El Pais (Nacional) (ABC)

El camino hacia París: bien calzados y por la vía privada

Varios atletas españoles corren con su propio club, el OAC, gracias a un acuerdo innovador con la firma de zapatillas On

- CARLOS ARRIBAS

tiempos en los que lo disruptivo mola y, en atletismo, On es su marca.

Nike y Adidas se embarcan en una carrera armamentis­ta, zapatillas más ligeras, más y mejor espuma, plataforma­s de cuatro centímetro­s de grosor, más bote, placa de carbono en la media suela que actúa como un muelle y logra que el suelo, asfalto o tartán, devuelva gran parte de la energía que se le entrega con cada pisada. Carrera de récords imposibles en todas las pruebas de fondo y en la reina de todas, el maratón –el de hombres, para la marca norteameri­cana, Kelvin Kiptum (2h 35s), el keniano muerto tan joven hace tan poco; el de mujeres (2h 11m 53s), para las tres bandas por medio de la etíope Tigst Assefa–, en un codo a codo encarnizad­o que ha transforma­do la forma de correr y devaluado el valor de las marcas. Y en el que súbitament­e, surgida de la nada se entrometió una marca suiza fundada por un triatleta que tuvo en 2010 un momento Eureka cuando pisó descalzo una manguera. Así como el fundador de Asics cuenta que viendo a su hija usar una esponja en la bañera, que se deformaba y recuperaba su forma inmediatam­ente, dio con la idea de usar espumas en las suelas de las zapatillas, Olivier Bernhard, el triatleta de On, descubrió en las mangueras el elemento diferencia­l de amortiguac­ión, la nube que la marca proclama, que añadir a la suela bajo las espumas y las placas de carbono de la concurrenc­ia.

“Ya es un honor que se nos compare con Nike y Adidas”, dice en Barcelona Philipp Hagel, uno de los responsabl­es de calzado deportivo de la firma de Zúrich, a la que llegó desde el gigante alemán. Y en 2024, año olímpico, debe multiplica­rse para promover novedades de cara a París aún secretas. Los Juegos Olímpicos son la gran feria de la innovación y el espionaje. Solo meses después se descubrió, por ejemplo, el misterio de las Nike con las que Eliud Kipchoge voló en el maratón de Río 2016, las espumas y las placas. “Me gustaría contar más sobre el producto que vamos a lanzar en los Juegos Olímpicos, pero no puedo decir mucho. Somos explorador­es que buscamos el cambio. Cambiar no solo la idea de cómo un zapato está diseñado y cómo está construido. El espíritu de los fundadores es hacer las cosas diferentes. Y como marca joven y más pequeña podemos ser más dinámicos, más ágiles. La inocencia positiva llevó también a los fundadores a hablar con atletas de alto rendimient­o para colaborar, para poner nuestras ideas y visiones en marcha, y con algunas ha funcionado”.

Calzando unas zapatillas de la marca suiza, Roger Federer anunció que se había convertido en uno de sus mayores accionista­s y había convencido a Iga Swiatek, la mejor tenista del mundo, para dar raquetazos sobre sus suelas mullidas y vestir su ropa. Con unas zapatillas de la marca suiza la keniana Hellen Obiri ganó en abril el maratón de Boston y en noviembre el de Nueva York; el suizo Tadesse Abraham el reciente maratón de Barcelona; y, corriendo en un club financiado por ellos, el OAC, pueden ser profesiona­les y vivir del atletismo algunos de los mejores españoles, como Marta García, Mario García Romo o Mohamed Attaoui, que brillarán en los Juegos de París. Es la iniciativa privada superando, en cierta manera, los límites del sistema público de ayuda a los deportista­s.

“No está dentro de nuestra esCorren trategia desembarca­r con dinero, firmar a no sé cuántos atletas y se acabó. Nosotros queremos hacerlo de forma sostenible y realmente proporcion­ando una solución”, señala Jaime García Romo, uno de los responsabl­es de la relación entre la marca y los atletas, que subraya su diferencia con las marcas ya establecid­as. “Por eso ahora mismo solamente tenemos unos 150 atletas en total, en toda la marca y no tenemos 2.000. Los atletas son también personas que el día de mañana dejarán de ser atletas y tendrán que seguir con su vida, como Nicola Spirig, campeona olímpica de triatlón en 2012, que trabaja conmigo. Esa es un poco la visión. Tenemos con los atletas no tanto una relación de sponsor, sino también casi de empleado. Les damos la seguridad de que cuando se retiren tengan trabajo aquí”.

Los miembros del equipo viven juntos en una de las cuatro residencia­s de la empresa —en Estados Unidos, Suiza, Sudáfrica y Australia—, donde cuentan con entrenador­es, fisiólogos, nutricioni­stas, fisioterap­eutas, psicólogos, y se entrenan juntos. “Si quieres tener resultados importante­s tienes que hacer tus concentrac­iones, tienes que controlar tus entrenamie­ntos, las cargas de trabajo, hay que tenerlo todo supercontr­olado. Ahora es todo mucho más científico, pero tiene que serlo si quieres estar allá arriba, si no, es muy complicado llegar”, añade Jaime García Romo.

Sigue así la senda que inició a comienzos del siglo Nike con el entrenador Alberto Salazar, el gurú del fondo con el equipo de Oregón que se desbandó hace una década a raíz de las acusacione­s de dopaje y la suspensión de Salazar. Uno de los atletas que contribuyó a su caída, denunciand­o que Salazar les suministra­ba medicación con hormona tiroidea fue Dathan Ritzenhein, precisamen­te el entrenador en el OAC, en Boulder (Colorado), de Mario García Romo, el mejor español en 1.500m. Como su hermano, Jaime García Romo, salmantino de Villar de Gallimazo, estudió en una universida­d estadounid­ense, en Kentucky, con una beca concedida por sus capacidade­s atléticas. “Este sistema de entrenamie­nto en grupo del OAC me recuerda mucho al sistema americano de las universida­des. Tienes atletas de diferentes partes del mundo a los que la universida­d proporcion­a una beca de estudios, instalacio­nes, te lleva a las competicio­nes, y te proporcion­a ropa y zapatillas cuando las necesitas”, dice García Romo. “Es un poco también ese tipo de filosofía, parecida a la de un equipo ciclista: una combinació­n entre lo que es el equipo, porque si te apoyas en tus compañeros te hace ser mejor, pero siempre es un deporte individual. Y cada atleta tiene su planificac­ión de entrenamie­nto diferente dependiend­o de su evento, de sus caracterís­ticas, para rendir en ese momento clave al 100%”.

“Es un honor que nos comparen con Nike y Adidas”, dice un directivo de la firma García Romo: “Los entrenos evocan el sistema americano de las universida­des”

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Moha Attaoui, en Dullstroom (Sudáfrica), en una foto promociona­l del OAC.

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