos ‘beneficios’ que otras plataformas no dan. Y todo ello bajo una ‘amparada privacidad”. También tiene en cuenta el impacto económico para las organizaciones que usan la aplicación en sus actividades cotidianas: “La medida cautelar contra Telegram tendría un cierto impacto económico para las empresas o sociedades que desarrollan gran parte de su actividad comunicativa a través de esta plataforma de comunicación, puesto que la consideran un canal fiable y seguro contra intervenciones no deseadas”.
El juez de la Audiencia Nacional parece haber tenido en cuenta la mayoría de reacciones publicadas y comentadas en redes sociales y medios de comunicación desde el viernes por la noche. También que su decisión sería fácil de sortear: “La medida no pudiera ser idónea por cuanto los usuarios podrían utilizar una red VPN o un proxy para poder acceder a Telegram”.
Tras anunciar la suspensión del bloqueo del servicio de mensajería, Pedraz deja la solución al conflicto en manos de la legislación europea, que en su nueva Ley de Servicios Digitales ya prevé que grandes prestadores de servicio, como Telegram, asuman sus responsabilidades a la hora de moderar los contenidos que permiten compartir a sus usuarios.
El anuncio de la suspensión causó un revuelo inaudito en los más de ocho millones de usuarios que tiene la plataforma en España. La dificultad técnica para las operadoras de bloquear una aplicación de esta magnitud era extraordinaria. Otros países han fracasado en sus intentos de limitar Telegram, con mucho contenido vinculado con actividades de disidencia en países antidemocráticos o directamente ilícitas o ilegales.
La medida inicial de bloquear el servicio de mensajería se tomó a petición de Mediaset, Atresmedia y Movistar Plus. Los grupos de comunicación han denunciado a la aplicación porque, en algunos de sus canales, se comparte contenido protegido por derechos de autor.
El juez de la Audiencia Nacional dictó un auto para que, en el plazo de tres horas desde su recepción, las operadoras suspendieran los recursos asociados a Telegram. Las operadoras consultadas ayer por EL PAÍS no habían recibido notificaciónes.
Telegram es una aplicación de mensajería instantánea, lanzada en 2013 y dirigida por el empresario de origen ruso Pavel Durov. Desde sus inicios, destacó como alternativa a WhatsApp por la libertad y la privacidad del usuario, negándose a compartir información con las autoridades, como sí hace la aplicación de Meta.
Este anonimato virtual está garantizado de forma física en Telegram. Mientras que los servidores de su competidor están localizados en la zona en la que operan, los de Telegram se desperdigan por el mundo. Esto convirtió a Telegram en la vía de comunicación usada por la disidencia en regímenes autoritarios, como Rusia o Irán, donde se ha utilizado para organizar protestas.
Pero también ha provocado que florezcan, al abrigo del anonimato, canales de contenido sensible: venta de drogas, actividades de extrema derecha, desinformación, difusión de contenidos violentos, pornografía infantil o terrorismo. Sin ir más lejos, Estado Islámico reivindicó el atentado de Moscú del viernes en su canal de la aplicación.
Los usuarios podrían haber sorteado el veto con una red VPN o un ‘proxy’
La Audiencia deja la solución del conflicto en manos de la legislación europea